La poesía en decadencia

Juan Pablo Solórzano

A los intelectuales de huarache arquetipos del elogio mutuo... a los críticos de la alta literatura advirtiéndoles que no los tomo en cuenta... EUDOMONDARO HIGUERA *EL TUERTO*  Romance del arroyo de los perros

Cualquier cuestión poética esta por los suelos. En este momento, existe una percepción sobre la poesía  muy jacobina con respecto a  lo que es y no es. Los conceptuales, defienden su definición, donde  las palabras más rebuscadas  o las corrientes más miserables, ganan reconocimiento de los ¨Entendidos¨. Pareciera que la complicación lingüística, fuera el objetivo primordial cuando escriben. La sintaxis, se fue al carajo con corrientes como el Blarf,  donde se requiere ser profundo (trabajador del drenaje profundo entiendo yo. Pero no digo nada me entere que en Japón han hecho steaks de excremento habrá quien se los coma yo no) para entender el poema. Los góticos, con sus descripciones de viajes de marihuana y chemo. Huyendo de la realidad. Aunque solo exista una realidad y esta, sea donde las cosas duelen; donde el cuerpo y el alma duelen. (Drogado nada se siente).
Los maestros, que traban pleito con las letras y las emociones al enseñar las cátedras más ruines sobre poesía. Nunca han escrito nada y si lo han hecho,  la honestidad literaria ha faltado. Es decir, nada que este fuera de la realidad emocional del poeta, está a su alcance. No se puede escribir lo que no se siente o vive y si se escribe, se convierte en basura, en una bala al aire. Puede que pase algo, puede que no pase nada o puede matar a alguien. La poesía es precisión estética una bala al corazón o a la cabeza. (El poema es otra cosa).
Los listones que cuelgan de los pechos de los poetas, de esa pequeña elite que  piensa que saben todo,  por qué no hay nadie que los pueda juzgar más arriba de su henchido  corazón. Listones que  son repartidos por ellos, entre ellos y para ellos. Son esos listones los que validan lo bueno y lo malo. Son esos listones los que deciden que es poesía y que no es poesía. Libros abaratados y editoriales Xerox, cuelgan de los hombros de los sabios poetas. Como créditos de  sapiencia poética. Aman ser vistos, aman ser comentados, aman ser leídos, pero no leen poesía.
Y así, va la poesía en manos de los proxenetas amistosos, manoseada vilipendiada, humillada y ultrajada. En el afán miserable y humano de dejar una colaboración al mundo. Una huella en la poesía. La desgarran,  la violentan para hacerla parir hijos de la más variopinta cantidad de especies; monstruosas creaciones  Hijas de la soberbia y la estupidez, del dinero o  los amigos de los amigos.
Hasta la palabra, poesía huele a mierda si el que la dice anda crudo de soberbia y no  se ha lavado la boca…
La poesía está en decadencia y cualquier cuestión poética está por los suelos.