¿Qué pasa en la Sefotur?

Carlos Ortiz Moreno

Tal parece que en el sector turístico se han dado bandazos. No se ha tenido una decisión acertada.

Primero vino Graciela Báez Ricárdez, una chilanga (empleada de escritorio del gobierno de Marcelo Ebrard) que creía que esa dependencia era un islote de poder en donde iba a ser una reina inalcanzable e intocable. Su trato a los medios de comunicación fue tan similar como su padecimiento bipolar.

Luego llegó Javier Aluni Montes, un empleado hotelero dizque de alta alcurnia, que lo único que le ha importado es salir en las fotos de sociales de la prensa de otros países menos en la que debería importarle, la de Acapulco. Se ha comportado con los de adentro y los de afuera como un auténtico patán.

Ambos personajes respondieron, no hay que negarlo, a intereses políticos y no a intereses que realmente le convenían al sector turístico. Ambos fueron una mala decisión no solamente al haberlos designado como responsables del ramo sino por no haberles preparado para enfrentar la crítica de los medios de comunicación.

Sin excepción, la gente de ese sector -aunque algunos son más hipócritas que otros- culpa a los periodistas de la mala imagen turística de Acapulco. Consideran que es obligación de los medios esconder los hechos de violencia que diariamente ocurren en este puerto. No piensan que eso ya no puede ser posible, que son otros tiempos y que el manejo informativo ha cambiado.

Los medios de comunicación reflejan la realidad de una ciudad llena de muchos problemas que escondiéndolos repercutirá negativamente hacia los visitantes. Eso tienen que entenderlo todos los empresarios del sector turístico. La prensa no tiene la culpa de sus políticas absurdas de promoción.

Aquellos buenos tiempos de Santiago Medina Torres y del mismo Ernesto Rodríguez Escalona quedaron sepultados en la memoria. Había trato amable no solamente al exterior sino al interior. Se tenía conocimiento (y se comprendía) que los problemas internos de la ciudad repercutían negativamente en la afluencia de visitantes.

El producto que es Acapulco no solamente se tiene que promocionar hacia afuera. También adentro hay que cuidarlo.

Eso es lo que han olvidado en la Secretaría de Fomento Turístico donde diversos grupos del sector turístico pelean cada seis años por llegar a una silla tan deteriorada no solamente por los golpes de la prensa sino por la abulia de la gente que tiene el poder.

Publicar un comentario

0 Comentarios