Averígüelo Vargas

Enrique Vargas Orozco

LA HAZAÑA CETEGISTA DE AYER: INCENDIAN EL CONGRESO Y LA CONTRALORÍA DE LA SEG; VAMOS AL CAOS Y LA INGOBERNABILIDAD

Destrucción, robos e incendio de edificios oficiales y de partidos, así como de vehículos que estén cerca, es la “política” de la Ceteg y de los ayotzinapos que los acompañan, para supuestamente avanzar en la localización de los normalistas desaparecidos. Ayer incendiaron el edificio del Congreso del estado y la Contraloría Interna de la Secretaría de Educación, sacaron muebles y expedientes y los quemaron en la calle.

Al pasar frente al Congreso del Estado se introdujeron al edificio e incendiaron varias secciones donde está la biblioteca e incluso llegaron hasta el salón de sesiones, donde alcanzaron a quemar una parte, además de los vehículos que estaban en la calle enfrente del edificio del Legislativo, que no son de los diputados, porque ellos tienen su estacionamiento, sino de trabajadores o de gente que acude a ese lugar a hacer trámites o a tratar de entrevistarse con alguno de los diputados, que en su mayoría no han estado presentes, porque temen precisamente ser objeto de agresiones de esa turba inconsciente y agresiva, que atacan todo lo que se cruza en su camino, amparados en la impunidad que se les ha concedido, pues queman, destruyen, agreden, lesionan, sin ninguna posibilidad de que la ley los alcance.

Eso ya es el caos, el desorden, con señales muy claras de ingobernabilidad, mucho mayores que las que se tenían poco después de la muerte y desaparición de los normalistas.

¿Hasta cuándo habrá que esperar o hasta dónde se dejará que lleguen antes de que la autoridad se decida a frenar esos desmanes? Ya rebasan todo lo aceptable de una protesta por un hecho grave que ya se ha investigado, ya se tiene a los culpables y ya hubo una sanción política con la salida del gobernador Ángel Aguirre.

Lo peor es que se trata de un puñado de vándalos irresponsables, delincuentes que han caído en excesos con la venia y la inaceptable tolerancia gubernamental. La impunidad en su máxima expresión.

LA INESTABILIDAD PUEDE PROVOCAR EL PEOR FIN DE AÑO EN GUERRERO

Ya estamos a poco más de cinco semanas de que inicien las vacaciones escolares de fin de año, aunque muchas escuelas de Acapulco, Chilpancingo, Iguala y algunos otros lugares han tenido que suspender labores en varias ocasiones, más que nada para proteger a los niños y jóvenes de preescolar, primaria y secundaria, de los hechos de violencia que se han dado en el estado desde el 26 de septiembre, cuando los normalistas fueron a Iguala a secuestrar autobuses y obtener otros recursos que arrebataban a la gente, pero que por un grave error se enfrentaron a policías que estaban al servicio de la delincuencia, para luego ser entregados a integrantes del grupo delincuencial Guerreros Unidos, que se encargaron de desaparecerlos, aunque ya habían asesinado a seis personas en los hechos iniciales.

No hay indicios o señales de que este conflicto que han mantenido la Ceteg, los ayotzinapos, los padres de los desaparecidos y hasta algunos medios de comunicación que alientan las protestas y el desorden, mientras ellos obtienen muy buenas ganancias por la venta de ejemplares y la inserción de material pagado de todo tipo, vaya en decremento y que pueda decirse que tiende a desaparecer, de modo que no hay plazo en el que con seguridad dejará de haber problemas.

Las protestas crecen y se radicalizan, como lo vimos con el ataque a las oficinas del PRI y la del Congreso y la Contraloría, sin que el gobierno se decida actuar para contener a los violentos, a los que se dedican a destruir bienes oficiales y privados, como si eso fuera a ayudar a encontrar  con vida a los estudiantes o pudiera devolverles la vida a los que ya son reconocidos como muertos, aunque ya ayer se vio la intervención de la policía estatal, aunque en número y con equipamiento muy limitado, lo mismo que un día anterior en Acapulco, con lo que los mandan a ser blanco de los violentos, que dejaron varios uniformados heridos, algunos de ellos de gravedad.

En estas condiciones puede verse que Guerrero vivirá uno de los peores fines de año en cuanto a la actividad económica, porque el turismo, principal fuente de ingresos del estado, está en situación crítica, ya que a ningún paseante le interesa salir de su casa para venir a pasarse 3, 6 o 12 horas tirados en la carretera, sin poder moverse para atrás ni adelante, y muchas veces sin agua o alimentos, porque nada viene preparado para enfrentar una situación de ese tipo.

Claro que es muy grave lo que les ocurrió a los normalistas, que fueron enviados por sus líderes a enfrentar una situación de alto riesgo, que dejó varios muertos en los enfrentamientos iniciales y la desaparición de los otros 43, aunque todo indica que están muertos, de acuerdo con las confesiones y testimonios de varios de los sicarios que intervinieron en el traslado de los secuestrados por las policías de Iguala y Cocula, que reconocen haberlos matado y después incinerado para desaparecer los cuerpos.

Es un hecho tan grave que no se había dado antes en el estado, caracterizado por la violencia y la delincuencia, aunque se tienen como antecedentes la matanza de Aguas Blancas, supuestamente ordenada por Rubén Figueroa Alcocer, quien también tuvo que dejar el cargo, que recayó en Ángel Aguirre Rivero, quien ahora también se vio obligado a dejar la gubernatura 18 años después, casi por las mismas razones. Antes, se recuerda la matanza de los copreros, cuando más de 60 campesinos productores de copra fueron asesinados por reclamar un trato justo y un precio que les permitiera recuperar su inversión y obtener alguna ganancia.

YA ES NECESARIO QUE LOS GOBIERNOS, estatal y federal actúen con mayor rigor para contener esas manifestaciones que derivan en la violencia y la destrucción y que ya ahora provocan desabasto de alimentos y principalmente de gasolina, que puede sr el mayor problema, pues la ausencia de los combustibles en la capital, puede llevar a un situación de semi parálisis de diversas actividades, especialmente del transporte de todo tipo, como el de alimentos, el de pasajeros en el servicio urbano y el foráneo, y el de combustibles de diversos tipos.

No deben ni pueden evitarse las manifestaciones, ni hay que caer en la represión generalizada, como planteó el gobernador Rogelio Ortega, pero si debe buscarse la manera de evitar que esos grupos de cetegistas y ayotzinapos caigan en excesos y en agresiones contra instituciones, partidos políticos y centros comerciales.

evargasoro@hotmail.com
evargasoro@yahoo.com.mx

Publicar un comentario

0 Comentarios