La Orquesta Barroca de Friburgo conquista al público en el Palacio de Bellas Artes con la Sinfonía No.9 de Beethoven





El público mexicano tuvo la oportunidad de presenciar la noche del martes 11 de octubre, el sonido, los matices y la resonancia que concibió originalmente Ludwig van Beethoven al componer su Sinfonía No.9, considerada una de las grandes catedrales de la música universal, y que fue interpretada con el fervor y la excelencia técnica de la Orquesta Barroca de Friburgo, que recibió aplausos del público en el Palacio de Bellas Artes por más de 10 minutos.

El secretario de Cultura, Rafael Tovar y de Teresa, estuvo presente en el concierto donde la orquesta, bajo la batuta de Gottfried von der Goltz, interpretó los seis movimientos de laSinfonía No. 9 en re menor Op. 125, con el acompañamiento del Coro de Madrigalistas de Bellas Artes, quienes hicieron vibrar a la Sala Principal con las notas vocales del legendario Himno a la alegría.

Con la sala llena en todos los niveles del palacio, los músicos y el director fueron recibidos con los aplausos de los asistentes para la interpretación del épico movimiento Allegro ma non troppo, para después escuchar el Molto vivace y el Adagio molto e cantábile, mismo que fue complementado con el Presto, allegro assai, presto.

En el momento de iniciar la esperada interpretación del famoso Himno a la alegría, salió al escenario el tenor Werner Güra, acompañado por el bajo Thomas E. Bauer, la soprano Johanna Winkel y la mezzosoprano Anke Vondung.

Después de su primera interpretación los cantantes se unieron al Coro de Madrigalistas de Bellas Artes, para presidir la voces que enmarcan una de las obras más conocidas de la música universal y que para muchos representó el último legado de Beethoven al mundo, al concluirla completamente sordo y pobre, pero entonando en ella su deseo de esperanza y hermandad entre los hombres.

Las notas finales de la enérgica batuta del director Gottfried von der Goltz marcaron el final de la pieza y las ovaciones de todos los asistentes a la Sala Principal.

El público ovacionó y aplaudió por 10 minutos, en un homenaje por parte de los mexicanos a este esfuerzo monumental que unió los talentos de dos naciones y mostró la excelencia de la Orquesta Barroca de Friburgo, una de las nuevas casas musicales del inmortal Ludwig van Beethoven.

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