falcotitlan : SANTOS


Hugo Falcón Páez

No dañes, ni te dañes.

Los elegidos por Dios, era el nombre que recibían hombres o mujeres que se distinguían o se diferenciaban por sus destacados logros espirituales. Acciones que iban entre el conocimiento de la vida y la humanidad, la razón y la fe, la ciencia y el arte. Sanctus en latín, hagios en griego y kadosh en hebrero. Las tradiciones religiosas, han llevado de la mano la vida de algunos personajes, por su particular modo de trascender entre la historia. Apreciación divina, elevación ética, liturgia y tradiciones no teístas, son elementos que desde un inicio abrevian el camino de la acción suprema: La verdad.

Un ejemplo claro, San Agustín, quien en su búsqueda exhaustiva al problema de la verdad, fue de una escuela filosófica a otra sin obtener la respuesta satisfactoria. Una inquieta mente que estudió el maniqueísmo, racionalismo y fideísmo. Agustín lejos de enclavarse en la frustración, prosiguió para llegar a la conclusión que la fe y la razón no están separados ni son opuestos, sino más bien son complementos. Él decía, que la fe es un modo de pensar asintiendo, y si no existiese el pensamiento, no existiría la fe. Profunda enseñanza que no muere, tal y como la obra del primer santo negro de América y patrón universal de la paz.

San Martín de Porres, quien entre sus actos nobles y benevolentes estaba el de ser tan humilde como virtuoso para auxiliar al enfermo, al necesitado, al pobre. Tan fue así, que en una ocasión el convento tuvo problemas económicos y el Prior se vio en la necesidad de vender objetos de valor, pero el peruano se ofreció a ser vendido como esclavo para ayudar. Sin embargo, esta propuesta fue rechazada. Un desapego a lo material y lo mundano, a lo terrenal, tal como San Antonio. El fundador del movimiento eremítico, quien abandonó sus bines y pertenencias para llevar una existencia de ermitaño. Atendió así comunidades monacales en Egipto. También fue conocido como Antón Abad, el cual representa la piedad cristiana. Tan aleccionadora, como la de Tomás de Aquino, el teólogo y filósofo que simboliza la enseñanza escolástica. El italiano fue miembro de la Orden de Predicadores, y una de las mayores figuras de la teología sistemática, una autoridad en metafísica y referente en la corriente tomista y neotomista. Conocido como el Doctor de la Humanidad o Doctor de la Iglesia escribió obras de gran evergadura, como la Summa Theologiae y la Summa contra Gentiles. Este pensador aceptó los pensamientos de Aristóteles, y es conocido también, como el santo patrón de las universidades, para llegar a consumarse sin parangón entre sus coetáneos.

Así como lo fue Jesús de Nazaret, el más influyente de la cultura occidental sin lura a dudas. Considerado el profeta (Isa) más relevante en el Islam, entre los judíos negado (encarnación de Dios) como divinidad. La importancia es vital hoy en día en el aspecto central del amor y sus variantes, el respeto, el cariño, la misericordia, la ternura, el cuidado, la fe, la paciencia, la fortaleza, la piedad, conceptos que realmente encarnan al ser humano. Porque en el presente sin notar mucho de los santos, uno debe saber qué es y de qué está hecho. Sin fechas o patrimonios legendarios, únicamente una frase: No te dañes, ni dañes. 

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