Laboratorio de coreografía. Componiendo el espacio propone estimular la parte creativa de los bailarines

En la danza contemporánea ha quedado rebasado el modelo de un creador que determina los pasos y los movimientos por hacer y la participación de los bailarines, en ese sentido representa un elemento fundamental, según el coreógrafo argentino Sebastián García Ferro.

A partir de esa convicción, el también compositor y performer de Contact Improvisation imparte el taller Laboratorio de coreografía. Componiendo el espacio, en el Centro Nacional de las Artes (Cenart), con el propósito de proporcionar herramientas que estimulen esta parte creativa en los bailarines.

Dirigido a profesionales de la danza contemporánea, tanto bailarines como coreógrafos, el curso comenzó este lunes 24 de agosto y constará de cinco sesiones de tres horas cada una, hasta el viernes 28 del mismo mes.

“Cada día trabajaremos temáticas distintas, como el espacio, el cuerpo, el tiempo y cómo elegir lo que funciona o lo que no. La idea es dar información en la primera hora y después, en la segunda parte, los participantes se dedicarán a componer con los elementos proporcionados”, explicó.

“Mi trabajo será asesorarlos en el trabajo compositivo, a partir de la división en grupos de tres o cuatro y el feedback se dará mientras creamos”, agregó.

Sebastián García Ferro también ofrecerá una serie de elementos que suele utilizar en sus piezas coreográficas tomando como modelo obras realizadas en los últimos años, en las que se encuentran Versus 0.2 e Impasse #2, en las que se observa la exigencia atlética que lo caracteriza y la influencia de las artes marciales, como el aikido, flying low y el teatro físico.

“Versus 0.2 fue hecha hace dos años con la Compañía Nacional de Danza Contemporánea de Argentina. Es una obra polifónica bastante compleja que trabaja la idea de que el ser humano necesita de un enemigo para evolucionar. El primer enemigo es la naturaleza y una vez que es conquistada el enemigo es el que está al lado”.

En el caso de Impasse #2, se trata de una pieza sobre la disyuntiva entre el cuerpo real y el cuerpo ideal en la que se utilizan maniquíes como la representación del cuerpo del otro.

Una coreografía, desde la perspectiva del creador, es una manera de desarrollar un material, organizarlo en el espacio, decidir para qué están ahí los ejecutantes y hacia dónde van.

“Para mí lo interesante es trabajar con bailarines que opinan sobre la coreografía que les das”, aseguró Sebastián García Ferro, quien actualmente reside en España, donde dirige el Barcelona International Dance Exchange (BIDE), plataforma para el desarrollo de proyectos en formato laboratorio con una estructura horizontal de creación.

Como parte de su tercera visita a México, hasta la fecha ha impartido cursos en La Cantera, en el Distrito Federal, y en el Centro de las Artes de San Luis Potosí, además participará en el Festival Territorios del Arte que se realizará en este estado del 2 al 5 de septiembre, con la conferencia titulada Coreógrafos y bailarines como emprendedores.

Sobre sus próximos proyectos, al lado de su compañía, Sebastián García Ferro trabaja en una nueva creación llamada +45, coreografía para seis bailarines y 70 figurantes, la cual propone una reflexión sobre la segunda y la tercera edad y se estrenará en abril de 2015.



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