La propuesta teatral cuya historia busca que niños y adolescentes comprendan que la fuerza está en ellos, que el poder de la mente es increíble, y que el arte es una herramienta de vida que todo ser humano necesita es Demonio con tacones rojos, de Brenda Mitchelle Soberanes López, becaria del Programa de Estímulos a la Creación y Desarrollo Artístico (PECDA) que realizan en conjunto la Secretaría de Cultura del gobierno federal y el Estado de México.
El proyecto aceptado en la categoría de Jóvenes Creadores en la disciplina de letras, es una ‘narraturgia’ que, explica Brenda Mitchelle Soberanes, combina narrativa y dramaturgia (nombrada así por Sanchis Sinisterra) cuyo auge está presente en el teatro culto de actualidad.
En entrevista con la Secretaría de Cultura la joven de 27 años de edad expuso que Demonio con tacones rojos abordará la transición de una niña a la adolescencia de los 8 a los 14 años de edad, cuyos padres se divorcian.
“Después de muchos cambios la pequeña llega a casa de sus familiares maternos donde vive su primo, él abusa de ella de muchos modos, es un niño cruel, malvado, y ella busca refugio en los libros.
“Un demonio se asoma por la ventana varias noches hasta que la niña lo nombra y lo invita a entrar, el demonio que tiene tacones rojos y un libro bajo el brazo abre a la niña a un mundo de posibilidades infinitas, la enseña y la prepara intelectualmente para el camino que ha de recorrer para llegar a ser una escritora reconocida. Cuando sea tiempo de irse, el demonio dejará los tacones rojos en señal de crecimiento”, relató Brenda Mitchelle Soberanes.
La licenciada en mercadotecnia comentó que para la realización de su proyecto se valdrá de la ‘narraturgia’ porque es importante que el Demonio con tacones rojos, siendo un personaje omnipresente amparado por la mente de la niña, narre y a su vez se pueda acceder a su pensamiento, sin la concesión de la fe básica concedida de corriente a los personajes.
“La ‘narraturgia’ me parece que es un modo de acercar a los niños a esta bendición que es la cultura. Una puesta en escena es un fenómeno vivo que concede acercamientos más directos con los discursos.
“Considero que esta obra ayuda a los niños y jóvenes a entender que la fuerza está en ellos, que el poder de su mente es increíble, que es su amiga y que el arte es una herramienta de vida que todos necesitamos”, comentó Soberanes López.
Sobre cómo surgió esta propuesta, la autora, quien estudió creación literaria en el Centro de Creación Literaria Xavier Villaurrutia del INBA, compartió que ella personalmente vivió muchos cambios de hogar, que pasó por el divorcio de sus padres y que un miembro de su familia intentó abusar de ella.
“Ante esto el refugio que encontré estuvo en el arte, la pintura, el teatro y la literatura, estas disciplinas me entregaron un camino distinto. Al paso del tiempo supe de muchas historias más fuertes que la mía, de seres que no fueron tan afortunados, que no hallaron camino”, refirió.
Brenda Mitchelle Soberanes mencionó que basada en su experiencia le quedó claro que el arte sana, que la mente es poderosa, que el conocimiento entrega luz, y que los niños son seres inteligentes y valientes.
“Hay niños que son abusados por los que deberían cuidarlos, niños solos, niños que necesitan un refugio contra la tormenta que los acecha, y que no lo encuentran. El divorcio es un proceso tortuoso para ellos, si encima de esto hay abuso, soledad y no encuentran refugio en lo que les rodean, ya sea en la televisión, la literatura, el cine o el teatro, hay que ejecutar de raíz un cambio”, apuntó.
La artista, quien estudió actuación con perfeccionamiento en Casa del Teatro, CasAzul, los estudios Churubusco, entre otros espacios; señaló que el principal objetivo de su propuesta es realizar una novela corta y un libreto para el montaje de una puesta teatral dirigida a jóvenes y niños.
“He tenido la posibilidad de presenciar en algunas comunidades del Estado de México que las puestas escénicas no apelan de modo eficiente a la generación de dudas, no sale de las formas de sólo diálogos, de sólo entretener a los niños y jóvenes con cosas divertidas porque el mundo es muy duro y ya llegarán a verlo, mientras que sean felices.
“Considero que la obra para niños y jóvenes que pretendo hacer ayudará a que razonen por sí mismos, a entender que la luz no es el único camino y que a veces la sombra la permite, que las apariencias físicas no son todo lo que existe, y que la sanación procede principalmente de la mente, porque uno es poderoso en sí mismo”.
La escritora indica que su propuesta busca no negarle al niño “lacerado” lo acontecido sino a encontrar en el arte la aceptación y el conocimiento, descubrir la mente y su poderío. “Que los espectadores descubran su poder, que presencien una obra que no será de ningún modo rosa, sino que los trate como lo que son: seres pensantes que puedan encausar y tomar de herramienta el daño que en ellos se ha causado para ser seres de provecho, diferentes y valiosos”, puntualizó.
“Esta será una obra de ‘narraturgia’ que contiene lenguaje poético, simbolismo, metáforas y apelación a dos dimensiones, que se atreva y salga del común teatro de sólo diálogos siguiendo la línea del teatro culto; dirigido a los niños y por supuesto a sus padres”, señaló Brenda Soberanes.
Con 27 años de edad, Brenda Mitchelle Soberanes López estudió actuación con perfeccionamiento en la Escuela Nacional de Arte Teatral y el Foro Shakespeare. Fue becaria del INBA a nivel nacional, avalada por el IMC para estudiar en el Centro de Estudios para el Uso de la Voz. También estudió dramaturgia con Maikel Chávez (Cuba), Juan Cavestany (España) y Luis Santillán, entre otros talleres y diplomados.
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