Mari Trini Ponce Rosas
2a. Parte
Importante personaje de la cocina mexicana típica,
el taco sigue reinando en las preferencias del consumidor nacional. Así
lo demuestra la asidua presencia de los clientes en establecimientos de todas
las categorías.
La internacionalización del taco tiene antecedentes
más remotos: en el restaurant “El pato” en Pekín, China, pueden comerse como
parte de una antigua mística –que hace suponer la llegada de la tortilla a
China en la época de la Nao a nuestras tierras. Un dato curioso, el taco
chino antes de enrollarse se dobla por los extremos, de tal manera que no se
derrame la salsa.
En México la variedad de estilos de tacos es
amplísima, comenzando por el tipo de tortilla que bien puede ser fresca, dorada
o calentada o al vapor.
Sus contenidos pueden ser: carne asada o al pastor
de barbacoa, adobada, de cabeza, cochinita pibil de tripa de carnitas de puerco
tradicionales, de trompa, de cachete de oreja, de cueritos, pollo papa,
“nenepil”, flor de calabaza de pescado y muchísimos más.
Se asegura que las taquerías son una fuente de
ingresos para las muchas familias del territorio mexicano que se dedican a
hacer negocio con este sencillo y sabroso alimento.
En una encuesta efectuada para CELEBRANDO, con
vendedores ambulantes del ramo, se puedo constatar que un kilo de
carne produce 50 tacos, y que la venta mínima es de 300 tacos o más dependiendo
de la ubicación.
Por otra parte, tenemos que el ambulantaje
representa la competencia desleal para el comercio establecido –este tipo de
comercio denominada también como “economía subterránea” recibe la utilidad neta
porque no requiere de requisitos establecidos por las autoridades
sanitarias. Pagan una cuota mínima y no genera ningún beneficio a la
comunidad vía impuestos y, por lo contrario, causa bastantes problemas a
la sociedad en el sentido causante de enfermedades gastrointestinales, así lo
afirmó Orlando Rivera Ontiveros comerciante establecido.
Lo anterior confirma que durante mucho tiempo la
higiene en su preparación ha sido puesta en tela de juicio, por lo que es el
propio consumidor quien debe decidir dónde comer sus tacos preferidos. Sea como
fuere… ¡BUEN PROVECHO!