GUERRERO SIN HAMBRE; Y SIN VIOLENCIA ¿CUÁNDO?

Rodrigo Huerta Pegueros*

Sin duda alguna, el solo hecho de que el presidente Enrique Peña Nieto haya decidido reiniciar el programa nacional contra el hambre en el estado de Guerrero, da un respiro temporal a la caótica situación social que se vive en dicha entidad, pues la violencia no ha logrado disminuirse y en cambio se ha expandido hacia otros municipios que antes no estaban dentro de los llamados ‘’focos rojos’’, como los ha calificado el propio gobierno federal.
El esquema planteado por la titular de la Secretaría de Desarrollo Social, Rosario Robles Ber4langa, para combatir el hambre que está presente en más de 400 municipios del país, es diferente a los programas sociales que se han estado aplicando por décadas con diferentes nombres e intenciones tanto políticas como electorales.
Robles Berlanga manifestó que la cruzada contra el hambre va mas allá de intenciones clientelares y de operaciones dispersas entre los diferentes niveles de gobierno, sino mas bien, tiene la intención de hacer esfuerzos coordinados interinstitucionales para que no solo se termine con la hambruna sino que sea a la vez un instrumento para liberar las fuerzas productivas de quienes serán los directamente beneficiarios de este esfuerzo gubernamental.


En Guerrero no solo existen uno o diez sino mas municipios que requieren de la atención de los gobernantes para enfrentar la crisis alimentaria de sus habitantes y no solo es el municipio de Mártires de Cuilapa el que requiere la atención inmediata sino varios más que están en similares o peores condiciones como pueden ser los municipios de Cochoapa el Grande o Metlatonoc, territorios emblemáticos de la extrema pobreza que no solo nos hace sonrojarnos sino mas bien que nos avergüenza el solo hecho de que por décadas los gobernantes no hayan tenido la voluntad políotica para combatir tan grave desigualdad social.
Sin embargo, el hecho de que Robles Berlanga haya tenido la deferencia para con el gobernador Ángel Heladio Aguirre Rivero de abonarle un acto que le de un poco de aire a su maltrecha administración estatal, es para agradecerse y sobre todo para corroborarle que si es posible hacer cosas trascendentales que sirvan a la población con mayor marginación a nivel nacional y sacarla de la espiral de violencia e inseguridad en que se haya sumida la entidad y que los esfuerzos realizados para contrarrestarla han fracasado en forma exponencial.
Durante el evento de relanzamiento de la cruzada nacional contra el hambre en México, el propio presidente Peña Nieto fue enfático en reconocer que este programa es apartidista y que quienes sufren de este flagelo no son sujetos de colores o siglas de ningún tipo y por lo tanto, el programa deberá ser manejado por todos los funcionarios que intervienen en este, sin tintes político-partidista.
Claro fue el mensaje no solo para el gobernador Aguirre sino para todos los funcionarios del gobierno federal asistentes al acto.
Precisó el presidente de México que si esta cruzada se frenó a unos días de iniciada su administración fue por las denuncias ‘’infundadas’’ que se hicieron en contra del programa y que ahora que han pasado las elecciones en las 14 entidades del país, es menester retomar el camino pues los más de siete millones de personas que sufren de hambre en México no deben quedar sin la atención debida.
El mensaje presidencial no tuvo pérdida alguna e incluso sirvió de estímulo para que el presidente de la República de Guatemala, Otto Pérez Molina, quien asistió al evento como invitado de honor, tuviera palabras de reconocimiento al esfuerzo gubernamental mexicano y coincidió con Peña Nieto de que el esfuerzo institucional para combatir el hambre es uno de los mas nobles que en política se pueden desplegar pues va directamente hacia lo mas sensible del ser humano que es recuperar su dignidad y fortaleza.
Con toda y esta parafernalia que sin duda impactará por varios días a la comunidad guerrerense, particularmente si se realiza una buena estrategia de comunicación al respecto, los hechos de violencia y de inseguridad pública que se padecen en la entidad eclipsará tarde o temprano esta buena nueva.
Lo que resta hacer de parte de todos los guerrerenses, es vigilar que quienes operen este programa contra el hambre se abstengan de utilizarlo para llevar ‘’agua a su molino’’ pues existen en esta entidad políticos sin escrúpulos que seguramente querrán hacer su agosto en pleno julio con la venida de las autoridades locales.
Seguramente los operadores de Sedesol en la entidad tendrán que mantener bien abiertos los ojos para supervisar que se aplique el esquema que delineó la titular Rosario Robles Berlanga ante el presidente Enrique Peña Nieto, caso coantrario tendrán que denunciarlo inmediatamente para evitar que la duda sobre este esfuerzo gubernamental se incremente aún más tras las denuncias hechas en el pasado reciente por los partidos de Acción Nacional y de la Revolución Democrática en el estado de Veracruz.
Guerrero merece vivir sin hambre, pero también necesita y en forma urgente, vivir sin violencia e inseguridad pública.

Periodista/Analista Político*

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