Con su permiso señor
presidente. Compañeras y compañeros senadores, la iniciativa que a nombre de mi
grupo parlamentario, me permito poner a consideración de ustedes, sin duda
alguna aparece en este cuerpo colegiado en un momento de alto significado
político.
Hemos venido
discutiendo en las recientes semanas, una minuta que nos fue presentada por la
Cámara de Diputados, que tiene que ver con el Sistema Nacional Anticorrupción.
Y precisamente en
este contexto nos ha tocado escuchar un debate a través de los medios, que nos
parece que debe de motivar una reflexión profunda; me ha tocado escuchar a
miembros de las bancadas del PRI y del Partido Verde, señalar que la minuta en
cuestión tiene que ser aprobada en los términos en que nos fue entregada por
parte de la Cámara de Diputados.
Y quiero convocar a
partir de esta iniciativa a que hagamos una reflexión sobre lo que tiene que
ser el Sistema Nacional Anticorrupción, sin duda alguna –y yo lo reconozco-
este sistema por lo menos lo que está establecido en la minuta, tiene avances,
tiene cuestiones positivas que permiten empezar a construir un nuevo entramado
institucional, para combatir el que sin duda alguna es el principal flagelo en
nuestra sociedad, de cara o en revisión, en escrutinio de la clase política,
que es la corrupción.
Sin embargo, cuando
uno revisa esta minuta, y uno se pone a analizar la complejidad del entramado
institucional, uno se da cuenta de que hay temas pendientes, y que hay temas
que tienen que analizarse en paralelo, porque si no se analizan, sería
imposible verdaderamente pensar que estamos construyendo un sistema que logre
blindar, no solamente de manera combativa, de manera sancionatoria, sino
especialmente de manera preventiva el contexto que actualmente permite que la
corrupción se dé en nuestro país.
Y por eso hablar del
fuero es especialmente significativo, es especialmente importante, el fuero que
tiene su origen en las Cortes de Cádiz en nuestro país, y que ha venido
presentándose a partir de la Constitución de 1857, y que ese es el contexto, el
antecedente, que le da origen en la Constitución del 17, ha cambiado
radicalmente la forma de ser percibido, e incluso la forma de ser usado por
parte de la clase política.
¿Qué es lo que opina
hoy la gente del fuero? Opina que el fuero en lugar de ser un instrumento para
defender tal vez, o para proteger a los legisladores de sus dichos en la
tribuna frente al autoritarismo que pudiera tener el Poder Ejecutivo, o incluso
de proteger a un Poder Ejecutivo de una asamblea que busque quitarlo –ese es el
origen del principio de la defensa del fuero- se ha convertido en una imagen de
impunidad, se ha convertido en una suerte de privilegio, de cual gozan
senadores, senadoras, del cual gozan diputados, diputadas, o del cual goza el
presidente de la República.
Frente a un deterioro
como el que actualmente existe en nuestra sociedad de la imagen de la clase
política, y frente a una discusión de un sistema que lo que busca es eso:
combatir la corrupción, deberíamos de preguntarnos si no vale la pena,
analizarlo en paralelo y dictaminar de manera conjunta sobre el tema del fuero.
Porque los temas que
hoy se debaten son: los moches en la Cámara de Diputados, los temas que hoy
están en la mente del ciudadano común y corriente es, la casa blanca y la
relación de Higa con el presidente de la República.
De tal manera que el
debate lo tenemos que dar en esa dimensión, y en esa altura, compañeros y
compañeras.
Por eso yo me he
rehusado a manifestar que tenemos como colegisladora que aceptar de manera
indeclinable que el debate del Sistema Nacional Anticorrupción, solamente sea
inercial.
Es importante, si en este
momento el Senado de la República verdaderamente quiere hacer un análisis a
fondo de los instrumentos institucionales para combatir la corrupción, que
vayamos a revisar de fondo el tema del fuero, y si se le quita el tema del
fuero a los diputados, a las diputadas, a los senadores, a las senadoras,
también tenemos que revisar quitárselo al presidente de la República.
Porque hoy el
presidente de la República por lo pronto, como está planteado en términos de
nuestra Constitución, sólo puede ser durante el tiempo de su encargo, acusado
por traición a la patria, o por delitos graves del fuero común. Esto está
totalmente alejado de la dinámica de una realidad democrática como la que
queremos alcanzar.
De un sistema de
partidos en el que hoy la alternancia es posible porque el voto, buscamos que
siendo libre y secreto, permita que sean cualquier fuerza política la que pueda
ganar si es que conquista la voluntad ciudadana.
Entonces, si hemos
alcanzado esa dimensión en términos de participación ciudadana, a partir del
proceso electoral, tendríamos que preguntarnos si no tenemos que dar avances
mucho más contundentes, en términos del equilibrio de poderes necesario y
fundamental, en el cual no podemos seguir manteniendo los privilegios que hasta
la fecha se mantienen.
Y son tantos y tantos
los casos que pareciera ser que cuando se habla de corrupción, pues solamente
la ciudadanía está esperando cuál es el nuevo tema que viene.
Tal vez la semana
pasada que fue Semana Santa, el tema que está latente es el tema del
helicóptero de la CONAGUA; un recurso público utilizado por parte del director
de la CONAGUA, en beneficio de trasladar a su familia, para un viaje privado,
para irse de vacaciones.
Bueno, pues
compañeros y compañeras, si aquí tanto se habla de la importancia que tiene el
Sistema Nacional Anticorrupción, entonces tendríamos que tener en mente y en
tesitura, ese tipo de problemas.
Si tanto se habla del
combate a la corrupción, entonces tendríamos que ponernos a ver qué tan
importante es quitar el fuero, si cuando lo que hablamos de que hay diputados y diputadas, legisladores, que lo
que hacen es involucrarse en la programación presupuestal para etiquetar
recursos que al final de cuentas terminen dándoles dinero, que debiendo ser en
beneficio de la ciudadanía, se acaba yendo al bolsillo de un funcionario, se
acaba yendo al bolsillo de un legislador.
Esos son los temas,
sobre los cuales hoy quiera la sociedad que hablemos. Y precisamente por eso, compañeros
y compañeras es importante esta iniciativa que presentamos; estamos planteando
hacer reformas al artículo 61, al artículo 108, y al artículo 111 de nuestro
texto constitucional.
¿Para qué? Para que
tengamos mucha claridad en cuál es el proceso en el cual puede quitarse el
fuero.
Si es que hay
involucramiento en actividades delictivas ¿por qué se le va a mantener ese
privilegio al legislador? ¿Por qué se le va a mantener ese privilegio al
presidente de la República? Incluso como lo proponemos en nuestra iniciativa,
una vez que el Poder Judicial, tenga como hecho juzgado un hecho delictivo, no
tendría que pasar por el proceso político de las Cámaras.
Eso es el nuevo
equilibrio democrático que urge en este país. Si hoy los poderes públicos: el
Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo o el Poder Judicial, presentan o se
encuentran en una crisis de percepción frente a la gente, lo que tenemos es que
renovar la vida pública, a través de renovar los formatos de coordinación y de
pesos y contrapesos entre nuestros poderes públicos.
Por eso, cambiar el
artículo 61, de tal manera que los diputados y senadores, son inviolables por
las opiniones que manifiesten durante el tiempo en el que desempeñen sus cargos
y jamás podrán ser reconvenidos, procesados ni juzgados por ellas.
Pero también el
presidente de la República, y demás representantes de elección popular –así lo
planteamos en el artículo 108- pues podrá ser procesado si es que así lo
considera un dictamen del propio Poder Judicial.
Y exponemos en el
artículo 111, todo el formato, el planteamiento procesal en el cual, tanto las
Cámaras como el Poder Judicial, puedan estar involucrados.
En síntesis,
compañeros y compañeras, hay un debate trascendente en este momento. El Sistema
Nacional Anticorrupción, hay quienes piensan que la Cámara de Diputados, como
ya va a cerrar la cortina, entonces nosotros tenemos que de manera inercial, no
hacer la parte que nos toca como colegisladora, y decir: ya está bien la
minuta, aprobémosla en sus términos y cerremos también nosotros también la
cortina frente al tema que más le preocupa hoy a la gente. Si no vean las
encuestas recientes de Reforma, que plantean que la corrupción aparece como uno
de los principales flagelos en la percepción del ciudadano.
Entonces, si queremos
enfrentar temas como el de Iguala y Ayotzinapa, uno de los peores casos de
corrupción, donde policías, siendo funcionarios públicos entregaron a jóvenes a
criminales, donde los moches representan una participación corrupta en la
elaboración del presupuesto del Poder Ejecutivo, o donde el tema de la casa blanca implica un
conflicto de intereses por parte del titular del Poder Ejecutivo, si queremos
estar a la altura de la demanda y la crítica ciudadana, entonces compañeros
hagamos un debate de nivel, no caigamos en inercias y revisemos entre otras
cosas profundas importantes, el fuero del que hoy goza la clase política.
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