Ramiro Padilla Atondo
Ese
título me gusta para los primeros cien días de gobierno. Después del híper
desastre de la presidencia de Calderón ora sucede que los redentores priístas
han venido a darle un nuevo rumbo a la política mexicana. Me recuerda el famoso
dicho: No le puedes enseñar trucos nuevos a un perro viejo. Y miren que los
priístas son perros viejos.
Pero
ellos tratan de enseñarnos trucos nuevos a nosotros ¡qué cosas! No faltan los
periodistas- jilgueros que no ven otra cosa que buenas acciones del nuevo
gobierno, cuando la realidad es que verse mejor que el gobierno de Calderón no
es complicado. Basta con un par de golpes de efecto y la opinión pública
azuzada por la telecracia aplaude a rabiar. Felipillo dejó la vara muy baja.
Cualquiera se mira mejor que él.
Si
realmente este gobierno tiene la voluntad y los tamaños para hacer algo debería
aplicar la tábula rasa, esto es, si
van a meter al bote a un líder corrupto, metan al bote a todos los líderes
corruptos.
Yo
les empezaría a creer si nos dijeran de manera clara y diáfana que van a hacer
con todas las propiedades mal habidas de la defenestrada ex líder de los
maestros, y de los Granier, y los Romero Deschamps etc.
Pero
¡oh! ¡sorpresa! No hay ninguna investigación en curso investigando los
procederes del gobernador de Tabasco, porque no es políticamente redituable.
Seguiremos viendo la novela rosa llamada presidencia con su dosis de
teatralidad. El asunto que me brinca es la cacareada del huevo. Un gobierno
eficaz (como el que según ellos quieren construir) necesita de menos acción
mediática y más acción-acción.
No
necesitan salir un día sí y otro también anunciando las bondades del sistema
que no se la creemos. Si regresaron fue por nuestra increíble mala memoria y la
pésima gestión del dúo dinámico Fox-Calderón.
Cien
primeros días de gobierno no significan mucho. Solo es salir en la foto.
Veremos si al final del sexenio no nos acordamos de estas payasadas disfrazadas
de acciones. Que recuerden señores priístas que están en una situación
complicada.
La
situación en México está muy lejos de ser rosa. Si no pregúntenle a la gente de
Tamaulipas o Guerrero. Y encima le quieren entrar al iva en alimentos. Como
ellos comen en restaurantes caros con cargo al erario.