Tercera Vía: Movimiento popular: Adiós al PRD


Ernesto Rivera Rodríguez

Lo que comenzó como un movimiento focalizado de  la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación en Guerrero, CETEG, brazo contestatario del SNTE, alejados o mejor dicho sin tomar en cuenta y mucho más allá de la burocracia de los partidos de izquierda, léase PRD, el movimiento en contra de la Reforma a la Ley de Educación, y de la Ley Estatal de Educación en Guerrero, ha evolucionado de la focalización teniendo como centro al gobierno del Estado y su figura gobernante, Ángel Heladio Aguirre Rivero, y como teatro de acción  la ciudad de Chilpancingo, y como corredor de su lucha la Autopista del Sol, en su tramo capitalino, ha evolucionado en un movimiento popular de reservadas repercusiones, emergiendo así el Guerrero “profundo”.
Paráfrasis del “México profundo” del maestro Guillermo Bonfil Batalla, el “Guerrero profundo” ha puesto en tela de juicio el quehacer del jacobinismo perredista local, el cual ha quedado bajo el impacto de la incertidumbre, el diluvio de la información y la inundación de las exigencia el gobierno de Ángel Aguirre y el PRD en su conjunto, con sus inútiles lideres-caciques a la cabeza, léase, Carlos Reyes Torres, quien abreva de la mano de Sebastián de la Rosa-Evodio Velázquez-David Jiménez Rumbo,  y su pieza en el Congreso, Bernardo Ortega Jiménez, acosados y al borde del colapso bajo la presión  de la turbulencia magisterial social y popular en la lucha contra la frustración der a unos maestros embotados en las propuestas de un pliego de exigencias ideológico mercantilistas, lejos muy lejos de los conceptos académicos en conflicto.


Alrededor de Aguirre Rivero y en  el otro lado de la banqueta el PRD, todo está en conflicto. En la cúspide de la pirámide la lucha ciega  por el poder y las rutas hacia el 2015, están más congestionadas que la Autopista del Sol. Adentro del gobierno, en los sótanos de la ratonera del poder, la sensibilidad de Aguirre Rivero está embotada, y como no  va estar cuando en pocos días, en unas cuantas semanas su aparato de gobierno y el estado pasa de la nota roja, a la controversia institucional con la CETEG, al mejor estilo de “Clariol”.
Creando un estado en conflicto, con una autoridad cuestionada acerca y mucho más allá de la Reforma educativa, encima del escrutinio cuando lo que ha quedado muy corto es el papel de las instituciones y del estado mismo, y como un cero a la izquierda el PRD, que no sabe qué hacer con su exiliado y brazo izquierdo del SNTE, la CETEG, hoy por caminos diferentes aliado hoy a movimientos de masa, que lejos están de entender y comprender los anquilosados perredistas, enquistados en su propia burocracia y propias excrecencias políticas.
La solución dada hasta a las demandas de la CETEG – Movimiento Popular, es algo así como las “gotas para la nariz”. Alivia la congestión –de la autopista y las demandas, por un tiempo- pero en nada contribuyen de manera eficaz, políticamente hablando, a impedir la congestión del día siguiente… como lo hemos visto.
Cuando la solución del conflicto cualquiera que hubiera sido diferente al dado, no fue ni sería la solución o finalidad esencial, cuando lo que se requiere o necesita  es algo más, como cuando existe la duda: la aplicación de la ley.
La inadecuada respuesta de Ángel Aguirre, con inconsciente de ganar terreno y tiempo, después desechada por los diputados, muestra que no existen los absolutos doctrinales, salvo el mal de utilizar a las personas como cosas, como sucedió con el Congreso, aunque una de esas personas, allá sido él mismo, y eso fue como hacer sexo fuera del matrimonio, le proporciono alivio físico de la tensión, le disminuyo el stress y NO contribuyo al éxtasis de la solución continuada de dos personas, -léase Aguirre-Ceteg, que pudieran haber compartido una disponibilidad mutua de mayor alcance. Nada de eso.
El “stress” de Aguirre Rivero sigue en aumento, la parálisis perredista, ronda el autismo, a falta de decisiones responsables y acertadas, han sido simplemente “rutas de escape”, sin tomar en cuenta los sentimientos del adversario –Ceteg en este caso-,lo ha conducido a la pérdida de su propia estimación, aunque esté muy lejos de dejar el cargo, dado que las pobres demandas de la Ceteg, hoy perdidas en la esquizofrenia de un “Movimiento popular”, desde un principio se forjaron en mostrar “músculo” no inteligencia ni juicio razonable.
Aguirre Rivero se confundió con la sombra de la Ceteg, en el sudor dejado en la autopista. Ambos se quedaron cortos. Ambos le deben más que una explicación al pueblo de Guerrero. Y el PRD ni sus luces.

Email:gernestorivera@gmail.com