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¿Indeciso? El
gobierno de los Estados Unidos de Norteamérica, en el cual el presidente Barack
Obama ha convocado casi en las redes sociales si atacan o no a Siria. La acción
militar en ese país ha contrastado con el resto del mundo y los intereses, y de
una manera parecida al desaparecido Imperio romano, urgen al Congreso
(senadores) a apoyar el llamado del “prefecto de la provincia”.
Han informado que
la evidencia recolectada independientemente de la misión de la ONU, muestra que
Siria usó gas sarín en un ataque contra civiles, el secretario de Estado de EUA,
John Kerry, dijo que si no lo hacen ahora, mandarán un mensaje de impunidad
Por otro lado, el
interesante debate abierto que ha impuesto Rusia a través de Vladímir Putin,
presidente que afirma “no comprar las afirmaciones estadounidenses de que el
régimen sirio utiliza armas químicas”. Y ha retado a Barack Obama que tome una
postura y decisión de acuerdo a un premio Nobel de la Paz.
El secretario
general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, indicó que no prevé que la
Alianza participe en una intervención militar en Siria y recalcó que
corresponde a los países decidir si llevan a cabo una acción de este tipo.
Y sentenció que la OTAN ya
está haciendo su parte, como foro de consulta y con el despliegue de misiles
Patriot en la frontera de Turquía con Siria, no preveo ningún rol más allá por
parte de la OTAN; corresponde a los países individuales reaccionar a lo que ha
pasado en Siria.
El Jaque Mate a
Barack Obama han sido las infiltraciones de expías, Anonymous y Wikileaks, que
para mantener a raya a las naciones, es la de invadir la privacidad.
Ahora a partir de documentos
que entregó Edward Snowden, ex técnico de la CIA, han revelado que EUA ha
espiado a los presidentes de Brasil y México, Dilma Rousseff y Enrique Peña
Nieto, respectivamente. Asimismo, documentos de la Agencia Nacional de
Seguridad americana, indican que han sufrido de espionaje la cancillería
francesa, así como oficinas ante la ONU y Washington.
El presidente
Barack Obama, tal y como lo hizo Poncio Pilatos, se lavará las manos ante el
mundo y dejará en manos de las fuerzas omnipresentes terrenales, el inicio de
una guerra en la que morirían no sólo civiles, si no niños, mujeres, ancianos y
hombres de trabajo común.
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