Diálogos en el infierno entre Chávez y Montesquieu


Ramiro Padilla Atondo

El vicepresidente de Venezuela Nicolás Maduro acaba de anunciar que Hugo Rafael Chávez Frías acaba de fallecer. Más allá de las simpatías o antipatías personales que el caudillo haya generado no deja de ser una nota triste. Amado por los pobres, odiado por los ricos, enfrentado a muerte con los Estados Unidos, el legado de Chávez será difícil de cuantificar en el corto plazo.
Si bien es cierto que sus detractores afirmarán que su gestión económica fue desastrosa, hay logros sociales que bien valdría la pena valorar.
Por otro lado, el oscuro oficial del ejército que decidió retar al gobierno en una asonada, quizá no imaginó que llegaría tan lejos en su intento por gobernar al país, al grado de reformar la constitución para reelegirse por un número ilimitado de periodos.
Hugo Chávez, carismático, fue seducido por el poder, condenado al infierno de los imperialistas por ejercer un gobierno de corte socialista. Como decía Gerardo Navarro, los pobres han perdido un gran benefactor. Este día entra en la historia, algunos dirán que ha muerto un tipo conflictivo, otros dirán que los principios de la revolución bolivariana que él fundó y que de cierta manera exportó a algunos países de sudamérica, siguen vigentes.


Fue un personaje que supo leer los signos de los tiempos. Hoy más que nunca suenan a verdad sus palabras ante la asamblea de la ONU, ¡huele a azufre!, boquiflojo y pendenciero supo enarbolar la bandera de la izquierda sudamericana y establecer pactos de colaboración con sus vecinos.
Si bien Montesquieu estableció una elaborada teoría de la separación de poderes, Chávez la destrozó monopolizando todos sus niveles, Maquiavelo bien podría haber endorsado sus procederes. Con su muerte se cierra un capítulo en la historia de sudamérica.
La razón de escribir esta pequeña necrológica de manera positiva surgió de mi lectura de Chávez, "El poder y el Delirio" de Enrique Krauze, demasiado cargada a la derecha. Todas las lecturas de algo que sucede en un país alejado no dejan de ser subjetivas. Chomsky lo dijo. La satanización de Chávez se dio gracias a los poderosos medios internacionales de ultraderecha, afectos a establecer un lenguaje maniqueísta, los buenos contra los malos, con los malos como los buenos.
La otra, porque se escribirán enciclopedias completas acerca de sus errores, que para eso hay muchos especialistas.
Descanse en paz. Suerte a Venezuela en el futuro.