falcotitlan : VIOLENCIA

Hugo Falcón Páez


Dominar el mundo ha sido tarea de pocos. El resto, sólo contempla.


La violencia en los medios de comunicación, ha consistido en replicar o difundir la fuerza letal de la moral y ética humana. Casos recientes de pederastia, masacres individuales o colectivas, accidentes viales o el caso Ayotzinapa, mantienen en vilo a la población en su totalidad. Sin depreciar rango, credo e instancia. Sin embargo, lo que preocupa más, es que los gobiernos han tomado a la cualidad humana de dañar, como un parámetro en la política, en la demagogia, en su discurso, incluso, en un plan de trabajo. Eso desmerece todo tipo de acción social, mengua y hace que caiga todo el esfuerzo capital de comunidades, municipios, entidades y el país. Debe haber un despertar que ilumine a todas esas estructuras que nos gobiernan, que dirigen con el poder y control que deben tener. Porque desde quien contesta el teléfono para atender a la ciudadanía, hasta quien como autoridad ejerce su investidura, no implican interés por resolver un asunto. La cualidad de violento en diversos focos (empresarial, comercial, académico, médico y cultural) es y ha sido rezagada. Se debe instituir una norma desde las entrañas del hogar, para que cerremos ese círculo y destruir el otro círculo vicioso de la denigración mutua. El precepto jurídico muy a la par con la conducta de cada persona, para respetar derechos o valores, y renazca la justicia y el orden que no se tiene.

La violencia contra los niños, la mujer, el hombre, los animales, y cada ser vivo que integra el planeta, son de interés. Porque nos encontramos interconectados, se crea o no. Un ejemplo. El debate moderno de la legalización de las drogas genera violencia, se discrepa y se llegan a puntos vulnerables y sensibles. Tanto en las esferas legislativas como en las civiles. Se suma a la violencia física o sexual que es un problema de salud pública, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud. ¿Y qué proponen o qué plataformas de labor activa hacen las secretarías, institutos y dependencias para degradar ese mal?

Qué triste es ver una ciudad que se autoinmola, porque como una sola identidad no hemos sabido ser guiados por un líder, el cual tenga integridad, fe, serenidad, paz, conocimiento, amor. Ya lo comentó hace menos de dos años Javier Hernández Valencia, representante de la ONU-DH en México, que “la falta de implementación de leyes, de rendición de cuentas de las autoridades y los escasos avances en la lucha contra la impunidad, generan las condiciones para que se produzcan violaciones de los derechos humanos y hechos violentos en México”. En la nación y en cada esquina que demos vuelta. Por eso, hacen falta oídos y ojos para que se enteren de la gente que diseña, origina y produce impulsos, dinámicas o sinergias para el bien común. Con un punto de apoyo como una idea realizable, se puede encumbrar todo lo que se encuentra consternado. Y me remito a la cultura sustentable, la cual como una amalgama de temas y áreas en el arte, la ciencia y la tecnología, pueden constituir un gobierno sustentable (gobierno, empresas y tercer sector). A través de proyectos e iniciativas sociales, económicas, ambientales y culturales. Esto es un texto para esas personas interesadas en este tema, incluso, para los que no. Dejemos de contemplar y transformemos ese ser nuestro en alguien que destruya la violencia.

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