Ramiro Padilla Atondo
Esta cultura
nuestra de la victimización. ¡Que pase el niño abusado! ¡Gracias a este abuso
capturado en video, la primera dama te regala una papelería!
Yo ya le tengo
nombre a la papelería. Papelería el niño humillado. Digo, si van a hacer el
favor háganlo completo. ¿Qué pasará cuando el niño crezca? ¿La historia de su
vida solo se dividirá en un antes y después del abuso?
Por supuesto que la
televisión, esa carroñera en busca de raitings no podía desperdiciar la
oportunidad. Hay que exhibirlo como si fuera un animal de circo. Hay que hacer
que los televidentes lloren, se emocionen, vean a un pobre niño que no tiene la
menor idea que ha sido llevado al centro de la producción de mierda del país.
Aparte y como todos
sabemos la televisión manda. Y el gobierno aplaude. ¿Entonces? ¿Qué sigue? ¿La
multiplicación de videos de niños siendo humillados? Porque ese parece ser el
mensaje.
Si tu video se hace
viral ya la hiciste. La civilización del espectáculo que como circo romano se
extiende. Me recuerda el caso del político que al enterarse de que hay una
manifestación en su contra baja a encabezarla.
Los gobiernos en su
mayoría son reactivos. Sobre todo del tercer mundo. Aplican la dinámica de
ahogado el niño tapan el pozo. Resarcir a un niño de un abuso no los exime de
resarcir a todos los que históricamente han sido marginados en nuestro país.
Y la peor estupidez
es hacer de este asunto, un asunto político-mediático para quedar bien. No
chinguen. Si quieren ayudar al niño háganlo de manera privada, que no todo en
la vida son raitings y dinero. Ya imagino a la primera dama tomándose la foto
con un niño que jamás volverá a ver. Luego todos aplaudirán y las cosas
volverán a esta estúpida normalidad cortesía de la tele.
Y el gobierno
recibirá su estrellita y dirán que ahora sí están combatiendo la pobreza.
Bueno. Al menos a un niño le dieron los útiles escolares. Pero es una
excepción. Si tienes diez años y tienes que trabajar para comprar tus útiles
escolares el problema no eres tú.
El problema es este
sistema podrido que exonera a los que roban a manos llenas.
Eso es lo que nos
debe indignar. La absoluta inequidad donde la televisión nos manda el mensaje
de que seamos felices a pesar de nuestras carencias. Que ya hay otros
disfrutando del paraíso llamado presupuesto. Y de vez en cuando bajan del
paraíso de la impunidad para obsequiar (gracias a su infinita gracia) una
limosna a los pobres.
Y encima quieren
que les aplaudamos.
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