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Hugo Falcón Páez

Internet, la red de redes. Es tildada como la Torre de Babel, el Muro de los Lamentos, entre otros sobrenombres. En un sentido figurado es un iceberg, hemos visto una octava parte de lo que es.

Hablar de la Internet es hablar de historia, llevarnos páginas de apuntes, anécdotas, tecnicismos, es una amalgama de saberes e información desconocida. Hoy se equipara a un mundo alterno, tan virtual como el de los sueños e ideas que llevan a elevar a una persona o a sucumbirla. La nueva arma es tan letal como la pluma que escribe con sapiencia y exactitud. Basta tener una cuenta de correo electrónico para establecer comunicación con el mundo entero en casi su totalidad, redes sociales y mass media, aplicaciones y programas, sólo eso y un dispositivo que te conecte por Wi Fi o un paquete de datos de alguna empresa de telecomunicaciones.

En sí, este fenómeno del siglo pasado vino a fomentar la comunicación a pasos enormes, el video toma distancia y se vuelve una mutación multimedia, en la cual cualquier niño o joven puede anunciar, exponer o programar su vida, la óptica de una sociedad, el lenguaje, todo un país. La creación de servidores y compañías diseñadas a fomentar el uso de la Internet, han dado a la luz la interconexión de un punto a otro, de manera intercontinental el texto, la fotografía y la secuencia de imágenes en cualquier formato nos informa. Nos hace entender, y nutre nuestros sentidos con las bellas artes y la cultura, la civilización toma forma en una pantalla, y los pixeles te hipnotizan. Las redes sociales no son de temer, el social media representado por Facebook, Twitter, Google +, Linkedln, Youtube, Tumblr, Pinterest, Instagram, Flickr, Reddit, Badoo, deviantART, Vimeo, Tagged, Taringa, MySpace, Foursquare, hi5, Line, WatsApp, Viber, Telegram, Fklipboard, Taptu, y muchas más, son producto de una sociedad hambrienta por emitir una opinión a través de caracteres o fotos. Lo que se debe temer es a la no legislación de la Internet en muchos países, sin embargo, Google ya ha pedido a la ONU que estudie el caso y planifique una Ley mundial para controlar a este hydra e indudablemente a sus cabezas. Se tendría que generar un régimen cibernético, considerando que pasaría por las manos de políticos corruptos y enfermos de poder, para equiparar una policía digital que ronde por la www.

Una clase nueva nacería y el castigo civil o penal sería trascendente. Un ejemplo es la Internet profunda, o la llamada Internet Invisible, en la cual ni Edward Snowden o Julian Assange se atreven a visitar, y si lo han hecho los resultados están a la vista. Arquetipos en cual el contenido es prohibido, son páginas indexadas por los motores de búsqueda. Se dice que la Dark Web, Deepweb o Hidden Web es quinientas veces mayor que la Internet que tenemos al alcance la mayoría de los mortales. Qué hay ahí, pues desde hackers a sueldo, servicios ilegales, mercado negro, experimentos humanos, casos de extraterrestres y gore, así como virus informáticos desconocidos que pueden apabullar tu sistema. Es delicado pensar entrar en esa red negra, ya que encontrarías o más bien te encontrarían, es entonces que las pesadillas más degradantes o escabrosas estén ahí. Esa Internet profunda tiene niveles y cada uno se comporta con multimedia impactante, puedes entrar a través de un programa especial, pero esto no es un juego.

Sin dar más detalles, la Internet es del mundo y hecha por el mundo, es la manzana prohibida, el pecado que nos llevará a un futuro inexplicable. Pero no todo es negativo, siempre como la vida misma, puedes edificar y construir con benevolencia. Otro segmento relevante que han impuesto las mal llamadas redes sociales, son los Me Gusta o Likes, así como el rubro de Followers o Seguidores, cuando realmente lo que importa para una empresa que revela hechos e información son las visitas o shots por nota. Así que los portales web por más dinámicos que sean, los blog más desdeñados, o las páginas de alguna social media, no son viables sin esos elementos.

Pero el planteamiento directo es, cuántas veces ha ido a la Isla de la Roqueta, una, tres, siete veces, al menos que seas trabajador o dueño de ese lugar tu vida será estar viajando ahí, y aún no terminarías de conocerla. La analogía es clara y precisa, y se sintetiza, lo que importa es quién y cuántos me visitan, el cuestionamiento es Stalker vs. Likes. Lectores que pasan de largo, que no dan un Me Gusta, no te siguen siquiera, no son tus amigos ni de tu círculo virtual, pero que el sistema del webmaster lo detecta. Ese conteo tan real, es el que hace que crezca el negocio, no si tienes cientos, miles o millones de likes o followers. Por ello, hablar de la Internet es hablar de la historia de la humanidad, de lo que es, cómo es, cuándo, dónde y porqué es. Aun así, como dicen, la ignorancia es una dicha.

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