Las redes sociodigitales se han convertido en un evento revolucionador que ha provocado que la historia ya no pueda contarse de la misma forma, afirmó el investigador José Alberto Sánchez Martínez, coordinador, junto con Rosalía Winocur, del libro Redes sociodigitales en México, una de las novedades de la colección Biblioteca Mexicana, que se dieron a conocer en la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara.
Al ofrecer una visión general de esta obra, con la que dicha serie coordinada por el historiador Enrique Florescano y coeditada por la Dirección General de Publicaciones (DGP) del Conaculta y el Fondo de Cultura Económica (FCE) llegó a su número 50, el académico comentó que el concepto de redes sociales se ha convertido quizá en el más utilizado a nivel global y que las prácticas que este lenguaje está estableciendo han obligado a repensar nuestro conocimiento de la realidad social.
De ahí que se haya planteado la necesidad de investigar la diversidad de formas en las cuales está ocurriendo el fenómeno de apropiación de las redes sociales en México.
“En el fondo el libro tiene un parteaguas, que es la idea de pensar que las redes sociodigitales son nuevos fenómenos culturales. Por lo menos nos parecía que a la teoría de los hipermedios, la idea de que todos los medios (se) conjugan en una sola manifestación, no es suficiente ya para pensar a nivel teórico el problema de las redes sociodigitales.
“La historia no puede contarse ya de la misma forma sin contemplar estos espectros relacionados con los fenómenos tecnológicos. Creo que si bien es cierto que alguien podría decir que no encuentra aquí todo el fenómeno histórico, yo creo que sí, porque la historia comienza con el presente, se manifiesta en su forma presente y las redes sociodigitales son una forma de nuestro presente, están ahí para generar una irrupción en cuanto a los modos de utilizar el lenguaje, de gestionar los lenguajes, de establecer vínculos con las tradiciones. Estamos ante un evento absolutamente revolucionador de nuestra época”, aseguró.
La investigadora María Elena Meneses Rocha, autora del texto Redes sociales virtuales: potencial democratizador y herramientas de vigilancia, aseguró que un libro en el que se abordara a profundidad este fenómeno resultaba necesario para entender la cultura de nuestro tiempo.
“Hoy nuestra vida cotidiana sucede en buena medida a partir de las redes de whatsapp. Para quién de nosotros no es ajeno que la política de nuestro tiempo corra a ritmo de hasthags, en la red social twitter, e incluso también nuestras redes afectivas de socialización hoy ocurren en esa formidable red social que se llama Facebook. De manera que este libro me parece oportuno hoy en día, porque casi no hay textos escritos en castellano en relación a las redes sociodigitales”.
Meneses Rocha, directora de la revista Virtualis y especialista en medios, Internet y cultura digital, resumió el contenido del libro, en el que Raúl Trejo Delarbre hace un acercamiento socio-político a las redes sociodigitales.
“Para él las redes ensanchan la esfera pública, es decir, antes estaban construidas por los medios tradicionales, los periódicos, la TV, y dice Trejo que hoy, estas redes ensanchan la esfera pública y tiene razón, pero no se contenta con una visión optimista, sino que señala que están trivializando en muchos casos el debate político”.
Comentó el texto de Rosalía Winocur en el cual aborda sus preocupaciones sobre cómo ocurren las transformaciones del yo en las redes sociodigitales, es decir cómo se van desdoblando nuestra intimidad, nuestras relaciones con los demás a partir por ejemplo de los grupos que se constituyen en Facebook.
“Es una mirada muy particular muy aguda. Le preocupa cómo es que nos desdoblamos en las redes sociales para construir probablemente identidades distintas, y le preocupa mucho, entre otras cosas, la veracidad, la autenticidad, y algunos valores que probablemente estén en riesgo como por ejemplo la tolerancia y otros valores democráticos.
Elena Meneses comentó que en el texto de su autoría, escribió sobre las redes como vigilantes constantes, sobre todo después de las revelaciones del ex agente de la CIA Edward Snowden.
Se refirió también al trabajo de Carmen Gómez Mont, sobre las redes sociodigitales y cómo son utilizadas por comunidades indígenas: “se valen de algunas redes como Youtube para construir su identidad y contar su propia historia, e incluso establecer nodos con otras comunidades en el caso de América Latina, con énfasis en México”, señaló.
De Gabriel Pérez Salazar y Francesco Gervasi, abordó su estudio de etnografía virtual en las páginas de Facebook devotas de la santa muerte, en el que observaron los conflictos y negociaciones entre quienes tienen fe por esta figura popular y quienes suelen criticar, interpelar.
“La mirada que tienen estos investigadores es a partir de la intolerancia. A ellos les preocupa la intolerancia que se devela en redes sociales como Facebook, a partir de simplemente no soportar, no tolerar y descalificar sin argumentos diferentes al otro; a quienes piensan distinto”.
“No cabe ni la menor duda que entender la contemporaneidad pasa hoy por comprender cómo funcionan estas redes digitales, cuál es su papel en la creación de la cultura, y es importante también entender, a partir de estas, el futuro de la cultura”, concluyó.
Clara García Ayluardo, del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), presentó su obra Desencuentros con la tradición. Los fieles y las cofradías de la Ciudad de México en el siglo XVIII, otro de los tomos recientes de la colección, el cual, dijo, tiene mucho que ver con el tema del libro Redes sociodigitales en México.
“Así que podemos decir que de las redes sociales del siglo XXI, regresamos a las del siglo XVIII, que estaban encauzadas dentro de una comunidad o una institución específica, llamada cofradía, pero funcionaban básicamente de la misma forma”.
La investigadora detalló que éstas eran asociaciones voluntarias, locales, a nivel barrio, de fieles cristianos en torno a la devoción, que les daba identidad y pertenencia y les ofrecía beneficios materiales y espirituales.
“Es un estudio sobre un aspecto de la sociedad urbana novohispana y cómo formulaban sus identidades y sus redes sociales, porque todas estaban imbricadas, todas se desdoblaban una con la otra, entonces había múltiples pertenencias a las cofradías”.
Sostuvo que es además una investigación de historia política, porque demuestra cómo las cofradías se convirtieron en espacios de poder, no solamente para los grupos de élite que manejaban la administración de las mismas, sino también para los fieles, y de cómo usaban su poder local, a través de la devoción a sus santos, para hacer valer sus necesidades políticas frente a la corona, a las autoridades eclesiásticas y a los oficiales reales.
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