Rocío Prieto Valdivia
Me recreé en ti en esos ojos color
de miel.
En tu fuerza inagotable, me bañé en tu río de ternura.
Mientras tú pensabas sí era la mujer elegida.
La perfecta costilla, con quién deseabas pasar una vida.
Y fuimos complemento tú y yo
mientras duro el amor.
Después vino el aburrimiento
y todo lo demás.
Luche con todas mis fuerzas, como todas las demás.
Pues de ti fui formada, como mujer ideal.
Tomé tu fuerza, tu amor y me marché, sólo me marché...