Sin lugar a dudas el teatro es una de las manifestaciones artísticas más importantes de la humanidad, desde el origen de la civilización humana el teatro se ha encargado de transformar la mirada de quien observa.
Para la periodista Alegría Martínez el teatro es un "acto de magia y misterio al que se acude en desnudo interior a sabiendas de que se puede salir lastimado pero cierto, o al menos esperanzado de que se saldrá tal y como se retorna de un viaje".
A lo largo del tiempo esta expresión cultural ha desarrollado distintas vertientes en las que el protagonismo de las mujeres había sido olvidado o sujetado únicamente a la concepción unilateral de la mirada de los hombres.
Sin embargo, en el último siglo las mujeres han recuperado paulatinamente su lugar colocándose en papeles importantes, como dramaturgas, actrices, directoras, guionistas, productoras o bien como representantes del género o de grupos sociales determinados.
Fue gracias al movimiento feminista de mediados del siglo XX que se logró colocar "la piedra de toque que proporcionó los fundamentos ideológicos y de lucha para que las mujeres participaran en las estructuras sociales y artísticas del México actual", con lo cual irrumpieron así durante la segunda mitad del siglo XX en todas las manifestaciones artísticas, como lo establece la escritora y dramaturga Estela Leñero Franco en diversos artículos recopilados en su libro Voces de teatro en México a fin de milenio (2004).
De esta manera, en el México actual la participación del género femenino consiguió repercutir socialmente a través de propuestas ricas que ofrecieron un nuevo panorama plural de temas. Las mujeres mexicanas hacedoras de teatro llevan a cuesta la responsabilidad de mostrar un mundo olvidado históricamente, distante y discordante de la mirada masculina.
En palabras de Estela Leñero, "las mujeres han recorrido los siglos contando en silencio su historia", sin embargo lentamente se han integrado al mundo productivo para colocarse en el siglo XX y principios del XXI en el lugar que por derecho les corresponde, afirma la escritora.
Con esta perspectiva se lucha contra la condición femenina que soporta "un orden patriarcal que jerarquiza como inferior la diferencia sexual", de esta forma el teatro se vuelve un medio de resignificación de las mujeres: "el escenario se convierte entonces en un espacio de libertad y esperanza, de realidad y sueño, de experimentación y avance", afirma la crítica dramaturga y crítica de teatro.
Esta pluralidad de temas es tan amplia como propositiva, ya sea en política, sociedad, sexualidad o en el mundo de los sentimientos y las emociones. Las mujeres son capaces incluso "de rebasar su realidad y criticar con humor los comportamientos ridículamente masculinos", así lo declaró Sabina Berman en una entrevista realizada por Leñero Franco acerca de la obra Entre Villa y una mujer desnuda, escenificada en 1994.
Así, las mujeres han dejado la huella de su trabajo en las diferentes áreas del teatro en México, siendo la actuación donde se encuentra a la mayor cantidad de ellas, desde el cabaret, el teatro profesional, el teatro universitario y experimental, hasta el teatro de calle y el performance.
Sin embargo, su papel como dramaturgas también ha quedado establecido, mismo que es descrito por Alegría Martínez en su libro Así es el teatro (2005), en donde revisa las puestas en escena de Elena Guiochins, Luisa Huertas, Jesusa Rodríguez, Iona Weissberg y, por supuesto, Sabina Berman, a quien considera "la dramaturga del poder" por sus emblemáticas obras La grieta, Entre Pancho Villa y una mujer desnuda o Muerte súbita.
Esta experiencia escénica femenina, captada por los periodistas culturales y por el público en general, la pasión desbordante que provoca el teatro a quien lo hace y a quien lo consume, será nuevamente abordada por Estela Leñero en siguiente libro.
Bajo la mirada de la crítica de teatro registrará una década del quehacer escénico con el objetivo de compartir la experiencia y dar elementos de apreciación y análisis, desde la subjetividad complementada con investigación objetiva del teatro propio de la Ciudad de México.
En este sentido dará continuidad a la investigación sobre las mujeres de teatro al escribir sobre Maruxa Vilalta, Verónica Musalém, Bárbara Colio, Ofelia Medina y Juliana Faesler, entre otras.
El libro Periodismo teatral del siglo XXI en México será editado por la colección de Periodismo Cultural en 2016. Asimismo, los libros Voces de teatro en México a fin de milenio, de Estela Leñero Franco, y Así es el teatro, de Alegría Martínez, forman parte de esta colección y se encuentran disponibles en la red de librerías Educal.
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