Campaña antichina en México y la disculpa que no llega

Alex Islas

A lo largo de la historia diferentes gobiernos han cometido serias omisiones y atropellos en contra de diversos grupos humanos, pero llega un momento en que se debe llegar a la reconciliación y quienes cometieron barbaries tienen que aceptar que en su momento se equivocaron, ejemplos en el mundo real hay muchos como la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki que puso fin a la Segunda Guerra Mundial, sin embargo, miles de personas murieron y otras más quedaron con graves secuelas de salud, una acción innecesaria de parte de los Estados Unidos, en palabras del entonces líder de las Fuerzas Aliadas Dwight D. Eisenhower “Japón estaba listo para rendirse”, así que la bomba mentada estuvo de más, el tiempo pasó y ya en 2008 la entonces líder de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, encabezó una guardia de honor en el aniversario del lanzamiento de la bomba atómica convirtiéndose en la autoridad estadounidense de más alto rango en hacerlo; en México tuvimos un episodio bastante vergonzoso a principios del siglo XX, me  refiero a la persecución de la que fueron víctimas inmigrantes chinos en Estados del norte del país como Sinaloa, Coahuila, Baja California y Sonora, hecho por el que el gobierno mexicano no ha reconocido nunca las violaciones y omisiones cometidas por el gobierno y ciudadanos mexicanos en contra de los chinos.
Un poco de historia, a finales del siglo XIX empezaron campañas a favor de la limpieza étnica y actitudes hostiles a los migrantes sobre todo los de origen asiático, persecución que se radicalizó durante y después de la Revolución Mexicana, para muestra un texto de Pedro Salmerón sobre la toma de Torreón que hizo el revolucionario Benjamín Argumedo en 1911 en la que fueron saqueados comercios chinos y varios de sus dueños fueron asesinados: “La colonia china de Torreón estaba formada por unos 600 orientales con una elite pequeña pero muy visible. Finalmente, los agravios que los pobres de La Laguna guardaban contra los extranjeros (los hacendados eran “gachupines”; “gringos” los administradores y capataces de las minas y el ferrocarril; “turcos” y “chales” los pequeños comerciantes que encarecían sus productos en los años malos) se tradujeron en la venganza contra la colonia extranjera más vulnerable”.
Pero eso no fue todo, el gobierno mexicano tuvo para con los chinos prácticas dignas de la Alemania Nazi, para 1920 fue aprobada una legislación presentada por el senador Andrés Magallón con la complacencia del entonces presidente Álvaro Obregón y del gobernador de Sonora (y a la larga presidente de México) Adolfo de Huerta (sin relación con Victoriano Huerta) que entre otras cosas proponía: confinar a los chinos a barrios especiales, prohibirles vender comestibles, prohibir el matrimonio entre chinos y mexicanos, no podían tener acceso a puestos públicos, se les culpaba de propagar enfermedades como la lepra y la sífilis, además de que los llamados “Comités Antichinos” (el equivalente mexicano al Ku Klux Klan) se dedicaban a perseguir y asesinar a personas por el único y simple hecho de ser chinos.
Otro notable antichino fue Ricardo Flores Magón (sí, el mismo que quiso separar la Península de Baja California de México) quien escribió en el programa del Partido Liberal Mexicano de 1906 su preocupación por la inmigración china en México y como a su parecer le quitaban empleo a los mexicanos (exactamente el mismo argumento que se usa contra los inmigrantes mexicanos en Estados Unidos): “La prohibición de la inmigración china, es, ante todo, una medida de protección a los trabajadores de otras nacionalidades, principalmente a los mexicanos. El chino, dispuesto por lo general a trabajar con el más bajo salario, sumiso, mezquino en aspiraciones, es un gran obstáculo para la prosperidad de otros trabajadores. Su competencia es funesta, y hay que evitarla en México. En general, la inmigración china no produce a México el menor beneficio.”
Durante el maximato se recrudeció de forma muy importante el sentimiento antichino que estuvo fuertemente patrocinado por el gobierno de Plutarco Elías Calles al grado que en los 30’s se había expulsado o asesinado a casi toda la población china de México, al grado de nombrar a Francisco Elías, gobernador de Sonora en ese tiempo como “general en jefe del antichinismo”.
Muchos de los personajes históricos antes mencionados han sido casi puestos en un altar por la historia oficial, pero han olvidado mencionarnos el pasaje xenófobo, intolerante y racista que tuvieron, una muestra más de que hay empezarnos a cuestionar la historia que se ha venido enseñando en las escuelas.
Es lamentable que en más de 80 años el gobierno mexicano no haya pedido siquiera una disculpa a los chinos por las persecuciones de las que fueron víctimas, para el gobierno pareciera que las décadas de persecución a un grupo de seres humanos por su nacionalidad no sucedieron nunca, otros países han reconocido sus errores, como Francia lo reconoció con Argelia y el actual gobierno argentino con la brutal dictadura militar de los 70’s ¿por qué México no puede hacer lo mismo? Por mí parte yo como mexicano me disculpo y me avergüenzo por las décadas de violaciones y omisiones que cometieron mis connacionales, no sé ustedes pero si el gobierno no puede, yo lo hago a título personal.

REFERENCIAS

Gerardo Rénique, “Anti-Chinese Racism, Nationalism and State Formation in Post-Revolutionary Mexico”, Political Power and Social Theory, Vol. 14 (2000)
Héctor de Mauleón “Barrio Chino”, Revista Nexos 2013
Redacción Revista Nexos, ¿Una disculpa por la vergonzosa campaña antichina?, 2013



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