Hugo
Falcón Páez
Trabajar
es un asunto sagrado, fortalece el espíritu y atrae nuestro dinero
México fuera de control. Ayer Jalisco se incendió en diversos
puntos. Ardieron carreteras, vehículos, gasolineras, locales comerciales, sucursales
bancarias y un helicóptero de la Sedena. Heridos y muertos en las zonas
metropolitana, turística y urbana. Incluso en Guadalajara suspendieron campañas
los candidatos, ya que la violencia se convirtió en Código Rojo. Un protocolo
que somete a vigilancia extrema y seguridad inteligente el delicado estado en
que se encuentran los ciudadanos, también los daños abarcaron las entidades de Colima,
Guanajuato y Michoacán. Es decir, hasta ahora el control es del Ejército, Marina,
PGR y Cisen, coordinadas con las autoridades estatales y federales.
Ayer viernes representando un fin de semana largo, se festejó el Día
Internacional de los Trabajadores o Primero de Mayo. Los habitantes que forjan
con exceso sacrificio una forma de vida, celebraron la jornada de la clase
obrera. Ese movimiento que surgió para reivindicar a los trabajadores contra
los gobiernos represores, autoritarios y patrones que tras la imposición de una
ley, la del amo, han logrado nada más paliar o menguar un lastre que es la
esclavitud. En todos los prismas del ámbito antropológico, sociológico y
psicológico es un hecho. Los citadinos expuestos a tan delicada situación marchan
como si fueran corderos, el miedo se traduce en pancartas, gritos e
insatisfacción sobre las calles más transitadas de cada municipio, desde cada
vivienda se observa, en cada lugar de nuestra nación.
Por ejemplo, hemos sobrevivido
entre carencias, hurtos y desabasto alimentario, médico, social, agrario,
industrial, turístico, político, laboral, académico, artístico, cultural,
empresarial, marítimo, ecológico y económico. Nos orillan a crear un novo modus
vivendi en un escenario no muy lejano, me refiero a tener un jardín
fortificado, un vergel o huerta en cada hogar. Donde sembremos y cosechemos
nuestros alimentos, poder dar a la República Mexicana un futuro. Obtener de
forma honesta comida, tal como los granjeros, los campesinos o los labriegos.
Un nuevo oficio híbrido, una nueva clase media surgiría con el sólo hecho de obtener
biósferas en cada colonia con sus respectivos invernáculos o invernaderos, para
cultivar los vegetales, frutas, legumbres, verduras. Un asunto agropecuario
ultramoderno, para diseñar una megatendencia urbanizada y sea parte del
compuesto socioeconómico. Un grave problema debe traer como consecuencia una
idea con soluciones grandes y magno trabajo. No los aparatos y dependencias que
supuestamente ayudan al más necesitado, se convierte en un mito el auxilio con
tantos personajes que ofertan esta postura cobrando altos porcentajes. Con
candados insustanciales burocráticos, sistemáticos y legislativos.
Aquí los más inútiles, los ineptos e ignorantes, son los que cursan
en la clase alta. Por ello siempre he dicho, que Latinoamérica es un cúmulo de
serviles consumidores, por su portentosa manera de ser y hacer solapadores.
Para ocultar y suprimir las buenas intenciones de quienes desean
voluntariamente una mejor sociedad. Estamos trepados en un muro donde los
impostores y falsos políticos traen una frase, sólo eso. Los mediocres de
centurias que ganan salarios o algunos poniendo las manos para unas cuantas
monedas, son los que extinguen al nuevo mexicano. Ese que con su espíritu atraen
el dinero, porque es el fiel reflejo de ese asunto sagrado que es el de
trabajar.
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