José M. Gómez
Aquellos
que cederían la libertad esencial para adquirir una pequeña seguridad temporal,
no merecen ni libertad ni seguridad: Benjamin
Franklin
Durante
la Guerra Fría, los países beligerantes lucharon por hacerse con la victoria y
la supremacía global, fue la era en que las agencias de inteligencia llevaron
el protagonismo, perpetrando hechos de indescriptible infamia para
desestabilizar a sus rivales y fortalecer la posición propia. Luego, a finales
de los ochenta, la cortina comunista aceptaba que le era imposible mantener su ilusión de dicha universal y se derrumbaba
estrepitosamente. El mundo respiraba a salvo suponiendo que el espectro de la
guerra se había disuelto en la bruma de la historia. Pero la paz es mas difícil
de alcanzar que la victoria y a partir de 2001, con los atentados terroristas
en Estados Unidos y su posterior “lucha contra el terrorismo” el mundo afronto
nuevamente la sombra de un posible conflicto global y la experimentación en
nuevos campos de batalla nunca solo imaginados en las obras de ciencia ficción.
En
2010 VirusBlokAda una empresa de seguridad informática con sede en Bielorrusia,
informó de la existencia de un gusano informático llamado Stuxnet, que tenia la
capacidad de espiar y reprogramar sistemas industriales, en concreto sistemas SCADA
de control y monitoreo de procesos, pudiendo afectar a infraestructuras
críticas como centrales nucleares. Al poco tiempo los medios de información
seguían con detenimiento las características de tan peculiar “bicho
electrónico” queriendo desvelar los detalles de su origen. Kevin Hogan, ejecutivo de la compañía informatica Symantec,
advirtió que el 60% de los ordenadores contaminados por el gusano se encuentran
en Irán, sugiriendo que los ataques sólo pudieron producirse "con el apoyo
de una nación soberana", convirtiendo a Irán probablemente en el primer
objetivo de una guerra cibernética real.
La
complejidad de Stuxnet es muy poco habitual en un virus de computadora. A
juzgar por lo que se sabe de su funcionamiento y su diseño se requeriría del
conocimiento de procesos industriales para su creación. Stuxnet verifica la
existencia en el objetivo de cierto número de motores variadores fabricados por
dos empresas concretas, una iraní y otra finlandesa, estableciéndose rutinas
distintas según la cantidad de variadores de uno y otro fabricante.
En
palabras de los programadores informáticos que han visto el funcionamiento del
gusano se trata de "un prototipo funcional y aterrador de un arma
cibernética que conducirá a la creación de una nueva carrera armamentística
mundial". Con la creciente incertidumbre por la volátil situación en la
península de Corea y las pretensiones de Irán de convertirse en una potencia
nuclear en Medio Oriente la noticia de que el ciberespacio pronto será un campo
de batalla real y encarnizado no deja mas que un sentimiento de impotencia y de
que la paz tan largo tiempo anhelada no es mas que una quimera.