Ernesto
Rivera Rodríguez
El
Colegio de Bachilleres de Guerrero se fundó el 10 de Octubre de 1983, siendo gobernador
del estado, el extinto Don Alejandro Cervantes Delgado, y se inició con la
apertura de cinco plateles: Chilpancingo, Acapulco, Coyuca de Catalán, Iguala y
Taxco de Alarcón. Y cuyo primer director general fue el también ya extinto el
profesor Andrés Peralta Santamaría.
Actualmente
el Cobach Guerrero, cuenta con alrededor de 110 unidades repartidas en las
siete regiones del estado, pero pese a ser su número superior a los 81
municipios del estado, existen municipios que no cuentan con una unidad de este
sistema de educación media superior en la entidad, pero cuentan con lo que
eufemísticamente las autoridades educativas llaman “extensiones”.
La
vida de esta institución de educación media superior a pasada por zonas de alta
turbulencia política, que más pareciera el “mar de los Sargazos”, debido a la
ineptitud, falta de preparación, nepotismo y arbitrariedades por contar lo
menos de más de uno –de casi todos sus directores generales, y del moustro que
lo tiene atrapado bajo consignas mucho más que onerosas y leoninas que es el
Sindicato Único de Trabajadores del Cobach.
La
situación del Cobach Guerrero es desde hace años de verdadera tragedia y no
puede ser de otra manera ya que el
espejo vivo de la educación en Guerrero, cuya semientes derivan de la educación
básica, que en Guerrero, se encuentra en la edad de piedra, que con o sin
reforma educativa esta se asemeja al recién implantado impuesto a la comida
chatarra y refrescos edulcurados; va a llenar los bolsillos de las Secretaría
de Hacienda y Crédito Público, pero en nada, en nada va a modificar la cultura
y las costumbres de alimentación de los mexicanos y mucho menos de la infancia
mexicana, y mucho menos la de los mentores, dueños de la “tiendita o la
cooperativa escolar”. Verdadero negocio escolar.
Es
por ello que las grandes carencias humanas del Cobach Guerrero, en nada tienen por
qué ser diferentes al resto del sistema educativo público del estado y por lo
tanto navegar en las aguas de la “simulación organizada” es el mejor disfraz,
la mejor botarga en la que se puede caminar. Al mejor estilo gatopardiano: que
todo cambie para que todo siga igual.
El
setenta por ciento de las unidades del Cobach Guerrero, carecen de talleres y
laboratorios donde los alumnos deban y
puedan hacer sus prácticas más allá del paleolítico
pizarrón. Pero también carecen de espacios para realizar deporte alguno. Entre
estos polos se encuentra el Cobah Uno de Chilpancingo y el 32 de Acapulco, éste enclavado en la falda de un cerro en
plena avenida Ruiz Cortines, en la que en un tramo de menos de dos kilómetros
lineales existen cerca de veinte instituciones educativas de todos los niveles,
desde preescolar hasta superior y posgrado. Ahí se encuentran por lo menos diez
unidades académicas de la Universidad Autónoma de Guerrero… la unidad
habitacional de El Coloso, la más grande de América Latina, no cuenta con una
sola institución de educación media superior, ya no digamos superior.
La
función de los directores que han pasado por el Cobach Guerrero, es también de
una triste realidad, los que poco o nada han hecho por esta institución de los
cuales sobresalen por su opacidad,
prepotencia, arbitrariedad y corrupción, pero jamás por su excelencia, amor a
la educación, entrega, y calidad ética y moral. Sólo por mencionar algunos
sacados de la penumbra de la burocracia política, jamás de experiencia
educativa: David Guzmán Maldonado, Martha Mazón, Porfirio Daza, Fermín Alvarado
Arroyo, Julio Cesar Hernández Serna y el actual Juan Salgado Tenorio, cuya
curricula en experiencia educativa que lo llevó a ocupar la dirección general
es ser compadre del gobernador Ángel Aguirre. Para que decir más. Email:gernestorivera@gmail.com
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