Tercera Vía: Guerrero bajo fuego

Ernesto Rivera Rodríguez

Guerrero, sigue moviéndose en el “bordeline” de la cordura política y social. Después del movimiento magisterial, movimiento que conjugo la costumbre del empoderamiento y la cosificación de la cultura de la cultura de la filosofía de la educación, como antípoda del ideal y principios vasconcelista.
La tortuosidad de la barbarie, el aquelarre de la inteligencia cubierta de trapos y pasamontañas, imagen de la intolerancia, de la imprudencia como “hato” en desbandada. Incoherencia de la legitimidad de la razón en una entidad que hoy como nunca antes se juega el futuro, de un pasado congelado en los libros,  imágenes y discursos de un ideal convertido en Estado, para ejercer de suyo propio, personalidad, historia y realidad.


Pese a la “CRAC” y demás alteridades del tobogán de la malversación magisterial que pretenden acarrearnos a la incertidumbre y de la desaparición de  los poderes en el Estado, como si fuera la suspensión de una kermes de secundaria, cuando la semilla del desarrollo y la puesta en marcha de nuevos paradigma y dejar atrás los arquetipos de la pobreza y el atraso que mucho se empeñan en llevar como lápida sobre la espalda  y presentar como única y valida manera de ver la vida y mantener el “status quo” del encono contra la autoridad estatal, que busca y ha encontrado en quienes, cómo y con qué,  instalar los cimientos del desarrollo de la entidad sobre el atraso y la inmundicia de las costumbres del poder burocrático que pretenden mantener el estatus de la miseria, la ignorancia¡, el atraso, el analfabetismo, la desnutrición y la inseguridad en la primera plana de sus propios calendarios, vía la violencia, la intolerancia con su insufrible lenguaje  y  retórica reaccionaria, de un movimiento social que perdió los ejes de la tradición centenaria de un movimiento magisterial lejos muy lejos de la verdaderas dimensiones que Guerrero requiere en la educación como “práctica de la libertad”, no de la ruin violencia y la falta de crítica política liberadora en los mejores términos vasconcelistas, porque ellos  los craquistas y demás especímenes son los reales y verdaderos oprimidos negados a entender la “llamada generadora” por la que ya transita el Estado.

El carácter de esto, es ineludible, pero si descriptible en las nuevas avenidas del desarrollo, donde no tienen cabida las burocracias partidistas llámese como se llamen, y sólo el quehacer fundamental, como escribiera Paulo Freire, “la educación como práctica de la libertad”, no de la violencia tortuosa, los rostros encubiertos, los medios partidistas, cosificadores de la verdad, bandoleros de la anarquía, de la presunción jurídica que pretenden el monopolio de la palabra, como “juanes de la gavilla”, mistificadores y cosificadores de la misma, lejanos muy lejanos de la “ocupación de la palabra”, sin metáfora de la “libertad de expresión” , acotada por el menchevismo y el arrodillamento del clientelismo partidista, lejos, muy lejos de la verdadera  lucha de liberación que pretende tener a Guerrero, bajo fuego.

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