Yo
quiero destacar del dictamen que se pone ya a consideración, de este órgano que
por fin tiene ya un acuerdo, pues varias visiones, o compartir con ustedes
varias reflexiones sobre la trascendencia de este órgano que por fin tiene un
acuerdo; ha sido, como bien lo comentaba el Senador Corral, es un largo proceso
para poder garantizar un dictamen que en principio parecería ser una de las
prioridades de este Congreso.
Y
lo pongo en contexto, porque siendo uno de los principales temas en los cuales
aparecieron iniciativas; a mí me tocó presentar a nombre del Grupo
Parlamentario del PRD la que presentamos desde la izquierda.
Quiero
traer a la memoria ese artículo que escribió el entonces presidente
constitucional electo Enrique Peña Nieto, en el diario Reforma, en el cual él
establecía que tendría tres prioridades, digamos su actividad en lo inmediato,
y que eran: la autonomía del IFAI, era el generar un órgano anticorrupción, y
era generar un instrumento que posibilitara la supervisión ciudadana de la
publicidad gubernamental.
Creo
que es importante tenerlo en contexto porque ese era uno de los principales
planteamientos del hoy presidente de la República, que bueno que hoy estemos
llegando a un acuerdo, pero también llamar la atención de la dilación de un
acuerdo en algo tan trascendente para la vía del país.
Se
logró la parte de autonomía del IFAI, se logra ahora un dictamen por lo menos
del lado del Senado, en la parte de Anticorrupción desafortunado que los
diputados, como lo han señalado los que me antecedieron hayan pues cerrado la
cortina, sabiendo expresamente que este tema, es un tema en el cual había un
acuerdo político de la mayor trascendencia, del mayor nivel para poder sacar el
dictamen y que cierren la cortina, obviamente pues dejando todavía en suspenso
la dictaminación de este tema, no solamente por la Cámara de Diputados, sino
por las legislaturas de los estados.
Y
también subrayar, pues el escaso o nulo avance en materia de publicidad
gubernamental. Hay que subrayar que quienes estuvimos trabajando en el tema de
Reforma Política, insistimos en que este debiera de ser uno de los temas
prioritarios, no pudo avanzar. Hay que subrayar que no fue en el interés del
grupo mayoritario que esto avanzara. Y bueno, es una falta que tiene de manera
particular el presidente de la República de cara a los ciudadanos, y creo que
es indispensable, subrayarlo.
Y
lo digo con toda puntualidad, porque para mí este órgano puede significar un
nuevo momento en la transición democrática de nuestro país. Durante 70 años de
gobierno post revolucionario, la dictadura perfecta, como la calificara Mario
Vargas Llosa, tuvo una condición bastante sui géneris, a diferencia de las
otras dictaduras especialmente en América Latina.
Mientras
las dictaduras en otros países como Brasil, como Argentina, como Uruguay, se
caracterizaron por la mano dura, especialmente del ejército, esa dictadura
perfecta se calificó principalmente por la corrupción, por la capacidad y los
instrumentos de los órganos de gobierno, de las élites del poder, de ir
cooptando, a través de la corrupción a los distintos actores de la política.
Fueran opositores o fueran actores parte de la propia familia revolucionaria.
Y
creo que es importante subrayar esto porque la primera transición, o la primera
parte de la alternancia en el poder, cuando llega el PAN en el 2000, pues la
posibilidad de realmente transformar al país, tenía como uno de los pilares de
oportunidad, el combate a la corrupción. No lo decidió así el Partido Acción
Nacional –hay que reconocer que sí avanzó en la parte de transparencia, pero en
la parte de combate a la corrupción, no logró trascender, especialmente frente
a las principales estructuras que había consolidado el priísmo; estructuras y
herencias contra las que este senado, este poder legislativo pues ha estado
buscando combatir en distintas reformas, en distintos aspectos, con distintas
posiciones de los grupos parlamentarios, pero que son el eje toral de lo que no
ha logrado cambiar.
Yo
estoy convencido que la verdadera reforma estructural, era ésta, y sigue siendo
ésta, la del tema anticorrupción. Porque por ejemplo en el tema educativo, que
durante tanto tiempo hemos discutido y que se mantendrá en una discusión en el
aterrizaje de esta reforma que se ha hecho. Pues lo que está en síntesis es la
corrupción del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, de los
liderazgos charros, que en cierto sentido son los que avalaron durante décadas,
en ese modelo revolucionario, la venta de plazas, la posibilidad de
contubernios, entre la autoridad y el sindicato, haciendo a un lado la
capacidad de evolución del sistema educativo para entronizar a un sindicato
sumamente poderoso, y sumamente enraizado en las distintas estructuras.
Ese
es digamos, uno de los mejores ejemplos del modelo corrupto que imperó durante
muchos años, primero con el priísmo, y que el panismo mantuvo.
Otro
ejemplo, y lo ha citado el senador Javier Corral, es el tema de reforma en
materia de telecomunicaciones. Yo creo que difícilmente podríamos encontrar un
mejor ejemplo de la liga de corrupción entre las privatizaciones que se dieron
hace 20 años, la entronización de poderes fácticos, la debilidad del Estado
Mexicano en su capacidad regulatoria, la cooptación, e incluso, la
sobreposición de los intereses de estos actores por encima de la clase
política, y esto pues yo creo que es un ejemplo muy puntual de corrupción que
ahí está presente y ha sido parte de nuestra historia reciente.
La
reforma fiscal, si queremos poner otro ejemplo, la incapacidad de un Estado
Mexicano de convocar a un pago de impuestos de manera contundente, porque lo
que la sociedad mexicana piensa cuando se piden más impuesto, pues es que esto
va a terminar en el bolsillo de algún funcionario, que va a terminar en el
bolsillo de algún presidente municipal, de algún gobernador, o de algún
secretario de Estado del mismo presidente de la República.
Es
decir, el tema de la corrupción como parte simbiótica del Estado Mexicano, y
creo que el corolario es la Reforma Energética; nos cansamos –no nos cansamos-
pero durante múltiples participaciones buscamos exhibir la falta de
credibilidad de un modelo que fue votado pues en cierto sentido con todas las
prisas del mundo, y este ejemplo creo que fue mayor, no solamente aquí en la
Cámara de Senadores, sino en la Cámara de Diputados, en un tema que es de la
mayor trascendencia para la vida del país, de la mayor sensibilidad para los
ciudadanos y ciudadanas del país, y que tiene por lo menos 30 años por lo menos
de historia, en los cuales la corrupción, las relaciones con el Sindicato de
Petróleos Mexicanos, la corrupción con contratistas que a su vez son parte de
la élite y de la clase política, y de las relaciones del dinero para con las
campañas y la entronización de grupos de poder, pues bueno, es parte importante
de todo este trayecto histórico que tiene en la corrupción una parte de
esencia.
Quiero
hacer esta exposición porque estoy convencido de que la aportación de mi
generación –tengo 40 años- hay varios senadores y senadoras que compartimos en
edad una visión respecto a este tema de la corrupción; yo me celebro que esté
aquí la senadora Laura Rojas que ha sido una campeona, por así decirlo, en el
tema, y que podamos realmente encontrar en este dictamen una primera respuesta
a los temas estructurales que tiene el país.
La
transición en este país ha sido sumamente lenta y es inacabada, y espero que en
este nuevo momento, con este dictamen, en materia de combate a la corrupción
podamos ofrecer luces de hacia dónde debe de ir el país.
Queda
pendiente, lo quiero subrayar, la minuta que he tenido oportunidad de comentar
con el senador Pablo Escudero y que compartimos opinión respecto a ella, pues
fuimos diputados juntos, en la anterior legislatura, para configurar el Sistema
Nacional de Fiscalización, porque este órgano anticorrupción es una de las
partes de un entramado. Tenemos la autonomía del IFAI para darle transparencia
a la información gubernamental; se tiene el Sistema Nacional de Contabilidad
Gubernamental, se tiene también este nuevo órgano que de manera compartida con
la Fiscalía Anticorrupción en digamos, en la Procuraduría General de la
República, y junto esta Auditoría Superior de la Federación fortalecida,
podrían encontrar, digamos un nuevo entramado para enfrentar algo que le cuesta
10 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto del país.
La
corrupción, según los estudios del Consejo Coordinador Empresarial, e incluso
según estudios del Banco Mundial, le cuesta a la economía mexicana, 10 por
ciento del Producto Interno Bruto; una reforma fiscal, no alcanzaría ni
siquiera, no alcanzó la pasada 1.5 por ciento del PIB; veamos las dimensiones y
los números de los que estamos hablando.
De
tal manera que yo pues me celebro de que haya este acuerdo; me preocupa de que
lleguemos tan tarde a esta definición, pero bueno, es mejor tarde que nunca, y
ahora habremos de configurar una ley reglamentaria que esté a la altura de este
nuevo órgano constitucional.
Yo
por mi parte presento el día de hoy una propuesta de Ley Reglamentaria, de tal
manera pues que los invito no solamente a que la revisen, sino que podamos
seguir avanzando en un tema que considero –repito- que es la apuesta
generacional para verdaderamente transformar al país.
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