Los lambiscones de Ángel Aguirre
Miguel Ángel Mata Mata
El
gobernador Ángel Heladio Aguirre Rivero, en indudable ojo del huracán, es el
vivo ejemplo de que los equilibrios en las democracias evitan golpes de mano,
caprichos de autoritarios o venganzas personales en el ejercicio del poder.
Pero también es la muestra de encabezar un gabinete plagado de lambiscones
cortesanos que no dudan en hacerle daño un día, y al otro también, y han
magnificado artificialmente su responsabilidad en la tragedia nacional por las
lluvias.
En
las democracias hay equilibrios cuando la libertad de expresión no es no
coartada. El libre flujo de opiniones da fuerza a las instituciones
democráticas al tiempo que evita que otros poderes, ya fácticos ya
institucionales, se impongan por encima de la voluntad del pueblo. Aguirre fue
electo por el pueblo. Pero sus colaboradores cortesanos y lambiscones no lo saben.
Creen
que Aguirre gobierna en el siglo pasado cuando el autoritarismo del PRI en el
que ellos vivieron estuviese vigente. Por eso temen que la voluntad
presidencial le quite el poder. Imaginan un escenario como cuando Figueroa fue
defenestrado por la muerte de campesinos a balazos. Ya no es asi. Las cosas han
cambiado. Aunque, sin embargo, el Senado anunció que ha solicitado a la PGR una
investigación para saber si hubo o no negligencia de funcionarios públicos.
Y
aunque la cifra de muertos a causa de la falta de avisos crece, ese cambio lo
mantendrá en el poder ejecutivo de Guerrero, a menos que la PGR diga lo
contrario. Se pueden consolar los adictos a la quincena oficial, el bono, el
aguinaldo y el mirar al pueblo de arriba a abajo, cuando el jefe está ausente
pues, de lo contrario, sus corvas dobladas les permiten lamer el suelo que
pisará su jefazo. ¿Nombres? Todos. Ni quien se salve. Se pueden consolar los
que no previnieron de la tragedia, a pesar de haber sido avisados.
TRAGEDIAS GEMELAS
La
tragedia de Manuel es casi idéntica a Paulina. Los nombres de los actores son los mismos. Aguirre, gobernador; Juan
Salgado, presidente municipal; Ricardo Castillo, asesor de Juan; Efrén Valdés
Ramírez, director de protección civil;
Manuel Añorve Baños, jefe de finanzas del gobierno estatal; Alberto
López Rosas, gritón que increpó al presidente Ernesto Zedillo luego de la
tragedia del 1997 y Zeferino Torreblanca Galindo, quien capitalizó para ganar
la elección al PRI y sacarlo a patadas de la alcaldía ante la contundente
realidad: los primero anotados jamás previnieron y, a los medios que lo
hicieron, les amenazaron vía Ricardo Castillo.
La
historia, a partir del 1997, cambió el estado de las cosas. El PRI se fue de la
presidencia municipal de Acapulco y luego de Guerrero. Zeferino Torreblanca,
Alberto López Rosas y Félix Salgado Macedonio ganaron, al hilo, las elecciones
de presidente municipal de manera consecutiva. Lo mismo pasó en todo el estado: Zeferino sacó al PRI
de Casa Guerrero y luego el PRD ganó de nueva cuenta con Ángel Aguirre Rivero.
Los
nombres de Zeferino Torreblanca Galindo, Alberto López Rosas y Félix Salgado
Macedonio han aparecido en la tragedia de Manuel. Se acusa a Zeferino de ser
quien ordenó y encabezó al cabildo cuando cambió el uso de suelo de ganadero a
habitacional en la zona afectada. Se señala a López Rosas y Salgado de
autorizar, al menos, 27 licencias de construcción para fraccionamientos,
centros comerciales y hoteles. Todas en zonas de humedales o pantanos que cada
año se inundan.
La
causa de las inundaciones, según han dicho funcionarios de CONAGUA, el
gobernador, medios, ciudadanos y los
mismos damnificados, está en el cambio del uso de suelo y la autorización de
las licencias de construcción. Se permitió edificar en una zona que
históricamente ha sido un pantano. Ahí cada año llueve y se inunda. Lo sabían.
Aun asi autorizaron las licencias de construcción.
Si
es asi habrá que demostrarlo. Por lo pronto el PAN, la Secretaría de
Gobernación, el mismo gobernador y otras
instancias han dejado la puerta abierta para una investigación al respecto. El
miércoles el Senado anunció que solicitará a la PGR investigue si hubo
negligencia de funcionarios para fincar responsabilidades y aplicar la ley. Se
dijo que igual será investigado el gobernador del estado y deslindaron a los
senadores Armando Ríos y René Juárez por su asistencia a una fiesta cuando la
tragedia ya azotaba al estado.
Hoy
que Manuel ha puesto a los ojos de todos a quienes cambiaron el uso del suelo y
dieron permisos para construir en zonas inundables es cuando, al revisar la
hemeroteca, saltan a la vista los mismos nombres de quienes, hace 16 años,
tuvieron alguna responsabilidad en Paulina y que hoy, de nueva cuenta, son
servidores públicos.
Con
Manuel, Ángel Aguirre es gobernador; Juan Salgado, director del Colegio de
Bachilleres; Ricardo Castillo, asesor del gobernador; Efrén Valdéz es director
de protección civil; Alberto López Rosas, Secretario del Trabajo del gobierno
estatal; Félix Salgado es periodista y Zeferino Torreblanca aun es el enemigo
preferido de la actual administración.
Manuel es una tormenta que evidenció que quienes se olvidan de su
historia están condenados a cometer de nueva cuenta sus errores.
Y
se cometió un criminal error: no prevenir. ¿Quién lo cometió? Lo dirá la PGR
una vez que investigue. Lo mismo hoy con Manuel que hace 16 años con
Paulina. No previnieron los arriba
anotados y a los periodistas que lo hicieron, les amenazaron de nueva cuenta.
Lo mismo. ¿Hasta cuándo será siempre lo mismo?
LOS
LAMBISCONES
El
gobernador Aguirre no dejará el poder ejecutivo, a menos que la investigación
de la PGR diga lo contrario. Pueden estar tranquilos los lambiscones que le
acompañan a gobernar. ¿Porqué no se irá? Por los elementales equilibrios que da
la democracia. A pesar de esos pesados lastres que le halagan hoy, mañana y
dañan su imagen de la manera mas cadenciosa, absurda y estúpida, Aguirre
concluirá su mandato.
Van
algunas perlas de la estupidez con que le “ayudan” a gobernar.-
Aparece
una foto del gobernador en reunión con regidores de Ometepec. Su vocero, José
Villanueva Manzanarez, le coloca un pie de foto: “El gobernador encabeza
reunión del cabildo de Ometepec…”. La crítica
a la ilegalidad escrita por el funcionario se magnificó cuando éste defendió el
gazapo en las redes sociales y alentó al linchamiento de quien le señaló su
error. Aun asi: nadie preside los cabildos integrados por pares. Por muy
gobernador que sea no puede presidir ni reuniones de regidores ni de cabildo. Pero
los lambiscones no lo ven asi. Ellos ven al jefazo como Dios. Como reza el
dicho: “Tanto quiere la muerte a sus hijos…”
El
viernes 13 de septiembre, por ahí de las once de la noche, llegó a los correos
electrónicos una foto del gobernador de Guerrero acompañado por ex
gobernadores, senadores, diputados federales, locales, presidentes municipales,
delegados federales y miembros de su
gabinete. Es la famosa foto que en la última semana le ha valido la condena
nacional en medios impresos y electrónicos. A la hora de la distribución ya se
inundaban muchos pueblos y la fiesta seguía. La revista Proceso tituló: “Llovía
y llovía y el gobernador bebía y bebía…”.
Los autores de la foto, y quienes la distribuyeron, fueron directivos de
la Dirección General de Comunicación Social del Gobierno de Guerrero. A los
críticos de la imagen los linchó el jefe de prensa de la procuraduría de justicia:
“magnifican la foto porque no les dan dinero”, acusó el policía. El se llama
Jorge Valdéz y es primo del jefe de prensa de facto del gobernador.
Es
una laguna donde Tixtla aparece como un islote. Ya no llueve. Llega un
camarógrafo y reportero de Televisa. Luego llega el gobernador y se mete a la
inundación. Lo entrevista dentro del agua. La foto es distribuida otra vez por
la Dirección General de Comunicación Social. Otra vez las críticas en redes
sociales. De pronto se sabe que hubo órdenes de acallar a los medios. Los jefes
de prensa amenazaron: si algún reportero hace algún comentario se caen los
convenios. Los comentarios de reporteros de muchos medios desaparecieron de las
redes sociales de manera misteriosa. Alguien bromeó en las redes: “Se trató una abducción extraterrestre”, ante el
endémico caso.
Es
Tixtla. Se supone que momentos antes de entrar a la laguna. El gobernador es
acompañado por su asesor Ricardo Castillo. Se sube a una caja con despensa del
DIF para hablar por micrófono. Otra vez la foto es enviada por personal de la
Dirección de Comunicación Social y causa críticas en las redes. Las amenazas de los jefes de prensa suben de
tono. Jorge Valdés Reycén reta y amenaza a quienes cuestionan la imagen. Tal
parece que las armas de fuego que existen en la procuraduría han sido puestas
en sus manos. Alguien le responde: “No te tengo miedo. Acá te espero.” Él
insiste: “critican porque no les dan dinero”.
¿Quiénes
han enviado esas fotos? Fueron los empleados que le sirven al titular del Poder
Ejecutivo. Una y otra vez han enviado gráficas donde ridiculizan al gobernador
y magnifican su responsabilidad en la tragedia.
Aguirre es de quienes ha manifestado que investigará tanto cambio de uso
de suelo como a quienes entregaron permisos para construir fraccionamientos y
plazas comerciales. Lo mismo que ayer dijo el senado al anunciar que pedirá a
la PGR una investigación.
Al
gobernador no le hace falta ir muy lejos para comenzar a indagar. De ahí, de
entre sus colaboradores halagadores y cortesanos, puede preguntarle a su
secretario de trabajo al respecto. Que le pregunte qué fue lo que pasó luego del
Paulina. Él esta muy bien informado pues su nombre aparece junto con el de
Zeferino Torreblanca Galindo y Félix Salgado Macedonio como quienes autorizaron
las construcciones de la tragedia.
TRASCENDIÓ
QUE
desde el gobierno del estado se prepara una campaña para culpar a las
instancias municipales de Acapulco de la tragedia que dejó la tormenta Manuel.
Se trata de un ardid parecido al de Paulina cuando el asesor de Aguirre tramó
la perversidad contra Juan Salgado y culparon de ello a Manuel Añorve. Hoy
quieren limpiarse con Luis Walton. Nada mas que no encuentran a quien echarle
la culpa. Pero Walton no es Juan Salgado.
QUE
entre los políticos que pepenan votos en medio de la tragedia aparecen priístas,
perredistas y convergentes: Evodio Velásquez, Fermín Alvarado Arroyo, y
Adrián Wences son quienes insisten en convertirse en paladines del rescate de
las desgracias humanas y encabezan, según ellos, brigadas de ayuda. Para eso
están la Cruz Roja, Protección Civil Municipal y las mismas autoridades institucionales. ¿Quién les cree que no
buscan votos en medio de la tragedia?
QUE
a Fermín Alvarado le recordó el presidente del colegio de abogados penalistas,
Alfredo Pérez Zárate que, en lugar de andar retratándose con despensas debió
aplicar el código penal a comerciantes que aumentaron los precios de primera
necesidad. El delito en contra del pueblo está contemplado en el Código Penal y
amerita una sanción corporal de entre ocho y 20 años de cárcel, sin fianza. El
delegado de PROFECO, recordó, fue corrido vergonzantemente del mercado central
de Acapulco por los abusadores.
QUE
el señor Wences, del Movimiento Ciudadano, será motivo de una denuncia debido a
que el fin de semana encabezó el banderazo de una caravana que repartiría ayuda
a los damnificados. Le encabezaron militantes de su partido que desplegaron
banderas y anuncios de su partido. Lo grave del caso es que funcionarios de
SEDESOL municipal postearon en sus muros de Face book que esa ayuda se llevó
“por instrucciones del presidente municipal…” Y eso, eso si es un delito, asi
haya sido un dominguero evento.
QUE
lo menos grave de Evodio Velásquez es que con banderas del PRD promueva sus
aspiraciones a la presidencia municipal apoyado en la desgracia de la gente.
Grave es que su jefa de prensa lo ratifique al confrontar a quienes le han
señalado la falta de sensibilidad de quien aún es secretario del comité estatal
del PRD.
PREGUNTAS
QUE MATAN
¿Hace
falta que las camionetas que reparten la ayuda a damnificados lleven la leyenda
“Guerrero Cumple”, lema de campaña del actual gobernador cuando fue candidato?
¿No que no se daría uso político a la ayuda federal?
¿Otra
vez la falta de previsión? ¿Porqué no actuó el secretario de gobierno de
Guerrero desde la noche del martes,
cuando se supo de la posibilidad de un motín en la cárcel de Acapulco? ¿Esperar
hasta que sucedan los acontecimientos? Con razón no previnieron con la tormenta
y la tragedia llegó.
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