Rodrigo Huerta Pegueros*
El
pasado lunes desde la mañana se empezó a esparcir el rumor de que el gobernador
del estado tenía sobre su escritorio las renuncias de varios funcionarios del
primer nivel de su gabinete y que estaba ponderando aceptarlas.
Todo
el día se hicieron una serie de especulaciones y en varios diarios y revistas
locales y nacionales en sus portales digitales se daba la información
afirmándolas con el prurito de que habían salido de fuentes oficiales (no
decían si eran creíbles) y se apuntaba que los renunciantes eran el secretario
de gobierno, Humberto Salgado Gómez, la titular de la Secretaría de Educación
Guerrero, Silvia Romero Suárez y el Secretario de Seguridad Pública Estatal,
Guillermo Jiménez Padilla.
De
inmediato empezaron las especulaciones sobre los porqués de las renuncias o
remociones—para el caso da igual--; la verdad no se reveló ni por la tarde
noche sino hasta este día, cuando el gobernador Ángel Heladio Aguirre Rivero
regresó de la ciudad de México y en Acapulco reveló solamente que había
recibido la renuncia de su ahora ex secretario general de gobierno, Humberto
Salgado Gómez, por causas de salud—el viejo método político priista—y que se la
había aceptado. Agregó a la información que el sustituto de Salgado sería
designado en el transcurso de la semana y que estaba revisando otros cambios
que podrían darse en su gabinete, aunque no soltó prenda alguna y dejó abierto
el caso para la especulación iniciada hace poco menos de 48 horas.
Lo cierto es que podemos decir que Salgado
Gómez si está quebrantado en su salud y solo bastaba verlo para poder
comprobarlo, pues era vox populi que se la pasaba tomando pastillas de todos
sabores y colores. Pero, además de su frágil salud, al funcionario se le
acusaba de haber tomado decisiones erróneas y en algunos casos sin haberlas
dialogado con el gobernador como es el caso de los normalistas de Ayotzinapa y
sus fatales consecuencias. Aún así, el mandatario lo apoyó y no le exigió su
renuncia como ocurrió con el ex procurador de justicia, Alberto López Rosas y
el ex secretario de seguridad pública, Ramón Almonte Borja, quienes por cierto,
todavía están en espera de la resolución del Congreso del estado sobre el
juicio político demandado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos
desde hace ya mas de un año.
Después
de esto, el secretario mantuvo una relación ríspida con miembros del gabinete y
con legisladores locales y federales, lo cual provocó que en el segundo informe
de labores del gobernador Aguirre, varios diputados le exigieran al mandatario
que revisara su gabinete para remover figuras que en nada coadyuvan a la
gestión y solución de los problemas estatales y hasta señalaron que algunos
mostraban un grado de soberbia inaceptable. Quizás el mandatario tomó nota,
auscultó sobre los funcionarios incómodos y dio el manotazo.
Respecto
a la titular de la SEG, Silvia Romero Suárez, no se ha dicho nada y aunque se
ha puesto en la vitrina de los prospectos para ser removida, su único error, es
que no supo interpretar fielmente los deseos del mandatario en función de su
relación con el magisterio institucional y disidente y también tuvo una serie
de cuestionamiento respecto ala forma como manejó los recursos públicos de la
dependencia y cómo esta institución se vio plagada de desempleados
‘’aguirristas’’ que le hicieron difícil organizarse para levantar la imagen de
esta dependencia donde la corrupción es mas que obvia en sus distintas facetas
y organismos que dependen de esta institución. No se sabe si habrá nuevo
titular de la SEG pero como el mandatario le gusta jugar a la especulación y a
las teorías de la conspiración, pues en eso se está ahora jugando.
En
el caso del secretario de seguridad pública estatal, Guillermo Jiménez Padilla,
lo que se puede decir es que su actividad como tal no tuvo ningún brillo y
ningún evento en el que pudiera haber destacado, era eso sí, el corre ve y dile
del ex secretario de gobierno y al salir éste pues seguramente le aceptarán la
renuncia, aunque mejor diríamos que se la solicitarán ya que no logró siquiera
ser un buen interlocutor con los policías comunitarios para lo cual se tuvo que
echar mano de algunos militantes del PRD y se dice que además que intervino un
hermano del propio gobernador Aguirre, lo cual solo denota una cosa: que el
mandatario sigue ejerciendo su nepotismo cuestionado y del cual quiso deslindarse
aunque nunca lo logró y ahora se vuelve a reiterar la intervención de
familiares en actos eminentemente oficiales.
Por
lo visto, tendremos que esperar quien será el sustituto de Humberto Salgado Gómez
y si hay mas dimisiones, pues de los otros, aunque para el efecto, se habla con
insistencia y al parecer es ya un caso de ‘’línea política’’ de que quien viene
a sustituir a Salgado Gómez será el senador Sofío Ramírez Hernández, a quien se
le ubica como el ‘’caballo negro’’ de Aguirre para sustituirlo en la
gubernatura, aunque de ser cierto y aceptar el senador el cargo, lo único que
hará es desgastarse más de lo que está y por lo tanto al llegar los tiempos de
elegir candidatos dentro del PRD quien sabe cómo llegará pues Guerrero no está
para bollos y menos para verracos.
El
PRD en Guerrero tiene muchos aspirantes a la gubernatura. Sofío es uno más de
la lista y su única luz proviene no de su generador sino el del gobernador y
quien sabe si la energía del propio mandatario dure hasta el 2015. Hay muchos
que están ya empezando a promoverse entre los medios para que el gobernador los
tome en cuenta, pero la realidad es que si Ángel Aguirre Rivero desea
recomponer el rumbo y hacer las cosas debidas, tendrá que revisar los currículos
y las biografías que se le acerquen y de quienes tiene afectos personales, pues
una cosa es verdad, no se puede siempre lograr el éxito manteniendo alrededor a
leales ineficaces sino a eficaces con lealtad que es diferente.
Muchos
de sus alfiles y caballos puestos en dependencias claves le han fallado y mucho
y por ello tendrá que inyectar nueva sangre a su administración para que pueda
salvar estos dos años y meses que le quedan de servicio para atender las
demandas de la comunidad guerrerense.
Periodista/Analista
Político*