Los mercados, el alma de Acapulco

La temperatura que alcanza los 34 grados, es fiel compañera de las personas que van llegando al mercado de la Diana ubicado en la Costera Miguel Alemán, precisamente a la altura del monumento de la Diana Cazadora. Los comerciantes que durante años han ofertado artesanías, dulces y trajes de baño a los turistas se van acercando ante el barullo mezclado con la alegría de muchas personas.

Mi nombre es Marco Terán y le pido su apoyo, necesito que vote y que lo haga 4 veces por el PRI: para gobernador, diputado federal, diputado local y presidente municipal, por mí. Vamos a hacer todo para que le vaya bien a Acapulco, eso es lo importante.

La comerciante funde el compromiso con un abrazo al doctor Terán Porcayo, le invita  a pasar por el corredor del mercado que lleva a los otros locales. Durante el camino, recibe lo que ha formado en todos estos años de servicio, un saludo, un abrazo, una sonrisa y el tiempo que le otorgan los que aún no deciden el destino de su voto para escuchar las palabras del candidato del PRI. Le acompaña en el recorrido el candidato a diputado federal Ricardo Taja. A la mitad del mercado se acerca una comerciante y le pide que cuando sea alcalde se acuerde de ellos, la respuesta es inmediata:

Le digo desde ahorita que vamos a remodelar todos los mercados, por eso estoy aquí, los vamos a apoyar.

Continúa recibiendo abrazos, le piden que se tome fotografías con algunos comerciantes que sacan su teléfono móvil para capturar el momento y que persista el recuerdo, nunca recibe malas caras, ni comentarios negativos, la gente se da la oportunidad de escuchar a un doctor, a una nueva cara en la política. La joven Kelly Anael se pone frente al doctor Terán y Ricardo Taja, les pide intercedan por ella pues tiene problemas para entrar a la facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Guerrero: “tengo folio, necesito que me ayuden quiero seguir estudiando”.

Vamos a buscar la forma de ayudarte y cuando seas estudiante seguro te daré clases. Le afirmó el doctor Terán.

Sigue recorriendo los puestos, admira las pulpas de tamarindo, el dulce de coco, las playeras estampadas con frases chistosas que venden los comerciantes. Un joven enfundado en una playera tipo Polo a rayas abraza al doctor efusivamente, lo que llama la atención:

Hola ¿Cómo estás amigo?

- Mi madrina doctor, mi madrina se hubiera enorgullecido de verlo así. Se le quiebra la voz mientras se funde en un efusivo abrazo con el doctor, al borde de las lágrimas seguro evocando el recuerdo.

Gracias, en verdad muchas gracias

El joven se va perdiendo entre la gente con una satisfacción que sorprende. Una señora ataviada en un mandil le toma del brazo y sin medias tintas le dice:

- ¡Lo vamos apoyar, en serio lo vamos apoyar no como otros que dicen ahuevo y nada!

Va llegando al final del corredor y el propietario de “Artesanías Rodríguez” -que por más de 20 años ofrece sus productos al turismo-, Jesús Rodríguez, les pide a los candidatos que lo escuchen:

- Los políticos se han olvidado que quien los pone es Dios, él decide. Dios es el destino de las personas, no pierdan la fuerza que da Dios, la inteligencia y sabiduría Dios las da para guiarlos, vean todo lo que ha pasado y es porque se han alejado muchos de él. Vean cómo está nuestro mercado y sobre eso ayúdennos.

- Es el proyecto que tengo, como alcalde vamos a remodelar todos los mercados de Acapulco y gracias por sus palabras, las voy a tener muy presentes. Con compromisos es como quiere escribir una nueva historia para Acapulco el doctor Terán Porcayo.


Turistas provenientes de la capital del país y de otros estados perciben la calidez y hospitalidad con que los comerciantes reciben al candidato Marco Terán Porcayo. No fue un simple acto político, es la mejor forma en que se pueda firmar un compromiso, estrechando la mano y recibiendo las propuestas de las personas que día a día trabajan para darles un mejor nivel de vida a sus familias. Con compromiso y hablando con la verdad, sin prometer dádivas, para tomar buenas decisiones y que Acapulco esté en mejores manos.




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