Fracasa seguridad Federal: Aguirre: ¿Guerrero a la deriva?

Rodrigo Huerta Pegueros*

Hace unos días y a consecuencia de los múltiples asesinatos y ejecuciones que se han registrado en el estado de Guerrero y en particular en el municipio de Acapulco, el gobernador Ángel Heladio Aguirre Rivero declaró que la mayoría de estos hechos sangrientos se han registrado en poblados conurbanos y rurales, donde la presencia de la policía federal no ha logrado disminuir los hechos de violencia y por lo tanto, han fracasado en su propósito de dar seguridad a las comunidades de dicho sector.
El señalamiento del mandatario estatal es consecuencia de la forma como se ha dividido el territorio acapulqueños, donde los cuerpos policiacos se han distribuido para encargarse de combatir a los grupos de la delincuencia común y en su caso de la delincuencia organizada. Por lo tanto, el gobernador Aguirre puntualizó que su gobierno (el estatal) no es quien está fracasando en combatir la inseguridad pública sino que es la propia federación, lo cual es sin duda, una acusación fuera de serie que pone en entredicho la coordinación interinstitucional dentro del llamado Operativo Guerrero Seguro (OGS) el cual no una sino en varias ocasiones ha tenido que ser revisado y cambiada la estrategia operacional a fin de dar mejores resultados a la demanda de seguridad pública.
Si le damos el beneficio de la duda al mandatario estatal, en estas declaraciones tronantes contra la policía federal que opera en el territorio acapulqueños, podríamos preguntarnos ¿entonces porqué insiste en solicitar para todo la ayuda de la federación?


¿Puede el gobierno estatal y los municipales hacerse cargo con mayor éxito de la seguridad pública?
Creo que la respuesta salta a la vista.
El gobierno estatal tampoco tiene éxito en sus territorios que les ha sido asignados a cuidar de la comunidad, pues en todos lados y a todas horas, los delincuentes hacen de las suyas y los gobernantes ven para otro lado, esto es, en el caso Acapulco, el gobierno estatal y el municipal presentan un déficit enorme de eficacia para otorgar seguridad pública.
Solo debemos dar una hojeada a los medios de comunicación impresos o digitales para conocer que en este lugar no transcurre un solo día sin que se encuentren fosas clandestinas, ejecutados, asesinados, encajuelados o incendiados y lo peor del caso es que tampoco se abren investigaciones sobre estos hechos de violencia cotidianos y por consecuencia de estono se pueden dar a conocer resultados tangibles de lo que se hace en materia de seguridad pública y procuración de justicia.
Si a todo esto le añadimos que están participando tanto la policía federal como el ejército y la marina, luego entonces, el fracaso de la federación en Guerrero es enorme, como enorme también lo es la crítica que ahora les hace el ejecutivo estatal sobre su desempeño en territorio acapulqueño.
¿Cómo deberían responder a estas críticas los policías, soldados y marinos de la federación al gobernador Aguirre?
¿Dejando al gobierno que se rasque con sus propias uñas? o haciendo un recuento público de las acciones que han realizado durante todo este tiempo y dando a conocer los resultados que han obtenido y si han avanzado o no con el objetivo de no solo frenar sino disminuir los hechos de violencia que azotan a las comunidades rurales, semi urbanas y urbanas de la entidad y Acapulco en particular.
Veamos que dicen los federales sobre su fracaso, desde la óptica del gobernador guerrerense.
Por lo pronto, a decir del gobernador Aguirre, en Guerrero ni la federación—luego entonces ni el Operativo Guerrero Seguro—han logrado frenar la inseguridad y por lo tanto se da como un hecho de que esta situación prevalezca en beneficio de quienes operan al margen de la ley.
¡Vaya forma de anunciarnos la derrota de las instituciones frente a la delincuencia común y organizada!
¡Sálvese quien pueda! Podría ser el grito de ahora en adelante.
Solo los gobernantes como Aguirre pueden disfrutar de la paz y la tranquilidad de Acapulco y de Guerrero y puede moverse a sus anchas por todo el territorio sin ser molestado y mucho menos amenazado por nadie, cuando cuanta con un ejército de guaruras y uniformados que peinan la zona por donde se va a desplazar el mandatario.
Así hasta el abuelo podría declarar que en Acapulco y en Guerrero no pasa nada.

Periodista/Analista Político*