El siempre mandón Estado Niñera

Alex Islas

En esta vida siempre habrá gente que nos quiera decir que debemos o no debemos hacer, personas que parecen no tener nada mejor que hacer con su tiempo que criticar y condenar las decisiones que tomamos todos los días, generalmente a este tipo de personas solo se les ignora y se les deja solas pensando de uno lo que les dé la gana, pero ¿qué pasa cuándo quién cuestiona nuestras decisiones es el Estado? Quién además con todo su poder coercitivo quiere que elijamos sí o sí las opciones que quiere para nosotros. Esto sucede más de lo que se cree y es algo que se llama Estado Niñera, es decir, un gobierno que vela por “cuidarnos de nosotros mismos”, que  nos comamos todas nuestras verduras, hagamos ejercicio, vayamos al doctor, etc…

A nivel internacional uno de los mayores exponentes del Estado Niñera es el exalcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, cuando pretendió prohibir los refrescos grandes en su Ciudad dizque para promover una vida más sana entre los neoyorkinos la pregunta aquí es ¿qué hace el gobierno queriendo tomar decisiones que solo le competen a los individuos? Las críticas por supuesto no se hicieron esperar y Bloomberg fue atacado (con justa razón) por meter sus narices donde nadie lo llamó; actualmente la decisión se encuentra en manos de las Cortes.

En el caso de nuestro país se han puesto en marcha nuevos impuestos a refrescos y comida chatarra “para promover una buena alimentación” con el auspicio de una asociación presidida por (¡adivinaron!) Michael Bloomberg; un impuesto que solo generará pérdidas de empleo y una carga mayor a los contribuyentes y por supuesto acarreará que sean los burócratas quienes quieran decidir por nosotros.

Otra muestra de nuestros siempre preocupados políticos fue la prohibición de poner saleros en los restaurantes de la Ciudad de México y vino otra vez una supuesta preocupación por la salud de los ciudadanos o dándole otra lectura: nuestro gobierno piensa que somos tarados y no podemos tomar decisiones por nuestra cuenta. Además el mismo gobierno que pretende perseguir el uso de sal es el mismo que a los cuatro vientos pide legalizar la marihuana (¿así o más contradictorio?), digo yo no sabía que la mota es más sana que la sal.

La libertad implica tomar determinaciones, implica equivocarnos y por supuesto tomar decisiones poco sabias que a la larga nos acarrearán consecuencias, pero eso es mejor que tener un burócrata metiche en medio que nos quiera decir cómo vivir nuestra vida.

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