Reconstruyen el genoma mitocondrial casi completo de un pariente humano de hace 400,000 años, cuyos restos fueron encontrados en Sima de los Huesos, en el norte de España. Es el ADN más antiguo recuperado de una especie antigua semejante a la humana, de acuerdo a los autores del estudio publicado en la revista Nature.
“Está bastante claro que no es un ancestro directo de las personas de hoy en día”, dijo el coautor del estudio, Svante Paabo, biólogo en el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva de Alemania.
Paabo explicó que este representante de una especie antigua parecida a la humana, llamada Homo heidelbergensis, podría ser un ancestro de los neandertales y de otro grupo llamado los homínidos de Denísova, o denisovanos. Pero esta antigua especie probablemente no es parte de tu árbol genealógico.
La relación genética con los denisovanos, descubierta a través de esta investigación de ADN, es sorprendente debido a que los fragmentos de hueso de un fémur del Homo heidelbergensis encontrados en la cueva tienen muchas características parecidas a las de los neandertales. Los únicos restos de los homínidos de Denísova vienen de Siberia, Rusia, que se encuentra a aproximadamente 7,000 kilómetros de España.
Para completar el genoma mitocondrial del espécimen de 400,000 años, Paabo y sus colegas utilizaron un nuevo método que sirve para secuenciar material genético antiguo y degradado. Este ADN también es el más antiguo que se ha encontrado que no estuvo congelado permanentemente.
La mitocondria es la parte de la célula que convierte a los alimentos en energía utilizable. El ADN almacenado en la mitocondria se transmite a la descendencia solo por línea materna (es decir: solo las madres pueden transmitirlo), así que es solamente un pequeño panorama de genes heredados.
El material genético del núcleo de la célula viene de ambos padres y da un panorama más completo de la herencia genética.
Para estudiar la genética de nuestros antiguos predecesores, el ADN mitocondrial facilita la labor, debido a que hay cientos de veces más copias de este en cada célula, en comparación con el ADN nuclear.
“Es una mucho mayor oportunidad de encontrar algunos fragmentos preservados”, dijo Paabo.
El método que los investigadores utilizan consiste en separar las dos cadenas de la doble hélice del ADN, que son parejas genéticas complementarias. Después decodifican cada una de las dos cadenas y si una parte de una de las cadenas está dañada, su parte análoga en la otra cadena podría estar intacta.
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