Hugo Falcón Páez
PROSA I
No
sé en qué vaya a acabar mi vida, no sé cuándo empezó. Y si muerto continúa,
cómo saber si conmigo fenecieron los sueños, dónde hallar lo que tengo que
tener. Perfección, palabra que impregna soledad y muerte. Me marchito, se
pudrieron recuerdos, mi mente se evapora, nada me hace feliz. Gris, negro,
oscuridad, así viaja mi cuerpo con todo a cuestas, el mundo me intoxica, soy
alérgico al hombre, un voraz androfóbico. Ya cumplí, lo hice, escalé lo que mi
soma pudo, lo que mi espíritu y mi aliento mortal lograron, ni menos ni más,
nada heroico, ni titánico. Mi intelecto, es un cúmulo de energía que por cada
molécula perdida, es el tiempo que desearía regresar, y que mi substancia se
llenaría hasta la eternidad de esos instantes alegres y dichosos. Con mi madre,
con mi padre, con mis hermanos, con mi esposa, con mis hijas, con mis
parientes, con mis amigos, con mis vecinos, con mis conocidos, con cada uno que
tenga corazón. No me importa el mal, ni el bien, estoy aquí de rodillas
cerrando mis ojos hasta perder la conciencia, he viajado hasta Saturno y Venus,
me anclé en Marte, observé Júpiter más de una vez, así como a la Luna, las
estrellas y el Sol. El infinito me comía más de una vez, me hacía nacer en otra
galaxia, en el nicho de Dios, con otros soles, otras almas, otra vida.
PROSA II
Nada
me permite evolucionar, sólo requiero de comer para seguir postrado en la
basura en la cual me miden, y yo en el regazo de la estética y de las formas. Y
brinca mi imaginación de un lado a otro, introducir y moldear mi pose, saber
qué vestiré, entender que lo que toco es hermoso e indudablemente los sonidos
me elevan a zonas no reconocidas. Y con el menester de ser besado más de una
vez, gozo la compañía. Comparto lo especial y diseño la sensibilidad para
fundirla con Dios, ese acto que nos otorgó, el cual, el Universo nos conecta
más de una vez. Y me fatigo entre cada encuentro, mi silueta me corrompe entre
normas, reglas e incluso leyes. Pero eso es nada, mi sensatez navega desde una
letra hasta el arrullo de la inconsciente fantasía humana, y cada ser vivo se
posa en mi capacidad creativa. Fuego, aire, tierra y agua; sólido, líquido,
gaseoso y plasmático. Aquí recuerdo la frase de que todos me aman, menos tú.
Filosofía encarnada en lo sexual, en lo erótico, lo que hace trascender a la
raza, la materia del ser. La supervivencia se desgasta hasta que aniquilas el
recuerdo de lo que eras, el sueño se produjo a consecuencia de tu realidad y
cada molécula viene a ser la perdición del momento más glorioso. Una caricia, un
abrazo y algo con qué decirte te amo, belleza.
PROSA III
Y
para qué nacemos, para qué trabajamos por algo que sabemos no tiene el valor,
el momento tiene el gusto y la exquisitez de la reacción mundana, observo tu
locura, tu cordura, tu nacimiento, tu fecundidad para apaciguar el credo del
cual viene todo. Mi génesis trepa las moléculas recónditas, mi arte es la
potencia que se avecinó de los ecos internos y mi ciencia es el aprendizaje que
nos definió como lo que hoy representamos. Y arde y quema. Nos calcina, nos
hace temer y nos ejecuta, y de los residuos del polvo, elevamos una plegaria
cosmogónica. Purificando los cuatro elementos para saber que el fin está cerca,
quizá en mil años o en cinco mil millones de años, te vuelva a sentir, y sólo
así el bien y el mal sean nada, y la perfección de uno sea ser Dios, ser uno,
uno solo nada más en el Universo. Distancia y espacio perenne, filamentos
intergalácticos en pletórica fuente, donde surge lo visible y lo invisible. Al
contrario de ti, nosotros y ustedes pertenecemos a la ilusión, donde los
lenguajes, los símbolos, el sonido y el silencio son pensamientos. La idea del
humano se ha ido y jamás regresará, por ello quien no comprendió el amor desde
el intelecto de su corazón, y el alma viajará más allá de los confines y la
imaginación, muchos más allá de la verdad.
PROSA IV
La
claridad está con uno desde que nacemos, luz y más brillo. Del Sol y de uno
mismo, desde bebés, desde niños, desde jóvenes, desde adultos y ancianos.
Morimos y nuestra vida queda en palabra y actos plasmados, sólo eso. Y contigo
de la mano haré un ejército de ternura, de cariño, de paz. Es válido soñar en
esta sociedad milenaria, de brusquedad y salvajismo, de brutalidad e
ignorancia. Algún día tú tendrás tu lugar y tu oportunidad, lejos o cerca, no
importa. Cayendo fortuitamente en tus brazos me hice ver como un ser frágil,
que latía cada vez que lo mirabas, que reía cada vez que lo besabas y que la
eternidad comenzó con un estallido para dar forma a la Tierra, que emerge de
entre tus pies y te aprisiona desde tu cabeza. Después de que millones de
átomos vinieron de algún lugar específico y alcanzaron la partícula perfecta
para darte vida. Entre historias robadas está el canto a la existencia, lo más
simple se torna especial y desde la piel hasta las signos tú serás la
perfección que sintoniza. Los rangos de tu simplicidad humana te erigen como
una raza pensante, pero no como lo que fuiste desde un principio, porque ya
volviéndote contra las emociones y sentimientos, repercutes como un eco
eterno. Y te puedo decir sin equivocarme, que mientras ames, alguien te dará
el máximo poder, amor.
0 Comentarios