Por momentos Acapulco ya parece Ciudad Juárez, en cuanto al asesinato de
mujeres se refiere; los femenicidios van en aumento y para la Procuradora del
Estado Martha Elva Garzón Bernal, estos hechos de sangre en la sociedad
guerrerense son algo menos que hechos aislados.
Vá, ha cruzado la procuradora…van tan sólo 29!!!. Y esto de acuerdo a
otra entidad oficial igual de ciega, sorda y muda, la Secretaría de la Mujer,
cuya titular Rosario Herrera, preferiría salir en la portada de revistas color
de rosa, que lidiar con su realidad, cuando para ella, las muertas no suman ni
una veintena.
La realidad las azota contra la pared, y de acuerdo a los datos
registrados por los medios de comunicación que son mucho más confiables los
números tejidos en las telarañas oficiales, ya suman 48 las muertas en Guerrero
en lo que va del año.
Por qué negar la información, por qué convertirse en la “avestruz” y
meter la cabeza en el hoyo y pretender negar la realidad. Pero no dejan de
hacer camino como el “burro con la zanahoria por delante”, y todavía tiene la
fiscal del estado, el descaro de pretenden separar de estos casos
dolosos, entre “asesinatos y femenicidios”, …” éste sí, éste no”, toda una traba
lingüística, con la evasión como es su costumbre a los medios.
Porque para esta señora los femenicidios en el estado de Guerrero no
existen, y por ello no puede hablar del tema. De que entonces podrá hablar esta
señora, de qué? Este tipo de ausencias ofrece peligros y la deja mal parada,
cuando al evadir la realidad permite que los resultados en su contra sean
inevitables, cuando lo único real es que ha “perdido el compás de la
realidad, metida en los rituales burocráticos de su dependencia, de adoración
y salutación, cocteles sociales y otros rituales tribales.
Tal parece que la procuradora, advierte la Red de Investigación de
Femenicidios en Guerrero, que su función, la de la procuradora, Martha Elba
Garzón, la ha convertido en un método corriente, conveniente, cómodo y
utilitario para estructurar el tiempo mediante un proyecto destinado a tratar
con el material de la realidad exterior. Por lo que no hay que
relacionarse con la violenta realidad y por ello le es fácil negarla. Nada más
cerca de la esquizofrenia, señalan.