Esa discusión en la Cámara de
Diputados, fue mucho menos tiempo, fue alrededor de unos tres o cuatro meses en
realidad lo que duró ese debate.
Pero yo quisiera asentar, entendiendo
que hubo un trabajo me parece bien realizado, -entendiéndolo con la seriedad
que comenta el presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales- a mí me
parece que corremos un riesgo que quisiera yo por lo menos tratar de
esquematizar.
Los últimos meses –y estoy como
senador por el Estado de Guerrero- parto de los hechos de Iguala y Ayotzinapa,
y los meses de octubre, noviembre y diciembre que tuvieron una fuerte
movilización social, la quiero traer sobre la mesa porque en cierto sentido es
la que usted comenta presidente.
Hay una sensibilidad muy puntual de
parte de la sociedad respecto a este tema: la corrupción, la impunidad.
Casos como el de Iguala, Ayotzinapa y
la casa blanca, o las casas famosas que fueron y siguen siendo parte de
escándalos, pues son temas que tienen a la sociedad indignada y que en ese
sentido –retomo el comentario- requieren de parte del Poder Legislativo una
respuesta.
Me parece que este sistema, como está
planteado y como nos viene de Cámara de Diputados, es una mala respuesta. El
corazón del combate a la corrupción es la voluntad política.
Este sistema sin duda alguna tiene un
avance fundamental en términos de buscarle una mejor articulación a los
instrumentos que pueda tener la procuración de justicia, o la Secretaría de la
Función Pública, o la Auditoría Superior de la Federación, todos estos
elementos que ya existen en el sistema y que esta minuta lo que busca es darle
una mejor articulación.
Pero si esa mejor articulación no
existiera, hoy el Estado Mexicano, el presidente de la República, la Cámara de
Diputados, los poderes constituidos, tendrían elementos suficientes
institucionales para combatir la corrupción, si hubiera voluntad política. No
la hay. Es lo que hay que decirle a la gente alrededor de este debate.
Me parece que eso nos permitiría,
primero que nada, tener una dimensión clara de en dónde tiene que estar el
alcance de la discusión.
Y me parece que ahí es a donde hay
cosas de la minuta que hay que perfeccionar; las preguntas tienen que ser muy
básicas.
A ver. Yo se las he tratado de hacer
recientemente a algunos especialistas –traigo esto a colación porque yo le hice
llegar el día de hoy tanto a usted como a la Mesa Directiva, una solicitud de
que citemos gente- pero las preguntas tienen que ser muy básicas.
A ver ¿este sistema como está, permite
evitar, prevenir, combatir, atacar, corregir los moches en la Cámara de
Diputados o no?
Una pregunta que hay que ver si la
resuelve o no. Esta pregunta ¿evita que se vuelva a ocurrir un hecho tan
lamentable como el de Iguala? ¿Por qué es un hecho de corrupción? Pues porque
fueron autoridades municipales, en este caso, policías que entregaron a 43
jóvenes a criminales.
Ese es un acto de corrupción.
Corrupción, aparte de todo, uno de los más profundos y terribles sentidos.
¿O esto, previene, corrige el tema de
la casa blanca, del conflicto de interés? Yo creo que eso es darle una
respuesta en términos de la premura que plantea usted presidente, a la
ciudadanía.
Lo que yo he encontrado en las
preguntas que le he hecho a especialistas es ¿cómo sin el sistema? Depende de
la voluntad política que exista.
Creo que no debemos de quedarnos con
una respuesta de esa naturaleza. Yo creo que el sistema por sí mismo no tiene
en la lógica de pesos y contrapesos, de la que su diseño parte, la suficiente
contundencia, especialmente por algunos elementos que me parece que la minuta
puede ser corregida y mejorarse.
El tema de la participación ciudadana,
el tema del propio comité, como está planteado, me parece que es insuficiente.
Debemos de darle mucho mayor dimensión, mucho mayor realce y mucho mayor
capacidad, por eso yo he insistido que esa discusión que en Cámara de Diputados
se dio, respecto a que las decisiones del sistema sean o no vinculantes, la
minuta dice que no serán vinculantes, hace una diferencia de 180 grados.
Si ponemos a los ciudadanos al frente
como actores parte del sistema, logramos que sus definiciones, sus decisiones
sean vinculantes frente a las autoridades que son parte del sistema -Auditoría
Superior de la Federación y las que hemos mencionado- me parece que podremos
generar un nuevo vehículo, donde la discusión sobre la voluntad política sí
esté en tejido, y no solamente entre actores del poder o burócratas, por así
decirlo, sino con ciudadanos al frente tratando de buscar una dimensión
distinta de pesos y contrapesos.
Solamente lo quiero dejar ahí porque
la solicitud puntual presidente, es que podamos abrir un periodo también como
cuando se presentó el tema de transparencia; se abrió un espacio, se escuchó a
la gente, hubo posiciones a favor, posiciones en contra.
Hay gente que está contenta con esta
minuta, también yo debo de decirlo, pero me parece que hay gente que incluso al
estar contenta, sigue pensando que se puede tener un mejor producto legislativo.
Creo que como colegisladora, como
Senado, independientemente de los tiempos o de las condiciones a las que
estemos frente a la Cámara de Diputados, es nuestra responsabilidad –y así lo
pongo yo como un asunto personal- por lo menos como miembro de una generación
que ha sufrido de los embates de la corrupción de manera terrible, durante por
lo menos cuatro décadas, sería importante tener una revisión mucho más a fondo.
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