El juego de las formas es la esencia de todos mis libros: Anthony Browne, ilustrador de libros infantiles




Entre selfies y firmas de libros, el autor e ilustrador Anthony Browne, llegó al Auditorio del Parque Bicentenario para impartir la clase magistral de ilustración Una vida entre los libros. Se trató de una charla íntima que el artista ofreció, en la 36 Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (FILIJ), a 24 personas, entre ilustradores, diseñadores gráficos, artistas plásticos y estudiantes.

El artista nacido en Sheffield, South Yorkshire, Inglaterra (11 de septiembre, 1946), dio un breve repaso a su trayectoria y compartió con los asistentes su particular manera de entender el arte de crear libros para niños.

Hola a todos, dijo el ilustrador antes de iniciar su clase en la que reveló que todas las personas pueden y tienen la capacidad de dibujar de forma natural, ya que un dibujo, dijo, es comunicar lo que se siente o piensa.

“Disculpen que interrumpa la charla para tomar agua, pero sólo aquí en México se me reseca mucho la garganta”, dijo el ilustrador antes de comentar que su trabajo consiste en escribir y narrar historias inspiradas en un recuerdo de la infancia, cuentos que sus hijos le narran, pinturas, un sueño, el periódico, películas, libros e incluso el trabajo de otros autores que le gustan.

¿Alguna vez han practicado el juego de las formas?, preguntó Anthony Browne a los asistentes, quienes respondieron que no, pero que sería interesante descubrir de qué se trata.

Ante esa respuesta, el también diseñador gráfico detalló que es un juego que es la esencia de todos sus libros, el cual realiza en sus charlas, con el propósito de convivir y estar en contacto más íntimo con el público, y consiste en que él o un participante dibuja una forma y a partir de eso construyen un personaje fantástico.

El autor de más de 40 títulos detalló que siempre quiso ser pintor o un artista de las bellas artes, que desde los seis años descubrió su pasión por el dibujo y ésta surgió gracias a que sus padres lo alentaron.

Anthony Browne reveló que todos sus libros tienen una relación muy intrínseca entre las palabras y la imagen, narran historias sencillas pero interesantes, muestran cómo los niños ven el mundo, tienen fondos con imágenes misteriosas, reflejan sus sueños, ilusiones y obsesiones por las piernas y las botas, y tienen una óptica divertida.

Además de que sus personajes (niño-adulto) casi siempre discuten de lo que sucede y que son seres o personas débiles, vulnerables y externos al lugar donde se cuenta la historia.

El escritor destacó que sus primeros trabajos los desarrolló en la universidad, cuando estudiaba diseño gráfico y fueron incomprendidos, porque eran ilustraciones y no trabajos de diseño.

Añadió que antes de llegar a los libros trabajó en una agencia de publicidad, donde realizaba tarjetas de Navidad y de cumpleaños, las cuales nunca se vendían, pero le permitieron experimentar en su técnica, estilos y colores.

El ilustrador también conversó de sus libros más significativos: Víctor gran tacleador, que fue su primer volumen hecho en la universidad; Abrir puertas, su primera obra profesional; Gorila, que es el más divertido; Alicia en el País de las Maravillas, por dar una versión de su cuento favorito de la infancia, y Voces en el parque, el cual le permitió experimentar y narrar, por primera vez, una historia desde los diversos puntos de vista de sus personajes.

La clase, después de casi dos horas de charla, concluyó con el juego de las formas, donde Anthony Browne dibujó, partiendo de un círculo, un ave, y cuatro asistentes dibujaron, desde figuras abstractas, una carriola con un niño, un robot, un piloto en un avión, una hormiga y una cucaracha.

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