Víctor Hugo Orozco Sedeño
En
una sociedad democrática la consulta ciudadana ratifica y legitima las acciones
del gobierno ante un aumento en cualquiera de los productos o servicios de
primera necesidad que requiere una comunidad, desde la ciudad de México, estado
o municipio.
El
aumento a la tarifa del metro causó revuelo, sin embargo el gobierno del
Distrito Federal tenía la encomienda de incrementar el costo de este transporte
eléctrico desde el primer momento que se planteó con el argumento de mejorar el servicio, sin
embargo en la ciudad de México donde existe gran diversidad y pluralidad de
grupos políticos, no fue tarea fácil emprender una estrategia de campaña para
conseguir en consenso generalizado de este incremento a una red que se ocupa
por más de cinco millones de personas diariamente.
En
primer orden se realizó con un costo político mínimo debido a que ejecutó después de las elecciones presidenciales por
lo tanto no se cruza con las tendencias electorales, también es de notar que el
argumento de gobierno se desarrolló mediante dos líneas.
1.- Generar recursos para mejorar el transporte
público.
2.-
Anteponer la voluntad de la sociedad mediante una consulta ciudadana.
Estas
circunstancias revelan a un estado supuestamente sensible incluyente donde la
participación ciudadana está por encima de la voluntad impositiva de un
gobierno autoritario.
Sin
embargo no precisamente es así, la consigna desde un primer momento fue
aumentar la tarifa con el consenso de la población pero de verdad fue
autorizado por la población ¿ Por qué? De acuerdo con el análisis de Dominique
Wolton refiere que” los sondeos son como
una fotografía de una realidad que sirve
a los políticos”. Las encuestas o el tipo de entrevistas pueden ser manipulados
o con cierta tendencia que sirve a los intereses del grupo que las promueve,
esto es preguntar algo como por ejemplo ¿está usted de acuerdo con la
compostura de 105 trenes del metro que hoy están sin operación? Implica de
forma inmediata una respuesta de la gran
mayoría de la población que seguro va
apoyar el cuestionamiento por lo tanto entonces el gobierno de la ciudad de
México tendrá en ese referente una forma de auto legitimar su alza.
Hay que considerar que existe otro tipo de
factores que deben analizarse en estas decisiones, las circunstancias de México
no son las mismas a la de otros países donde también existe servicio del Metro,
vayamos al metro francés, ahí la tarifa por boleto es de dos euros, es decir
subirse a los vagones Galos implica un
gasto de 34 pesos. Sin considerar que el
transborde también se paga. Sin embargo el salario mínimo entre uno otro país
es diametralmente opuesto. En Francia un obrero gana mil 254 euros equivalentes
más de 21 mil pesos mexicanos claro con la diferencia que haya se gasta en la
misma moneda.
El
asunto del metro en México dejaba ganancias exhobitantes, diario ingresan más 5
millones de usuarios multiplicado por tres pesos equivale a 15 millones de
pesos que sumados al mes nos da como resultado más de 450 millones de pesos.
Si
estas cifras las trasladamos a cinco pesos diarios entonces no dará un
resultado que equivale a 25 millones diario, al mes a más de 750 millones. Más
de 300 millones de pesos de ganancia que antes no se recaudaba, claro estas
cifras son conservadoras porque la mayoría de los usuarios no compran un solo
boleto a diario, generalmente cada pasajero compra un mínimo de 3 boletos en
taquilla.
De
acuerdo a cifras oficiales es utilizado por más de mil 600 millones de usuarios
al año; es decir, 5.1 millones de personas en un día laboral y 7.6 millones de
viajes diarios. El servicio opera los 365 días del año, con un horario de las
05:00 horas a las 00:00 horas en días laborables; sábados de 06:00 a las 00:00
horas y los domingos y días festivos de 07:00 a las 00:00 horas.
La
pregunta que debe plantearse todo ciudadano es la siguiente ¿fue imposición el
alza al metro o fue un consenso generalizado?
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