Manuel: La Tormenta

PUNTO DE VISTA 

Enrique Caballero Peraza

Navega, velero mío, sin temor, que ni enemigo navío ni tormenta, ni bonanza tu rumbo a torcer alcanza, ni a sujetar tu valor.
José de Espronceda

El domingo 15 de septiembre, la lluvia se presentó de manera continua e inmisericorde en todo el estado de Guerrero. Sin viento de gran velocidad, solo agua y más agua, minando, erosionando, y poco después inundando y destruyendo.
En la comunidad de “La Pintada” del municipio de Atoyac, se desgajó el cerro y cubrió una gran parte del caserío, los ocupantes de las viviendas fueron literalmente sepultados vivos, víctimas de una muerte cruel e intempestiva.
En “La Pintada” la gran mayoría de sus habitantes son parientes entre sí, es una comunidad pequeña de vocación cafetalera, una sobreviviente perdió a 23 de sus familiares. Afortunadamente también hay historias de esperanza, una de ellas fue la vivida por la pareja conformada por Don Gerardo Rojo Neri de 76 años y su esposa Doña Rufina Romero Cisca de 61 años, ellos se salvaron, pero no solos, también se salvaron sus hijos y sus nietos: la familia Ávila Rojo (padre, madre y seis hijos), la familia Rojo Valente con tres integrantes, la familia Rojo Juárez con cuatro integrantes y la familia Rojo Rodríguez con cuatro integrantes, haciendo un total de 21 personas, doce de ellos son niños y tres de las mujeres se encuentran embarazadas.
Fueron trasladados por vía aérea a Acapulco y después de tocar base en el albergue, acudieron a refugiarse a casa de un familiar, Don Félix, que es vecino de la colonia Libertad, el los recibió a todos, y aun perdiendo sus posesiones materiales, la sonrisa de esperanza no desaparece del rostro de los niños, corren y sonríen, tratando de olvidar las pesadillas que los atormentan por la noche, para ellos la lluvia nunca simbolizará lo mismo.
Ante la contingencia, se ha manifestado lo mejor y lo peor del ser humano, así como el Ejército, la Armada de México y la Policía Federal han actuado con heroísmo en el rescate de los afectados, llegando incluso a morir en el cumplimiento de su deber, hay quien considera que los damnificados son un negocio floreciente, la administración de la ayuda es disputada, y el colmo de la insensibilidad es cuando son vistos como un botín electoral. Lo más bajo del ser humano se manifiesta también en la rapiña y el pillaje, no solo contra centros comerciales, también haciendo víctimas del robo a los dueños de las casas abandonadas.
Pese a todo, gracias también a los cientos de héroes anónimos, voluntarios que desinteresadamente hacen acopio, arman despensas y las trasladan a las zonas necesitadas, gracias a todo el equipo de Radio y Televisión de Guerrero, quien sacó la casta e hizo una cobertura sin precedentes, con gran contenido social.
Hoy, el estado de Guerrero está de pie. Lo alienta ese espíritu inquebrantable de hombres bravos y de acero. Tendrá que pasar un tiempo para que todo vuelva a la normalidad cotidiana, hay que afrontar las secuelas, principalmente la falta de agua potable, también hay que prevenir la aparición de epidemias y la proliferación de mosquitos Anopheles y Aedes, con la eventual propagación de Paludismo y Dengue.
Por último quiero terminar estas líneas, haciendo un llamado a la unidad de las cámaras empresariales, de la iniciativa privada, para de manera coordinada tener una respuesta ante los hechos, no todo se le puede dejar al gobierno federal, estatal y municipal. Ojalá también que nuestros representantes populares actúen de manera conjunta y coordinada como órganos colegiados, teniendo como objetivo principal el bien común de la sociedad y no de manera individual, para como corsarios obtener un botín. Esperemos que lo que se promete en la tormenta no se olvide en la calma.
Sigamos trabajando, hoy Guerrero necesita de todos nosotros, la labor de reconstrucción no será fácil, pero estoy seguro que lo lograremos, lo haremos con entereza, con entrega, con generosidad e incluso, también con alegría.

Todos juntos: ¡Rescatemos Guerrero!


Addendum: Hasta la fecha 23 de septiembre, aún no ha llegado ninguna ayuda a los dos municipios más pobres del estado: Cochoapa el Grande y Metlatónoc. Ahí aún sigue lloviendo, no se ha podido llegar ni por tierra ni por aire. Espero que pronto nuestros hermanos más desprotegidos también puedan ser apoyados de manera subsidiaria.

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1 Comentarios

  1. Encantado de leerte, pues hacer una brillante antología de lo acontecido y lo grave y doloroso que ha sido. Nosotros tuvimos esta terrible experiencia que te resumo sus consecuencias. Según informó el ministro del Interior, Jesse Chacón, las lluvias que azotaron Venezuela dejaron 61 muertos y más de 22.000 damnificados, de igual forma 70 personas continúan desaparecidas y más de 38.182 viviendas fueron dañadas por las fuertes precipitaciones, que se prolongaron desde el lunes 7 hasta el domingo 13, causando los mayores estragos en las regiones norte-costera y andina del suroeste del país.
    Lo del Litoral Central -La Güira y sus alrededores- fue realmente espeluznante.

    Un abrazo siempre solidario,

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