El sabor del viaje: memoria y gastronomía ferroviaria invita a un recorrido por olores y sabores del siglo XIX




Cuando la gente habla de su viaje en ferrocarril, lo que más recuerda son los olores y sabores percibidos a lo largo del trayecto, los cuales se quedaron impregnados en su memoria.

Y es que durante el siglo XIX este medio de transporte cambió y modificó hábitos, usos y costumbres de la vida cotidiana. Uno de ellos fue comer en las estaciones que tenían sus restaurantes, en los coches-comedor integrados al tren o en los andenes donde entre gritos y pregones se ofrecía todo tipo de alimentos.

Con la intención de rescatar estos momentos culinarios, la Secretaría de Cultura, a través del Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos, inaugurará el sábado 30 de abril a las 13:00 horas la exposición fotográfica El sabor del viaje: memoria y gastronomía ferroviaria.

José Antonio Ruiz Jarquín, jefe de Museología del Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos, explicó que la muestra está conformada por 34 fotografías provenientes de la Fototeca Nacional del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la Fototeca del Centro de Documentación e Investigación Ferroviarias (Cedif) y la Fototeca Lorenzo Becerril, AC.

El restaurante del hotel terminal de la estación de Veracruz, restaurantes en el municipio de Rodríguez Clara, la cocina de un coche-comedor, la sobriedad y elegancia de estos espacios y la venta de comida en los andenes son algunas de las escenas que el público podrá apreciar en las imágenes exhibidas en el Coche Express de la fotografía NdeM 12178.

“Con la aparición del ferrocarril se desarrolla toda una cultura intangible alrededor de este medio de transporte, sobre todo en el servicio de pasajeros con la vendimia que se da, los restaurantes establecidos en las rutas ferroviarias, los coches-comedor y los trenes de pasajeros que paraban en una estación y subía gente a vender en el andén o desde la misma ventanilla”.

En México las estaciones del ferrocarril contaban con espacios destinados a las oficinas del jefe de Estación, Venta de boletos, el telégrafo, la Sala de espera, los andenes de pasajeros y de carga, y aquellas de mayor importancia también tenían un restaurante, tal fue el caso de las estaciones de Aguascalientes, Veracruz, Ciudad de México y Zacatecas, entre otras.

Incluso, en algunos de estos restaurantes se podía degustar la comida de la región y convertir el viaje en una experiencia significativa para los pasajeros.

El jefe de Museología del Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos destacó que la muestra surgió a partir de un estudio e investigación de Covadonga Vélez Rocha, publicado en la revista digital Mirada Ferroviaria.

“En realidad no se ha escrito mucho al respecto, pero en cuanto a imágenes logramos reunir más de 60 fotografías y a partir de ahí hicimos una selección. Cada una tiene su propia historia”.

José Antonio Ruiz recordó que el ámbito culinario tuvo un lugar en la revista Ferronalesentre 1930 y 1990, al incluir una parte sobre gastronomía y lanzar un concurso en el que se invitaba a enviar recetas de las diferentes regiones con nombres alusivos al tren.

“Entre 1965 y 1966 la revista contrata a Mariano Dueñas Flores, un reportero que escribe y hace viajes por 10 rutas de México y lo publican como un libro que va por entregas titulado Rutas gastronómicas de México, donde hace una narración de lo que vendía la gente, escribía las recetas y daba cuenta de la comida territorial que se producía en un determinado lugar”.

La exposición El sabor del viaje: memoria y gastronomía ferroviaria tendrá actividades paralelas, como un ciclo de cine sobre gastronomía, una mesa-debate donde participarán especialistas y una muestra gastronómica.

El Museo Nacional de los Ferrocarriles Mexicanos está en calle 11 Norte No. 1005, Colonia Centro, en la ciudad de Puebla y puede visitarse de martes a domingo de 9:00 a 17:00 horas.

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