Miguel Ángel Mata Mata
Él no lo pidió. Lo pusieron. Hombre de bien. Académico. Su
rutina fue asesorar en las tesis de licenciatura, maestrías y doctorados.
Muchos pasaron por su escritorio, escrutinio y correcciones. Algunos son
connotados politólogos. Otros redactan en los diarios. Todos, sin excepción,
coinciden en que es un hombre de bien. De bien.
Un día le llamaron. Al parecer le dijeron que Guerrero lo
necesitaba. Que la crisis. Que la violencia. Que él conocía a normalistas y
maestros. Que alguna vez escribió algo sobre las guerrillas de Colombia. Que su
perfil encajaba para dar solución a un conflicto no atendido por la frivolidad
de un gobierno fallido. Le dijeron que sería gobernador.
Dicen que el gobierno federal recomendó, los grupos
nacionales y locales del PRD lo aprobaron. La primera propuesta fue el rector
de la UAG, Javier Saldaña; la segunda la secretaría de desarrollo social,
Beatriz Mojica Morga. Iría Saldaña pero
¿convocar a otra elección en la UAG? Luego Bety pero… alguien pidió revisar el
perfil del secretario general de la Universidad Autónoma de Guerrero. Le
aprobaron. Ellos le hicieron gobernador, con el aval del Congreso Local.
A dos semanas que rindió protesta, con la mano izquierda,
han pasado muchas cosas: el gobierno federal insinúa que los mataron. Que los
incineraron. La tristeza nos llenó a todos con lágrimas. Quien diga lo
contrario miente. Nuestras almas lloraron toda una tarde. No dábamos crédito al
horro descrito por los infames sicarios. Para colmo, también son jóvenes.
En Acapulco los recibieron con agua, café y pastelillos.
Eran los padres y familiares de los chicos desparecidos. ¿Cómo no
apoyarles? Recibieron el apoyo masivo y
solidario de la gente. De nosotros. De quienes lloramos con ellos. De todos.
Luego llegaron ellos. Han quemado autos, oficinas de
gobierno, puertas de Palacio Nacional. Han tomado casetas de peaje y nos han
dejado pasar gratis. Nos regalaron una Coca Cola de a seiscientos, que antes
quitaron a asustados trabajadores. Nos
tocó un paquete de pan Bimbo. Dicen que son expropiaciones y que si los papás
de los 43 muchachos desaparecidos no tienen paz, el gobierno tampoco la tendrá.
Son los encapuchados.
¿Quitar comida y bebida que vienen al puerto? ¿Encapuchados
que asaltan? ¿Qué queman? ¿Qué asaltan?
¿Son los padres de los muchachos? ¿Son los normalistas?
Preguntamos y nos han respondido: luego de la tragedia, en
la Normal Rural de Ayotzinapa, hubo impresionante deserción de alumnos. Quedan
menos de 30 inscritos. El resto han vuelto a sus pueblos. Tienen miedo. ¿Entonces
quiénes son los que vandalizan las manifestaciones pacíficas, que exigen
justicia para los niños perdidos? Deben ser alguien. Deben tener rostro. Pero
no sabemos quiénes son. Traen capuchas. ¿Porqué las capuchas?
La tragedia de los 43 nos ha conmocionado. Jamás el olvido. Debemos
mantener vivo el apoyo y la solidaridad a las víctimas. Olvidar la tragedia es
condenarla a la impunidad. Vandalizar
las protestas pacificas da miedo. Estrangular la economía de Guerrero da
incertidumbre.
El crimen atroz de Iguala parece la plataforma perfecta de
quienes alientan las contradicciones para llevarnos a una guerra civil. Quienes
han vivido los casos centroamericanos saben que los horrores de las
revoluciones son mayúsculos. Las cicatrices no cierran ¿Quién? ¿Quiénes nos
quieren llevar a la radicalización extrema? ¿A la lucha de clases? ¿Pobres contra ricos?
¿Quién será el juez de semejante atrocidad?
El buen nombre de Rogelio Ortega, jefe de una bonita familia
que ha formado con su extraordinaria compañera Rosa Icela Ojeda, aceptó el
enorme reto: poner orden en Guerrero. Su herramienta, lo ha ofrecido, es el
diálogo. No hay mas.
El pueblo somos todos. Todos queremos orden. Quien lo niegue
forma parte de los encapuchados, disfrazados de víctimas, convertidos en plagiadores de la sociedad, erigidos
en voceros y beneficiarios de una tragedia que nos duele a todos… pero que a ellos le reditúa en ignominiosas
ganancias.
Rogelio, el gobernador que no buscó la gubernatura. A quien
sacaron del aula y su hogar para poner orden a través del diálogo, necesita el
apoyo de todos. No podemos negárselo. Es nuestra última oportunidad de paz.
Neguemos el paso a los violentos. Él no podrá solo. Seamos generosos con quien
no pidió ser gobernador pero aceptó el reto.
TRASCENDIÓ
QUE las siguientes son historias de palacio. Son historias
reales que, aunque no son de terror, pondrán los pelos de punta a sus
protagonistas. Si usted es de alta sensibilidad le recomendamos abstenerse de
leerlas. Mas aun, si usted es el protagonista, mejor no las lea.
QUE quien se fue pidió tan solo dos posiciones para llevar
las cosas en paz: dejar al titular de
finanzas por cuatro meses mas al frente de tan delicada responsabilidad y que el
subsecretario, de apellido Hughes, concluyese hasta el mes de octubre, su
sacrificio en bien de los guerrerenses. La respuesta fue negativa.
QUE ante la delicada situación, un senador se apersonó en
ese palacio de historias reales. Amenazó. Exigió. Gritó. Ofendió. “Si usted
despide a la gente del jefazo, no se la acabará. Incendiaremos el estado.
Saldrán miles de burócratas indignados a exigir que no los despidan”, gritoneó para
luego convocar a una reunión con mandos altos y medios de la administración que
se fue. Luego ha sido incendiado el palacio de gobierno por hasta dos
ocasiones.
QUE otra respuesta a la negativa fue la preocupación por
sacar algunas maletas de la Secretaría de Finanzas del Gobierno del Estado. Se
dice que aprovechando el caos, las protestas, los incendios, una figura
quijotesca, por aquello del leal amigo del Caballero de la Triste Figura, se
llevó poco mas de diez maletas, de esa negras con llantitas, repletas de
billetes.
QUE otro mas de los
antes influyentes llegó apresurado a la oficina del subsecretario de gobierno
para asuntos jurídicos. Le exigió “rápido, mi expediente. Rápido que lo firmará
mi tío, antes de irse”. El burócrata, asustado, no tuvo mas remedio que
entregar el expediente para la autorización de una patente de notario público
para el puerto de Acapulco. Pero el tío
estaba abrumado y al recibir la solicitud exclamó: “¡¡¡Ya estuvo bueno, cabrón.
Te firmo pura madre!!!”. Y no firmó. La
notaria quedó en vilo.
QUE otra notaria no quedó en el aire. El joven Hughes si
recibió el expediente y la autorización en tiempo y forma. La triste historia
de terror es: jóvenes abogados, hijos de viejos notarios públicos del estado de
Guerrero, le impugnarán y echarán abajo esa autorización. Su pecado, haber sido
subsecretario de seguridad pública con Leonardo Vásquez. La ley del notariado
exige no haber ocupado un cargo público en los cinco años inmediatos anteriores
a la autorización de la patente. Le harán ver su suerte.
QUE en el Partido de la Revolución Democrática llevan a cabo
su consejo estatal en el Distrito Federal, ante el temor al pueblo enardecido
por el asunto de Iguala. Aun allá, no se ponen de acuerdo y aun no hay presidente
del comité directivo estatal. Tal parece que todos perdieron por el padrinazgo
a José Luis Abarca y compañía quien, por cierto, cantó todo el repertorio de
canciones guerrerenses en la PGR.
QUE, de entre los perredistas, quien se mantuvo a salvo de
la hoguera es Evodio Verlásquez, dirigente de la tribu Nueva Mayoría y quien
impulsa decididamente a Beatriz Mojica Morga como candidata a la gubernatura.
Velásquez creció en las encuestas de Acapulco, en donde busca la candidatura a
la presidencia municipal. El joven Evodio es, luego de la tragedia, de lo bueno
rescatable del PRD.
QUE los perredistas han puesto en tela de duda la reputación
de Armando Ríos Piter: los aguirristas le acusan de traición durante la crisis
que obligó al ex gobernador a la licencia. Las otras tribus ya le habían
acusado de lo mismo cuando decidió aliarse con el x gobernador. Asi que la
suerte parece echada a favor de una mujer: Beatriz Mojica Morga, en caso de que
la misoginia no le condene a la hoguera… otra vez.
QUE en el Partido Revolucionario Institucional las reglas
han sido escritas: a la gubernatura han sido anotados: Manuel Añore, Mario
Moreno, Héctor Astudillo y Cuauhtémoc Salgado. La encuesta se aplica en esta
primera quincena de noviembre. La decisión llegará antes de enero. Se sabe de
una alianza entre tres: Añorve, Moreno, Astudillo. Los dados están echados. De
entre ellos anote al que garantice orden a los guerrerenses y tenga el
beneplácito de Los Pinos.
QUE para el caso de Acapulco las encuestas entre los
priístas arrojan que se mantienen como punteros Rubén Figueroa y César Flores,
pero es notorio el crecimiento de Julieta Fernández en la última encuesta. Hay
un empate técnico que será definido, seguramente, con la entrega de
candidaturas a diputados federales.
QUE en Movimiento Ciudadano las cosas pintan mal. Víctor
Jorrín no llegó ni a los seis puntos en las encuestas. Tal vez la salvación sea
postular al diputado local Mario Ramos del Carmen. Del PAN ni hablar: andan a balazos entre las
calles de Acapulco.
PREGUNTAS QUE MATAN
¿Qué tan cierto es que el alcalde de Acapulco solicitó un
préstamo por 30 millones de pesos para cumplir con el pago de la nómina de la
quincena pasada? ¿Por qué se niegan a reconocer que el bloqueo al palacio
municipal, aunque es simbólico, deja sin pago a siete mil empleados
municipales? ¿Eso es justicia?
¿Por qué les dicen los licenciados a casi todos los
diputados locales de Guerrero? ¿Será porque entre diciembre y enero lloverán
las solicitudes de licencia para postularse como candidatos a presidentes
municipales y diputados federales? ¿Y Luis Walton, cuándo? ¿Dejará la suplencia
a Armando Tapia, Magdalena Camacho o a su suplente de fórmula? ¿O tendrá que
correr la atención al gobernador, quien podría opinar al respecto?
QUE CONSTE
“Le ofrezco a Abel Barrera, de Tlachinollán, se integre como
secretario de desarrollo social del gobierno del estado, ante la renuncia de
Beatriz Mojica Morga, quien tiene aspiraciones políticas”. Rogelio Ortega,
gobernador de Guerrero.
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