Analizan Comedia sexual de una noche de verano en la Cineteca Nacional



Cuando Woody Allen descubrió la historia de encontró la trama perfecta para desarrollar, a través de un fantástico humor negro, los temas neurálgicos de su obra, aquellas disertaciones sobre las relaciones amorosas tan de su estilo. 

Así lo señaló la escritora Carmina Narro durante la segunda plática del programa Charlas sobre cine y literatura: Shakespeare 400 años que tuvo lugar en la Sala 4 Arcady Boytler de la Cineteca Nacional.

Acompañada de José Antonio Valdés Peña, subdirector de Información de la Cineteca, la dramaturga oriunda de Sinaloa expuso su análisis de la cinta (omedy, EU, 1982) como parte de este ciclo de charlas organizadas por la Secretaría de Cultura, la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes, la Cineteca Nacional y el British Council México.

Carmina Narro comenzó por traer a cuenta la relevancia de comedia de William Shakespeare escrita alrededor de 1595. A decir de la escritora, se trata de una obra que aún en la actualidad resultad alucinante: “Es la primera vez que Shakespeare se aloca tanto. Mezcla personajes de la literatura clásica, de la antigua Grecia, obreros de la Inglaterra victoriana, hadas, elfos e imaginería del medioevo”. 

“Sorprende cómo, en ese mundo de magia, el autor hace que coexistan personajes tan disímiles en cuatro tramas sumamente fantásticas. Con todo se volvió una de las comedias más populares de su tiempo, muy interpretada. Sus personajes secundarios tuvieron tanto éxito entre la gente que luego Shakespeare hizo otras obras de ellos”, agregó.

a adaptación de esta obra en el filme de Woody Allen, cuenta la historia de un excéntrico inventor que invita a un grupo de amigos a su casa de campo justo en los albores del siglo XX. Lo que comienza como un paseo inocente se convierte en una prueba de fuego para todos al detonarse el deseo entre ellos.

Hay algo que se aprecia muy bien en los diálogos de la película: Woody Allen escribe en verso, cosa que nunca hace después y nunca había hecho antes. Este cambio de estilo refleja la influencia de Shakespeare y Bergman, señaló.

Por su parte, Narro plantea que Woody Allen abrevó más de la cinta de Bergman, , Suiza, 1955) que del propio texto de Shakespeare. Y que gracias a ello desarrolló, a través de su característico humor negro, varios puntos neurálgicos de su obra, aquellas disertaciones en torno a las relaciones amorosas: sexo con amor o sin amor, la fidelidad, la culpa. 

Añadió que la mayor influencia del texto de Shakespeare sobre las películas de Bergman y Allen es el juego con un elemento onírico para reflexionar sobre el amor. Sin embargo, señala, “Woody Allen consigue darle vida propia a su filme, pues ya suya es una reflexión muy existencialista del amor. Lo vemos en el personaje que abre la historia desechando todo aquello metafísico e intangible y la cierra como un espíritu del bosque apagado en pleno éxtasis carnal”.

Este ciclo de charlas invita escritores mexicanos a explorar las adaptaciones al séptimo arte de algunas de las obras de . La siguiente charla será el lunes 18 de abril con la proyección de (Japón-Francia, 1985) de Akira Kurosawa. El escritor y dramaturgo Flavio González Mello comentará esta cinta, la última cinta épica de Kurosawa, una versión muy personal de la obra .

La entrada será gratuita y el cupo limitado. Las cortesías estarán disponibles el mismo día en la Taquilla 5 de la Cineteca Nacional.

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