Norma Elena García
Guerrero, ha sido muy golpeado en los últimos doce meses, primero por las
afectaciones de la tormenta “Manuel” en septiembre del año pasado y ahora por la
desaparición de 43 jóvenes de la Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa.
Los guerrerenses no están bien económicamente, sean los
prestadores de servicios que dependen de sus negocios y/o aquellos que
comercian con productos propios de cada región, hasta los medianos y grandes
hoteles con los que cuenta esta entidad. Es bien conocido que los meses de
octubre y noviembre son temporadas de baja afluencia turística, y los cierres
de centros comerciales, las marchas y el bloqueo de carreteras hasta por 10
horas en algunos casos, son acciones que minan nuestro ya desgastado estilo de
vida.
La presidenta de la Asociación de Hoteles y Empresas
Turísticas de Acapulco, Mary Bertha Medina, informó la cancelación de 11 mil
800 reservaciones desde las fiestas patrias, y si todo continua como hasta
ahora, el pronóstico para este fin de año no es nada favorable para familias
enteras que no la pasarán bien en estas
fiestas decembrinas, pues estarán a la espera de visitantes que no llegarán.
Todos hemos sido afectados, “sin deberla ni temerla” por lo
ocurrido el 26 y 27 de septiembre. Desde el saqueo a centros comerciales a la
quema de edificios, impidiendo a personas realizar trámites burocráticos, por
no hablar del costo que significará a los contribuyentes la reparación de estos
inmuebles.
Todo esto, por el cumplimiento a sus demandas, pero
expresadas de manera equivocada, que sólo nos ha perjudicado a nosotros como
sociedad, un sector que es mayoría, que trabaja, que aporta su esfuerzo diario
al desarrollo de la entidad, y que hoy se encuentra inconforme con un grupo que
no ha encontrado qué hacer con sus vidas.
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