¿Quién hubiera hecho un mejor trabajo?


¿Quién hubiera hecho un mejor trabajo? La pregunta que inquieta para cualquiera que se sienta en el Ayuntamiento de Acapulco, desde el que se encuentra en la caseta de vigilancia hasta Presidencia. Las elecciones municipales de Acapulco en el 2012, las cuales fueron un domingo 1 de julio, han cosechado una triste realidad a los acapulqueños. Y sólo ha traído alegría a una pequeña masa amorfa, como a un Mario Ramos del Carmen, Armando Tapia Moreno, Oliver Quiroz Vélez, Víctor Jorrín Lozano y una decena más. Dejando afuera a personajes importantes en el grupo del águila naranja. Pero la supremacía del capital, y de a quienes les gusta vivir como lacayos, avivan más la inercia de una labor administrativa catastrófica. Se cumple un año y no hay nada qué celebrar, nada qué decir a los cuatro vientos e inevitablemente, nada qué presumir. Ya no me refiero a los encuartelados de Comunicación Social, donde un sujeto que los liderea, ata de manos a los jefes y secretarios en el rubro de los medios de comunicación, ahí está el eje de la crisis. Un hato de especímenes que francamente no habilitan nada.
Consideramos en la teoría de la política aplicada, que la panista Digna Marroquín Cisneros, por género más que nada, habría inspirado una estrategia y se haría con amor y cariño desde el DIF Acapulco, hubiera mayor compromiso en ese rubro que está olvidado hoy en día en el puerto; si el priísta Fermín Alvarado Arroyo fuera el presidente, la sinergia partidista sería justa gradualmente, estarían los estatutos donde deben estar y la línea política fortalecería en gran medida a Acapulco, no como en la actual, que jalan con el mejor postor; si Carlos Reyes Paris, de Nueva Alianza se hubiera posicionado como primer edil, los empresarios estarían enlazados a las dependencias correspondientes, en las asociaciones civiles, organismos no gubernamentales y comisiones de la regiduría. Las propuestas son objetivas, así se planearon. Esperemos que no caiga el pueblo de Guerrero más adelante en un error que podría costarle la vida a Acapulco y a cada municipio que constituyen las siete regiones de la entidad. Pensar en nuestro futuro es ganar, y eso no se da en un montón de entes que son centinelas de un guía moribundo. Luis Walton Aburto, alcalde de Acapulco, en su trayectoria por el mundo de la política está con los estertores, así sin más. Esperemos que los movimientos del personaje del momento a nivel nacional, no apabullen la verdad. Los intereses están cerca de uno, y ese es el informe, la voz de cada ciudadano guerrerense. Hacer un buen trabajo es el reflejo, al menos, de un sólo hombre.

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