Un
exvoto o retablo es una ofrenda que el creyente hace a una deidad dando cuenta
y testimonio de algún favor recibido por su milagrosa intervención, la palabra
ex-voto proviene del latín y significa "para una promesa o voto solemne".
Sus orígenes más remotos se pueden localizar en Mesopotamia y Egipto, pueblos -como
el mexicano- caracterizados por una profunda religiosidad.
La
Casa de la Cultura de Acapulco, al abrir sus espacios para esta muestra de
exvotos, celebra una de las formas más intrigantes, representativas e
interesantes del arte pictórico popular urbano.
Las pinturas ex-voto consisten de tres
elementos básicos:
Un
santo o deidad que intervino para "arreglarlo todo". Generalmente
ubicado en la parte superior, a veces rodeado de nubes para acentuar su
naturaleza divina
En
el centro una escena describiendo una tragedia o alguien con una grave
enfermedad, herida o accidente.
Una
inscripción describiendo el trágico suceso y dando gracias por la intervención
milagrosa.
Estos
cuadros generalmente eran encargados por la persona mostrada en el ex-voto o
por amigos o parientes cercanos que estaban agradecidos por la intervención
divina. Eran pintados sobre pequeñas hojas de estaño o de cobre y una vez
terminados eran colgados en los muros de la iglesia dedicada al interventor.
La
mayoría fueron pintados por artistas anónimos, retableros, es decir, por
pintores populares que realizan esas manifestaciones plásticas como oficio
alterno y quienes interpretaban las historias de la gente y producían esas
muestras de agradecimiento.
Raramente
estaban firmados, aunque sabemos que pintores de la talla de Hermenegildo
Bustos los realizaron frecuentemente y que Diego Rivera y Frida Kahlo tenían
una respetable colección de estas muestras del arte popular. Se sabe que Frida
algunas veces usaba elementos de los ex-votos en sus propios trabajos para
crear su propio "Ex-voto (retablo) Estilo Frida".
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