Con la representación del pueblo de México, hoy asistí al Funeral de Estado del expresidente de la República de Sudáfrica, Nelson Mandela: histórico dirigente, gran humanista y líder.
En Johannesburgo, Sudáfrica, el mundo rindió homenaje a un hombre universal, dispuesto a sacrificar su libertad por la libertad de todo un pueblo, y que encabezó un gran movimiento a favor de la igualdad y los derechos humanos.
A partir de su lucha pacífica para abolir la segregación racial y lograr el perdón y la reconciliación en su nación, Nelson Mandela proyectó a una Sudáfrica incluyente. Por ello, el Premio Nobel de la Paz que recibió en 1993 representó el triunfo del espíritu humano sobre la desigualdad y la opresión.
Tras su elección como Presidente en 1994, gobernó para todos los sudafricanos, independientemente de su raza, convencido de que ninguna debía oprimir a la otra.
La mejor manera de honrar su memoria es mantener en cada una de nuestras naciones la lucha contra la desigualdad. En nombre de los mexicanos, reitero mi más sentido pésame al Presidente Jacob Zuma y a todo el pueblo de Sudáfrica.
Descanse en paz, Nelson Mandela.
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