“Filmo y escribo de una manera muy rara. Mi cine casi siempre habla de realidades alternas, de algo que se provoca desde la realidad cotidiana. En mis historias siempre hay un giro que termina quién sabe dónde”, reveló el director, guionista y productor Iván Ávila Dueñas.
El creador participó en Conversando con Nuestros Cineastas, ciclo de conferencias que se dedica a difundir lo mejor de la cinematografía mexicana desde las propias voces de sus artífices.
La Sala 4 Arcady Boytley de la Cineteca Nacional fue la sede de esta conversación en donde Iván Ávila Dueñas exhibió su película La sangre iluminada y compartió con el público detalles sobre su filmación, el nombre de la cinta y el papel del cine.
La sangre iluminada narra la historia de Mateo, Hugo, Eugenio, Paloma, Soriano e Isaías, un grupo de personas desconocidas que tienen algo en común: son trasmutantes, es decir, gente que parece normal pero que en cierto tiempo, por alguna razón extraña y en situaciones muy particulares, cambia de cuerpo.
Sus vidas se comienzan a entrecruzar en el momento en el que el iniciador de los cambios, Mateo (un hombre casado y con un hijo) deja el cuerpo que habita para ocupar el de Hugo, un niño.
Conforme se dan estas mudanzas -involuntarias- cada uno de los protagonistas va guardando recuerdos de la vida de los otros al punto de no tener la certeza de cuáles vivencias son suyas.
Paloma, Soriano e Isaías se encuentran y buscan desesperadamente la manera de explicar la causa de tal rareza que, al parecer, está relacionada con su sangre.
En la charla Iván Ávila destacó que el título La sangre iluminada nace de un poema del escritor Jaime Sabines que dice “roja la sangre iluminada”. Lo eligió porque le permitió reflejar la idea de que todo en la vida tiene que ver con la sangre, con ese fluido y con una enfermedad extraña que procede de ella.
“La cinta es una especie de enfermedad de la nostalgia, como una idea de la concepción de la salud antigua. Era decir, qué pasaría si los personajes están enfermos por su sangre, suceso que les trae una pesadumbre y una añoranza.
“La idea era presentar personajes sin una posibilidad de una visión personal del futuro para mostrar que hagas lo que hagas no lo vas a saber ya que siempre te vas antes y abandonas gente, es decir, hablar del pasado como un peso fuerte”.
El autor de los cortometrajes Buenos amigos y Escaleras añadió que la película fue grabada en seis semanas y que en ella el público encontrará referencias de algunas de sus influencias. Son los casos del libro Las noches de las mil y una noches de Naguib Mahfuz y la sensación que provoca el libro Relación de los hechos de José Carlos Becerra.
“Tiene que ver con el cine que me gusta y me interesa. Me agrada mucho la idea de repente hacer del cine un espacio natural donde puedes ficcionar y empujar la imaginación hacia cualquier lado y crear una realidad que es viable durante dos horas.
“Eso es lo que más me atrae del cine, que de repente te permite trastocar un poco la realidad cotidiana, pero en mis obras siempre habrá un pero que le da un giro inesperado a la historia”.
El autor de la película El peluquero romántico, coproducción México-España -próxima a estrenarse- conversó de la manera como grabó la película: el guión fue cerrado para los actores, es decir, no sabían que iban a filmar hasta la noche anterior o a veces en el mismo llamado y que además filmó en cronológico.
“Esto te da una manera de navegar única y al público le da la sensación de haber visto e identificado a un personaje abierto a través de seis actores. También trabajamos sobre la concepción y el volumen del personaje, entonces esto permite que el actor en un momento domine todas las facetas, gustos y movimientos de su personaje sin preguntarme.
“Me gusta que haya espontaneidad en mis escenas. Con los actores ensayamos todo pero yo me brinco un diálogo que no le digo y en la próxima toma lo meto y se descuadra. Eso es muy bonito porque tienes mucha verdad en pantalla. No ves a un actor representado o moviéndose con sus marcas, sino actores orgánicos, que juegan y dan escenas reales, veraces”.
Finalmente, Iván Ávila dio detalles del casting de La sangre iluminada el cual inició desde que estaba escribiendo el guión, ya que dijo, iba imaginando quién podría ser el actor del personaje.
“Quería actores con técnica, pero además rostros que ya seguía y sabía que podía hacer su papel sin fingir. El casting lo hice con textos de novelas. Los actores eran muy curiosos, les gustaba mucho que les pusiera retos y el hecho de cerrarles el guión, que hay muchos directores que no lo harían, es lo que hace única la película ya que mantiene todo el tiempo al actor preocupado por el futuro”.
El ciclo Conversando con Nuestros Cineastas continúa el próximo jueves 16 de marzo con la participación de Yulene Olaizola, directora de la cinta Fogo. La charla será a las 18:00 horas, entrada libre con boletos disponibles en la taquilla 5 de la Cineteca Nacional.
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