Mensaje de Martha Obeso Vda. de Chavarría en el Congreso de Guerrero

Mensaje de la Sra. Martha Idalia Obeso Vda. de Chavarría, en la Sesión Solemne del Honorable Congreso del Estado, con motivo del otorgamiento post mortem de la Presea Sentimientos de la Nación a Armando Chavarría Barrera y la Conmemoración del Bicentenario del Primer Congreso de Anáhuac, los Sentimientos de la Nación y la Declaración de Independencia de la América Septentrional. Catedral de la Asunción, septiembre 13 de 2013. 
Muchas y profundas emociones me invaden en esta fecha emblemática para la Nación y para los guerrerenses, en que se conmemora el Bicentenario del Primer Congreso de Anáhuac, Los Sentimientos de la Nación y la Declaración de Independencia de la América Septentrional.
Yo, hubiera preferido estar entre ustedes como espectadora y escuchar las palabras de Armando Chavarría Barrera en esta Tribuna,  pero eso… ya no es posible.
Nuestro agradecimiento, el de las familias Chavarría Barrera y  Chavarría Obeso, para la Sexagésima Legislatura al Honorable Congreso del Estado, por la decisión de otorgarle, post mortem, la valiosa Presea “Sentimientos de la Nación”, con la que se honra en Guerrero a los hombres y mujeres que dejan huella por su servicio al país y a la humanidad.
Mi agradecimiento también a los representantes de las organizaciones civiles, colectivos feministas y a los ciudadanos y ciudadanas que postularon su candidatura para ser recipiendario de tan preciado galardón.
Mi reconocimiento y respeto a quienes contribuyeron con su simpatía y acciones, directa o indirectamente, en público y en privado, para que esto fuera posible.
Valoro altamente este acto de reconocimiento y de justicia, por todo lo que Armando Chavarría aportó al desarrollo de la educación pública, la construcción de la democracia, al respeto de los derechos humanos, a la lucha por la libertad, la justicia, la igualdad y al progreso de la Nación.
Es también un reconocimiento a la izquierda y a los demócratas guerrerenses; a la lucha de los pueblos y comunidades indígenas y afromexicanas por su derecho a la libre determinación y a aplicar sus propias normas de seguridad y justicia; a las miles de personas que en el campo, el comercio, las escuelas, los sindicatos y el servicio público, anhelan que México y Guerrero tengan otro destino.
Hace 200 años, aquí en este sagrado recinto, destelló el fulgor de los Sentimientos de la Nación, que en abierta rebeldía contra el poder colonial proclamaron de manera contundente:
La libertad y la independencia nacional de los mexicanos;
Que la soberanía dimana inmediatamente del pueblo;
La división de poderes en Legislativo, Ejecutivo y Judicial;
Que el pueblo goce de leyes justas que moderen la opulencia y la indigencia, de tal suerte que se aumente el ingreso de los pobres, se mejore sus costumbres y se aleje la ignorancia, la rapiña y el hurto;
Que se proscriba la esclavitud y la distinción de castas;
Que nuestras leyes no admitan la tortura;
Que se quite la infinidad de tributos que nos agobian, y se señale a cada individuo un porcentaje de sus ganancias u otra carga ligera que no oprima tanto.
Este valiosísimo legado nos lo dejó el generalísimo Don José María Morelos y la gesta libertaria que le acompañó.
Pero hemos de reconocer que 200 años después, los Sentimientos de la Nación son un ideal incumplido. Los mexicanos seguimos luchando para que se hagan realidad sus postulados fundamentales.
Si bien ahora no existe la esclavitud ni la dependencia de una monarquía, seguimos siendo dependientes de los intereses del gran capital. Las condiciones de marginación y pobreza se han incrementado en los últimos treinta años y han profundizado al extremo la desigualdad social.
Armando Chavarría Barrera, supo honrar y hacer suyo el legado del Siervo de la Nación; desde su más temprana juventud dedicó su vida a luchar por los más desprotegidos. Forjó su liderazgo en la fragua de la Universidad-Pueblo, inspirada en el modelo de educación socialista que en su tiempo puso en marcha el Presidente Lázaro Cárdenas.
Chavarría pugnaba por una educación crítica, científica, democrática y popular, para formar profesionistas dispuestos a servir al pueblo de Guerrero. Simultáneamente, acompañaba las luchas populares; hizo suyas las causas de los colonos pobres, de los campesinos, de los obreros, de los ciudadanos que clamaban por ampliar las libertades.
Tuvo la visión y el compromiso de trascender en la lucha por construir una sociedad más justa e igualitaria. Por eso, en 1988, cuando surge la gigantesca ola cívica por la democracia y la justicia, acompañó a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano por todo el estado en su campaña en busca de la presidencia. Se trataba de darle un golpe de timón al país, con un liderazgo comprometido que representaba a las grandes mayorías.
Armando Chavarría Barrera, en lo federal y local, encarnó al legislador  comprometido con el país y con el estado de Guerrero; fue un reformador y un estratega del cambio social, comprometido con una visión de izquierda democrática, incluyente, plural, madura e inteligente que ponía siempre por delante el bienestar y el derecho a la felicidad de la gente.
Fue promotor del diálogo y del entendimiento entre los actores políticos y entre los poderes públicos; desde su alta responsabilidad de diputado Presidente del Poder Legislativo del Estado, fue el más ferviente promotor de que éste fuera un Poder con verdadera autonomía en su administración y en sus acuerdos y con independencia en sus decisiones.
Promovía así,  una relación entre pares con los otros poderes públicos; sin prepotencias, pero también sin subordinaciones; una coordinación entre poderes para darle mejores resultados a los guerrerenses, exigiendo siempre el respeto hacia la máxima Soberanía Popular.
Lo hizo porque era un demócrata, un líder social y un político convencido y comprometido con el respeto a la división de poderes, como la forma de guardar los equilibrios y contrapesos que requieren y exigen las verdaderas democracias.
Sólo nueve meses estuvo al frente de la Soberanía Popular, pero bastaron para dejar constancia de su pensamiento republicano y de su visión y estatura de estadista.
Han quedado para la posteridad sus recios posicionamientos en defensa de la autonomía de este Poder Legislativo, de los derechos humanos, la justicia, la igualdad y la libertad; anhelos permanentes del pueblo de Guerrero y de México.
Unos días antes de su asesinato, el diputado Armando Chavarría Barrera  ya tenía preparado el documento al que daría lectura  en la conmemoración de los 196 años de la proclamación de los Sentimientos de la Nación; permítanme citarlo textualmente:
“Los ideales del Rayo del Sur, plasmados en los Sentimientos de la Nación, son un monumento imperecedero…  las generaciones de mexicanos que nos ha tocado vivir en este momento, debiéramos asumirlos para conducir los destinos nacionales por la senda de la tolerancia, el respeto por la diferencia, y sobretodo anteponer los intereses superiores del país a los de grupo o partido, sean del signo y color que fueren; para conducir a México por derroteros alejados de la confrontación y el odio que solo conducen al retroceso y al estancamiento social, económico, político y cultural, y se aleja del humanismo que cual inestimable tesoro nos legara el caudillo suriano.
Del generalísimo José María Morelos podemos afirmar que sus dichas y sus desdichas son las de los suyos, las de su tiempo y las de su patria. A 196 años de la proclamación de los Sentimientos de la Nación; Morelos sigue en marcha, nosotros, sigamos su ejemplo.”
Si Armando Chavarría Barrera estuviera con nosotros, estoy segura que seguiría luchando por la construcción de una democracia firme y duradera, con la participación de todos los sectores de la sociedad; estaría a favor de las reformas que el país requiere, sólo si estas no afectan las conquistas del pueblo de México, si garantizan el progreso, la paz, la felicidad y la concordia nacional.
Chavarría defendería el legado del presidente Lázaro Cárdenas, que en 1938, con la expropiación del petróleo le dio una muestra de amor a la Nación.
Armando se manifestaría por una reforma hacendaria que garantice que los grupos monopólicos del país paguen impuestos; que no sólo se proponga sino que efectivamente se elimine la consolidación y el diferimiento fiscal a los 422 grupos de empresas que desde 1982, gracias a este privilegio fiscal, no han pagado impuestos en los últimos treinta años. No se debe y no se puede seguir endosando esta factura al sufrimiento del pueblo.
Exigiría también que se cobren impuestos a las mineras trasnacionales, las cuales por su situación de privilegio fiscal y un mercado favorable al alza de los precios de los minerales preciosos y metálicos, disponen de enormes ganancias económicas de las cuales el Estado Mexicano no ha participado, como bien se reconoce en la iniciativa de reforma a la Ley Federal de Derechos enviada por el Ejecutivo al Congreso de la Unión. La aplicación de un Impuesto Especial sobre Minería del 7.5% sobre las altas ganancias de estas empresas  es limitada e insuficiente, dado que los minerales son un bien del dominio público y uno de los principales recursos naturales no renovables de la Nación.
Chavarría reclamaría la urgente y cabal aplicación de la Ley General de Victimas, para reparar el daño a las miles de familias agraviadas por la violencia desatada en el país y exigiría al estado mexicano el compromiso de la no repetición de estos hechos.
Exigiría  la depuración y la honestidad de las policías.
Demandaría el cese del hostigamiento y la criminalización del movimiento social.
Abogaría por el respeto a la autonomía y libre determinación de los pueblos originarios, a sus usos y costumbres y a su plena representación política, consagrados en la Constitución y en la Ley 701; y por el cese a la persecución de las policías comunitarias y ciudadanas.
Reivindicaría el reconocimiento de los derechos del pueblo afromexicano; su identidad cultural y su representación política.
Reclamaría un juicio apegado a Derecho para Néstora Salgado García, que significa  el respeto a sus derechos humanos, a sus garantías individuales, ya que la  coordinadora de la Policía Comunitaria de Olinalá ha sido injustamente desterrada y recluida en el penal de máxima seguridad de Nayarit.
Exigiría la presentación con vida de los ecologistas Eva Alarcón y Marcial Bautista, defensores de los bosques de Petatlán y del joven activista indígena  Longino Vicente Morales.
Se pronunciaría por el pleno esclarecimiento y el castigo ejemplar a quienes resulten responsables de los asesinatos de Moisés Villanueva de la Luz; de Álvaro Rosas Martínez, de Manuel Ponce Rosas y Raúl Lucas Lucía, de Homero Lorenzo Ríos, de Rey Hernández García, de Arturo Hernández Cardona y de Raymundo Velázquez Flores.
El Estado Mexicano y el gobierno de Guerrero deben garantizar la vida, la integridad física y el patrimonio de todos los ciudadanos y hacer que se respeten los derechos humanos que consagra la Constitución.
Sólo así podremos aspirar a construir el país que soñó Don José María Morelos y Pavón, el Siervo de la Nación, cuyos ideales hizo suyos Armando Chavarría Barrera, y por los cuales fue asesinado siendo la cabeza de este Poder Legislativo, hace exactamente 1485 días. Su crimen infausto aún permanece en la impunidad; nosotros seguimos exigiendo justicia.
Por la Paz, la Justicia y la Libertad, ¡Vivan por siempre los Sentimientos de la Nación!


Muchas gracias.

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