Las facetas como compositor, director de orquesta y promotor cultural de Luis Herrera de la Fuente fueron abordadas en la sesión de escucha Homenaje a Luis Herrera de la Fuente en el centenario de su nacimiento organizada por la Fonoteca Nacional.
En el contexto de esta sesión también se realizó el lanzamiento del micrositio Luis Herrera de la Fuente (www.fonotecanacional.gob.mx/herreradelafuente), el cual permitirá al público conocer la biografía, trayectoria, obra, fotografías, audios y videos inéditos del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2005 y creador emérito del Sistema Nacional de Creadores de Arte del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (Fonca).
En el evento participaron Luis Javier Herrera Andrade, doctor en letras, químico, diplomático e hijo del compositor; Fernando Díez de Urdanivia, periodista y crítico musical y literario; Lázaro Azar, periodista y crítico musical, y Theo Hernández, coordinador del Catálogo de Música Mexicana de Concierto de la Fonoteca Nacional.
Theo Hernández dijo que Homenaje a Luis Herrera de la Fuente en el centenario de su nacimiento fue creada con el objetivo “de conmemorar a una de las figuras más importantes y trascendentes de la música y cultura mexicana del siglo XX”.
Añadió que Herrera de la Fuente fue un gran maestro, director clave en el país, un autor de composiciones modernas y emblemáticas, “y un alma generosa que hizo mucho por los músicos en México”.
Fernando Díez compartió que asistir a un ensayo orquestal de Luis Herrera era atestiguar la clase de música de un maestro discreto, “sabedor de que sus movimientos eran para producir arte y no aplausos”.
Destacó que el catálogo del también pianista y violinista incluye cuatro obras de cámara, 13 piezas para orquesta, dos sinfonías y cuatro libros: La música no viaja sola, Música y vida, Notas falsas y Notas falsas de Acapulco.
“Como todos tenemos defectos, Luis padeció uno muy grave: nunca trabajó para sí mismo, sino para la cultura mexicana. Es por eso que hoy estamos aquí, con motivo de su centenario, evocando al maestro, al amigo, al trabajador incansable que tanto hizo por el desarrollo de la música y los músicos de nuestro país”, concluyó Díez de Urdanivia.
En tanto, Lázaro Azar recordó anécdotas que vivió con Herrera de la Fuente, entre ellas la de que era un seductor, ya que cuando estaba por cumplir 95 años, dijo, le preguntó qué iba a hacer para celebrar y él quería un concierto en donde se tocará su música nueva.
“Le dije, me parece bien maestro, pero había un problema, no tenía una orquesta para tocar. Dijo que la Filarmónica de la Ciudad podría aceptar, entonces fuimos a ver a Elena Cepeda, en aquel tiempo secretaria de Cultura de la Ciudad de México, y dijo que sí.
“Fuimos a verla para agradecerle y Don Luis fue elegantísimo, perfumado, con su corbata divina y en ese momento no era un viejito de 95 años, sino un chamaco conquistador de 18. Les dijo ¡que señoras tan guapas!, a Elena y su asistente, he tratado con otras funcionarias que no son tan guapas y en ese momento las convenció de que en lugar de tener un concierto, mejor se hicieran dos”.
Finalmente, Luis Javier Herrera dijo que su padre fue un hombre bondadoso y desinteresado como promotor de música y de músicos de México.
“A través de la música mi padre llegó a vivir su momento presente, su ahora, de una manera verdaderamente impactante. Fue una persona inmensamente satisfecha con la vida y lo que hizo: música a partir del silencio que lleva a la plenitud del ser”.
En la sesión de escucha, el público disfrutó de fragmentos de obras dirigidas por Luis Herrera de la Fuente: Concertino para órgano y orquesta, de Miguel Bernal Jiménez, y La historia del soldado, de Ígor Stravinsky; además de piezas creadas por él: M-30, Sinfonía No. 2 yConcierto para piano.
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