¿Igualdad o diferencia sexual? Una aproximación biofilosófica

Enrique Caballero Peraza
                                              
La igualdad tal vez sea un derecho, pero no hay poder humano que alcance jamás a convertirla en hecho.
Honoré de Balzac. Novelista Francés. (1799-1850).
La igualdad es una necesidad vital del alma humana. La misma cantidad de respeto y de atención se debe a todo ser humano, porque el respeto no tiene grados.
Simoine Weill. Filósofa Francesa. (1909-1943).

Resumen: En el contexto histórico se abarca desde 1789 al 2000 desde la publicación de los Derechos del Hombre, a la ley de la paridad francesa. En el ensayo se abordan las diferencias biológicas y psicológicas del hombre y la mujer, se realiza un análisis esgrimiendo que la diferencia e igualdad son complementarias, se revisan ambos términos desde un punto de vista post-estructuralista.  Finalmente se comenta sobre los posibles nuevos caminos que puede recorrer el género humano en un futuro próximo.

Abstract: An historical context is developed from 1789 to 2000 since the publication of the Rights of Man to the French parity law. In the essay the biological and psychological differences between men and women are discussed, an analysis arguing that the difference and equality are complementary, and both terms are reviewed from a post-structuralist view is performed. Finally, there is some comments on possible new paths that mankind could explore in a near future.

Introducción: una pincelada histórica

El iniciar este texto con dos citas (en estricto orden alfabético y de época) de escritores de origen francés no es algo casual, el tema de la igualdad es un tema profundo, complejo y multifacético y es en Francia, nación caracterizada por lo revolucionario y avant garde de sus ideas, donde nace el principio de la igualdad, y es que son las ideas y no exclusivamente las guerras y las conquistas, como pudiera pensarse desde una postura belicista, (Watson 2006) lo que da sentido y rumbo a la historia de la humanidad; desde el Fuego, hasta Freud, pasando por otra importante “F” que es el feminismo. En Francia, y especialmente en París, siempre se ha empujado a las ideas sobre los límites de lo establecido, más allá de la norma y del statu quo, en una eterna búsqueda de los postulados de la revolución francesa: Liberté, égalité, fraternité. (Libertad, igualdad, fraternidad).

Postulados que no fueron considerados al principio, al menos en lo que respecta a la igualdad de género por la Asamblea Nacional Constituyente Francesa el 26 de agosto de 1789. El documento base fundamental del reconocimiento de los derechos naturales, no consideró a los esclavos, ni a las mujeres. La declaración fue la predecesora de lo que sería la Constitución de 1791 y es en ese mismo año en que se aprueba la constitución, cuando Marie Gouze, utilizando el más conocido pseudónimo de Olympe de Gouges, publicó su obra: Déclaration des droits de la femme et de la citoyenne  (Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana). (Gouze, 1791)

El principio del artículo primero, no deja lugar a dudas sobre la contundencia de la postura de la autora:

“I - La mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos.”

Marie de Gouze, activista política de gran profundidad e intensidad, fue también una abolicionista, a quien su apoyo irrestricto a los Girondinos [1], y su radical oposición a Robespierre, le llevó a acompañar en su suerte a los principales dirigentes de este grupo político, en ese “inmenso malentendido” (Duhamel, 2014) la cual fue el encarcelamiento, juicio sumario y muerte por la guillotina el 3 de noviembre de 1793. (Lamartine, 1847).

La promotora de la lucha feminista, se encontró finalmente con un fatal destino.

¿Iguales o diferentes? Un punto de vista biológico

Sin el ánimo de querer jugar el papel del abogado del diablo, quien es el dignatario eclesiástico comisionado para investigar la procedencia o no, de incluir o evitar su inclusión en el santoral católico a un nuevo santo, nos dimos a la tarea de investigar algunos posicionamientos diversos.
Carolina Pérez Dueñas, Doctora en Psicología por la Universidad de Granada en el programa de Doctorado de Psicología Experimental y Neurociencias del Comportamiento, en su texto: “Diferencias entre hombres y mujeres”. “Tan iguales y tan diferentes”, nos presenta algunas ideas que nos sirven de base para presentar algunos puntos cuya exposición pudiera estar deformada por la previa formación médica y psicológica del autor del presente artículo.
Existen diferencias genéticas entre el hombre y la mujer, lo que determina el sexo es la presencia cromosoma “Y”, presente en los hombres y ausente en las mujeres, la mujer por su parte cuenta con un doble cromosoma X, que le confiere mayor resistencia, para empezar la convierte solamente en portadora en todas las enfermedades ligadas al sexo o al cromosoma X, como el Daltonismo y la dramática Hemofilia.
Aun cuando en un principio “in utero” la formación es idéntica; el cromosoma Y, a través de su gen Testing determining factor (TDF), permite la liberación de la sustancia de Just, la cual funciona como un precursor y que finalmente será la responsable de la formación de tejido testicular a partir de tejido embrionario no diferenciado, con la consecuente mayor producción de testosterona y la formación de características sexuales primarias y secundarias masculinas.

Las diferencias en la talla, que pudieran ser explicadas por la variación en la alimentación que privilegia en casa al varón, es una constante que no podemos desechar de antemano, pero es claro también que hay una relación directamente proporcional entre la cantidad secretada de testosterona, y la mayor secreción hipofisiaria de la somatotropina u hormona del crecimiento, con la consecuente mayor síntesis proteica y formación de masa muscular. (Hall 2011).

Las diferencias también son morfológicas durante el desarrollo, al inicio de la adolescencia los hombres tienen ensanchamiento de los hombros y la espalda, mientras que las mujeres desarrollan senos y un ensanchamiento de la zona pélvica.
El mayor número de glándulas sudoríparas en el hombre produce mayor sudoración y un olor diferente y más penetrante.
La mujer desde “in utero” cuenta con el número total de óvulos que utilizará toda su vida, de los cuales tendrá la oportunidad de madurar durante toda su vida reproductiva, normalmente uno al mes, hasta la aparición de su menopausia; el hombre produce cientos de millones de espermatozoides de manera continua, siendo fértil hasta su muerte, mientras se encuentre físicamente sano.
El tamaño del cerebro, no tiene relación con la inteligencia, el del homo neanderthalensis, tenía un mayor peso que el del homo sapiens, pese a ello nuestros ancestros se encargaron de la extinción del primero. (Caballero, 2013)

El párrafo previo es para poder argumentar sin culpa, que de acuerdo exclusivamente a la masa, en promedio el peso del cerebro masculino es mayor que el femenino. Otra diferencia es que el cuerpo calloso y especialmente el itsmo, que es el tejido encefálico que conecta ambos hemisferios cerebrales es más grueso en la mujer, lo que le permite la transmisión en red de un mayor número de datos de manera bidireccional, emulando un sistema cibernético full-duplex o viceversa. Este flujo hemisférico le permite a la mujer realizar dos funciones de manera simultánea, en mi práctica profesional he podido constatar que existen casos de mujeres que son capaces perfectamente de escribir con la mano izquierda, mientras dibujan con la mano derecha.

Existe una mayor proporción, cercana al 50 % de zurdos hombres (13% del total) que mujeres (9% del total) (Raymond 1996). El cerebro del hombre es más lateralizado.

Entre las diferencias sensoriales, la mujer tiene mayor agudeza auditiva, en tanto que el hombre tiene mayor agudeza visual. La mujer tiene un mayor ángulo de visión, mientras que el hombre tiene un mayor sentido de la profundidad y la perspectiva. El sentido del olfato y del gusto está más desarrollado en las mujeres, las papilas gustativas de las mujeres, detectan con mayor facilidad los sabores amargos, y el hombre percibe más el gusto salado.

Los estrógenos y progesterona circulantes en sangre, protegen a la mujer de enfermedades vasculares, lo que produce en promedio una mayor expectancia de vida. La mujer tiene mayor tendencia a la depresión a crisis de angustia y a realizar gestos o intentos suicidas, en el género masculino hay un mayor número de psicópatas y paradójicamente, con menos intentos, hay más suicidas que si tienen éxito en realizar su cometido.
Durante el aprendizaje las niñas tienen mayor facilidad de desarrollarse verbalmente; hay mayor fijación en las niñas por los rostros humanos y en los niños por los objetos. Existe una mayor tendencia de que los jóvenes opten por carreras de tipo científico, mientras que las jóvenes optan por mayor frecuencia por estudios de tipo humanístico.

Las diferencias en cuanto a desarrollo académico y laboral son explicables por el grado de marginación y discriminación que la mujer recibe, única y exclusivamente por el hecho de pertenecer a ese género. Durante milenios más del cincuenta por ciento de la población se ha visto discriminado y por ende marginado.

La zona hipotalámica que regula el comportamiento sexual es del doble de tamaño en el hombre que en la mujer, la doble producción de testosterona en corteza suprarrenal y en los testículos, produce un mayor deseo sexual, pese a ello la mujer tiene la capacidad de sentir orgasmos múltiples en un solo encuentro sexual, mientras el hombre no.

Diferencia e igualdad. Dos caras de la misma moneda

No debemos por lo mencionado con anterioridad caer en un falso debate. Diferencia e igualdad son paradójicamente complementarias; un concepto unitario, tendrá forzosamente material reprimido y estará en contraposición con otro término. Las oposiciones fijas ocultan la particularidad de que acepciones presentadas como opuestas son en realidad interdependientes. (Scott 1988).
Intentemos realizar una deconstrucción de estas dos acepciones que se contradicen al primer acercamiento; cito textualmente a la Dra. Joan W. Scott:

Un ejemplo puntual (de un significado que expresa políticamente una auto-derrota) es el debate “igualdad versus diferencia” entre las feministas. Aquí se ha creado una oposición binaria para ofrecer una elección a las feministas, de apoyar la “igualdad” o su supuesta antítesis, la “diferencia”. De hecho, la antítesis misma esconde la interdependencia de los dos términos, ya que la igualdad no es la eliminación de la diferencia y la diferencia no excluye la igualdad.

Igualdad versus diferencia, pareciera un laberinto sin salida, pero lo es solamente si hacemos un postulado maniqueo y dicotómico: si se opta por la igualdad, la antítesis sería la diferencia, si se opta por la diferencia se reconoce a priori que la igualdad es una meta inalcanzable.
Las y los feministas estando de acuerdo con la postura de la Dra. Scott, no deberían de renunciar a la “diferencia” al ser un instrumento analítico creativo y menos aún a la “igualdad” sobre todo cuando se busca el reconocimiento de derechos sociales y políticos.
El concepto de la igualdad, desde el punto de vista de la ciencia política, debe incluir también a mi juicio, el reconocimiento de la existencia de la diferencia.

Eppur si muove [2].

Regresamos ambientalmente al principio del ensayo, nuevamente nos ubicamos en Francia, ahora en una Francia moderna contemporánea, donde nació el mouvement pour la parité, cuyo resultado final fue que Francia logró ser la primera nación que con una amplia mayoría masculina en el congreso, aprobó la ley el 6 de junio de 2000, que exige que la mitad de los candidatos para cualquier puesto político sean mujeres.
El nuevo universalismo tiene que considerar que los individuos son hombres y mujeres y reconoce de esa manera la universalidad de la diferencia física entre los dos sexos. Las mujeres son simplemente individuos. Finalmente, seres humanos, con los mismos derechos y obligaciones. No es un tema multicultural, redefinir que la mujer es un ser humano, aun cuando nos parezca de una obviedad reducida al absurdo, es finalmente con ese reconocimiento que se logra la obtención de los principios democráticos.
No es necesario argumentar que la mujer es igual que el hombre y por ello debe contar con una igual participación en la política, tampoco es consecuente el decir que son diferentes y que por ello proporcionan algo inexistente al mundo de la política.
El éxito clave de las paritaristas fue no caer en la trampa de los estereotipos que produce el género.
El individuo neutro del cual depende el universalismo, debe considerarse como sexuado; adaptar en el imaginario colectivo a esa figura falsamente neutra, dado que siempre prevalecía la identidad masculina y reconstruir a ese personaje abstracto, para dotarle también de identidad femenina.
El Dr. Jesús Rodríguez Zepeda, en su artículo: “Género y desigualdad de trato: la igualdad de género como modelo para el derecho fundamental a la no discriminación”, parafrasea a Kant y lo cito textualmente:

En un sentido filosófico moderno, el ideal de igualdad carece de una contraparte empírica, pues se trata de una idea pura de la razón, pero, a la vez, consiste en una idea regulativa que da orden al mundo empírico y, en un sentido práctico, orienta la conducta de los sujetos morales que, sin alcanzarla nunca, transforman su mundo persiguiéndola.

Como seres humanos, somos más que un simple dualismo anatómico, y más que una síntesis andrógina indiferenciada, no tenemos cuatro brazos y dos rostros, ni queremos luchar contra los dioses; lo que somos es especie, somos La Humanidad, con un pasado, presente y futuro que nos unen al compartir una comunidad de recuerdos y contar también con metas conjuntas.

La búsqueda y obtención de la igualdad, deberá ser siempre dentro del contexto de igualdad de derechos, recordar que aunque no seamos iguales, no podemos negar la tesis jurídica asertiva de que debemos ser iguales. (Rodríguez Zepeda, 2011).

El futuro posible

¿Hacia dónde nos dirigimos en el marco de la igualdad? ¿Los conceptos que manejamos el día de hoy serán válidos dentro de algunas décadas? Hace tan solo cincuenta años, los cambios en el orden médico, científico, tecnológico y social, que se han dado hasta la fecha, nos hubieran parecido obtenidos de una recopilación de Isaac Asimov. De la misma manera los cambios que veremos dentro de cincuenta años, son aquellos que hoy ni siquiera los podemos imaginar.
Tal vez pronto nos hará falta una redefinición en el concepto de género, de la especie y del ser humano como tal, percibimos que se enfrentan teorías, entre los que consideran que contamos con especies inmutables (Mahner, 2000) y los teóricos del Transhumanismo que afirman la posibilidad y necesidad de mejorar la condición humana, basándose en el uso de la razón aplicada bajo un marco ético sustentado en los derechos humanos.
La biotecnología, la robótica, la realidad virtual y las técnicas transhumanistas para el mejoramiento del ser humano, que incluyen la clonación, inteligencia artificial, mind uploading, criónica y nanotecnología (Bostrom 2008) tienen mucho aún por avanzar e integrar, conforme estas ciencias avancen, antes de lo que imaginamos, el concepto que manejamos el día de hoy, de género, igualdad y diferencia, el día de mañana puede llegar a ser absolutamente obsoleto.
Terminemos el ensayo también con una cita, esta vez de un inglés:

“Hay más cosas en el cielo y en la tierra, que todas las que pueda soñar tu filosofía"  Hamlet. William Shakespeare.

Bibliografía

1.    Balzac, Honoré. Obras Completas. Tomo I (Editorial Aguilar/Santillana) 2004.
2.    Bostrom, Nick. Anthropic Bias: Observation Selection Effects in Science and Philosophy  Amazon Book. Full view.
«http://www.anthropic-principle.com/?q=book/table_of_contents»
3.    Caballero, Enrique. “¿Somos más que humanos?” 99 grados. Abril 2013.
4.    Duhamel, Alain. “L' Histoire des Girondins, un immense malentendu”, Le Point No. 2162 Jeudi 20 février 2014, p. 94.
5.    Gouze, Marie. “Declaración de los derechos de la mujer y la ciudadana”. 1791. «http://clio.rediris.es/n31/derechosmujer.pdf»
6.    Hall, John. Guyton y Hall Tratado de Fisiología Médica. 12ª. Edición. Elsevier Health Sciences, 2011 ISBN 8480865490, 9788480865494
1112 páginas. Unidad XIV. Endocrinología y Reproducción. 2011.
7.    Lamartine, Alphonse. Historia de los Girondinos Editorial: La Publicidad. 1847. Google eBook.
«http://books.google.com.mx/books/about/Historia_de_los_girondinos.html?id=L-Gl1FS6q5YC&redir_esc=y»
8.    Mahner, Martin; Bunge, Mario. Fundamentos de Biofilosofía. Siglo XXI. 2000  «Google eBook»
9.    Pérez, Carolina. El rompecabezas del Cerebro (En construcción en línea). «http://www.ugr.es/~setchift/esp/publicaciones_libroconciencia.htm»
10. Raymond, Pontier; Dufour; Pape. “Frequency-dependent maintenance of left-handedness in humans”. Proceedings of the Royal Society of London, B, 263, páginas 1627–1633. 1996.
11. Rodríguez, Jesús. 2011 “Género y desigualdad de trato: la igualdad de género como modelo para el derecho fundamental a la no discriminación”. En Serret, Estela (coordinadora) Democracia y ciudadanía: perspectivas críticas feministas. Tomo 10, Serie Género, Derecho y Justicia, México, SCJN-Fontamara, 2012.
12. Scott, Joanne. “Igualdad versus diferencia. Los usos de la teoría post-estructuralista”. Feminist Studies Volumen 14. Número 1. Abril 1988. (Traducción de Martha Lamas)
13. Scott, Joanne. Parité! La Igualdad de Género y La Crisis del Universalismo Francés. Fondo de Cultura Económica. Noviembre 28, 2012. 
14. Watson, Peter. Ideas: A History of Thought and Invention, from Fire to Freud. (Book News, Inc., Portland OR/ HarperCollins Publishers. File size: 2.25MB) 2006. Publicado el 13 de octubre de 2009



[1] Girondinos. Grupo político moderado y federalista que gobernó la Asamblea Nacional Francesa entre 1792 y principios y mediados de 1793.  Era conformado principalmente por intelectuales pertenecientes a la rica burguesía.

[2] Y sin embargo se mueve. (Frase atribuida a Galileo Galilei, al término de su juicio por la inquisición, después de aceptar la teoría geocéntrica).

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