Alex Islas
Uno
de los personajes históricos más socorridos en nuestro país es sin duda el
expresidente Lázaro Cárdenas del Río al grado que forma parte del altar de
santos laicos de nuestra historia, pero hoy vamos a intentar bajar a la tierra
a este personaje que como cualquier otro cometió errores y aciertos, al final
un ser humano perfectible que tuvo la peculiaridad de ostentar el poder en
algún momento, específicamente una decisión difícil que tuvo que tomar Cárdenas
está relacionada con un recurso natural que ha sido (y sigue siendo) producto
de discordias y rencillas: el petróleo.
El
18 de marzo de 1938 Lázaro Cárdenas retiró las concesiones de explotación de
hidrocarburos y expropió los bienes que pertenecían a estas (tales como
maquinaría, instalaciones, tuberías, entre otras), con lo que la regencia para
explotar petróleo de ese momento en adelante recaería en el Estado mexicano.
Eliminar
las concesiones a las empresas británicas, holandesas y en menor medida
estadounidenses fue la última salida que tuvo Lázaro Cárdenas ante el
incumplimiento de contrato a los trabajadores por parte de las empresas
extranjeras, todo ello después de un litigio desgastante que llevó varios meses
y que incluso llegó a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en pocas
palabras Cárdenas tenía dos opciones: continuar con la parálisis de la
industria o nacionalizarla (dirían algunos tuvo que elegir entre la mala y la
peor).
Algunos
creen que a partir de la expropiación todo fue miel sobre hojuelas y desde
entonces “el petróleo es nuestro”, pero no hay que olvidar que fue precisamente
el general Cárdenas quien abrió la puerta al corporativismo sindical, para
muestra el hecho de que exactamente 12 días después, el 30 de marzo de 1938, el
Partido Nacional Revolucionario pasó a convertirse en Partido de la Revolución
Mexicana (antecedente directo del PRI) que arropó al liderazgo sindical
representado en la Confederación de Trabajadores Mexicanos y en la
Confederación Nacional Campesina, también este naciente partido tuvo el apoyo
incondicional de uno los sindicatos más corruptos y opacos de este país: el
Sindicato de Trabajadores Petroleros; quienes ensalzan al expresidente y
critican la vida de jeque árabe que lleva el actual líder, Carlos Romero
Deschamps, olvidan que fue “El Tata” Cárdenas quién le abrió las puertas al
todo el charrismo sindical y sin ese partido corporativo no se entendería el
sindicalismo tal y como lo conocemos el día de hoy ¿así o más contradictorio?
A
diferencia de lo que algunos creen, Lázaro Cárdenas no planeaba eliminar la
inversión privada y la asociación con particulares de la explotación de
hidrocarburos en el Artículo 7 de la Ley Reglamentaria del 27 Constitucional
publicada el 9 de noviembre de 1940 se menciona lo siguiente: “Podrán
celebrarse contratos con particulares, a fin de que estos lleven a cabo, por
cuenta del Gobierno Federal, los trabajos de exploración y explotación, ya sea
mediante compensaciones en efectivo o equivalentes a un porcentaje de los
productos que se obtengan”; es decir, no fue el cardenismo el que
definitivamente prohibió a los particulares participar en la industria
petrolera, esto se dio durante el gobierno de Adolfo López Mateos, cuando el
Congreso reformó el Artículo 27 Constitucional y explícitamente prohibió y dejó
sin efecto todo contrato con la Iniciativa Privada, dicha reforma fue aprobada
el 22 de octubre de 1959, tuvieron que pasar 19 años después del fin de la
administración Cárdenas para que las leyes en materia de explotación de
hidrocarburos fueran como las conocemos.
Con
esto terminamos por meternos el pie pero de una forma tremenda porque hasta el
momento lo que hace Pemex es pagarle a compañías de Estados Unidos por refinar
petróleo y este nos devuelve derivados tales como gasolina y plástico que
pagamos más caros por no tener la tecnología apropiada para llevar a cabo estas
actividades y con ello emplear a mexicanos y enriquecer una industria
estratégica, para que esto suceda necesitamos (de forma urgente) que se haga
una Reforma Energética.
Hoy
se discute (por enésima vez) en el Congreso una Reforma Energética, tanto el
Gobierno Federal como los dos principales partidos de oposición (PAN y PRD) ya
han presentado sus propuestas y según dicen nuestros políticos de varios
colores y sabores en breve vamos a tener una reforma que incentive a la
industria y la saque de su letargo (yo en lo personal no me hago muchas
ilusiones).
Muchos
proponen regresar el Artículo 7 de la Ley Reglamentaria del 27 Constitucional
que permite la participación de particulares en la industria petrolera para
contar con el capital adecuado para hacer frente a los tiempos modernos que
exigen tecnología y competitividad en el sector, pero irónicamente quienes se
oponen a que se cambie siquiera una coma en la ley son quienes han tomado a
Lázaro Cárdenas como estandarte en su lucha ignorando que fue precisamente él
quien permitió la participación de capitales privados.
Este
país no necesita santos laicos ni deidades incuestionables, este país lo que
necesita es salir adelante, progresar sin excusas ni pretextos y eso se va a
lograr dejando atrás todas las telarañas que no nos han permitido avanzar, se
necesita una reforma que promueva la inversión, haga que el sindicato rinda
cuentas, promueva la creación de empleos bien remunerados, apueste por energías
alternativas, convierta a Pemex en una empresa productiva y deje de ser la caja
chica del gobierno en turno, sí algún día esto llega a suceder, yo pido mi
nieve de limón.
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